No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia.
La Biblia dice que comenzamos nuestra vida de fe siendo como ovejas, pero que la terminamos como caballos de honor. ¿Y cuál es la diferencia? La manera de alimentarse, de comer. Mientras la oveja come a ras de tierra, el caballo no se conforma con eso y escarba buscando más y más en las profundidades. Ese es el creyente que necesitamos para este siglo veintiuno. Uno que no se conforme con hojarasca seca ni con pequeña hierba visible, sino que escarbe la tierra y saque alimento fresco y nuevo.
Todos sabemos que como cristianos, si bien habitamos físicamente este planeta llamado Tierra, espiritualmente no pertenecemos a él, sino al Reino de Dios. Sin embargo, no son muchos los creyentes que pueden tener alguna clase de acceso a ese mundo al cual realmente pertenecen, al grado de comenzar a pensar que no es real y que todo se trata de una mentira o una exageración religiosa. Este trabajo te abrirá esas puertas en las que Dios te permitirá acceder sólo cuando sea estrictamente necesario.
Todos sabemos que como cristianos, si bien habitamos físicamente este planeta llamado Tierra, espiritualmente no pertenecemos a él, sino al Reino de Dios. Sin embargo, no son muchos los creyentes que pueden tener alguna clase de acceso a ese mundo al cual realmente pertenecen, al grado de comenzar a pensar que no es real y que todo se trata de una mentira o una exageración religiosa. Este trabajo te abrirá esas puertas en las que Dios te permitirá acceder sólo cuando sea estrictamente necesario.
¿Cuántas descripciones o adjetivos hemos recibido, como iglesia, de parte de Dios? Decenas. Tú los has leído puntualmente, a cada uno, en los distintos textos. Uno de esos adjetivos o calificativos, es el de ser la novia del Señor. La novia elegida. La que tiene que llegar al altar de la consagración sin mancha ni arruga, porque así es como la merece ese novio que la espera.La pregunta, es: ¿Lo está? Este trabajo te ayudará a ver esa realidad y a modificarla desde tu humilde o no tan humilde posición.
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Quedan muy pocos cristianos que no hayan entendido, aceptado y creído la existencia y realidad del Reino de Dios. Sin embargo, todavía son muchos los que ignoran la misma realidad, la misma existencia y poderío de otros reinos, que se instalan para perturbar, para oprimir, para atormentar y para poseer, en la medida que se les permita hacerlo. En este trabajo te los presentamos para que sepas y puedas defenderte correctamente de su incidencia.
Quedan muy pocos cristianos que no hayan entendido, aceptado y creído la existencia y realidad del Reino de Dios. Sin embargo, todavía son muchos los que ignoran la misma realidad, la misma existencia y poderío de otros reinos, que se instalan para perturbar, para oprimir, para atormentar y para poseer, en la medida que se les permita hacerlo. En este trabajo te los presentamos para que sepas y puedas defenderte correctamente de su incidencia.
Se ha dicho, enseñado, escrito, aprendido, acertado y equivocado tanto respecto al asunto de las maldiciones que, cualquier cosa que hoy añadimos, siempre tiene que ser pasada, inexorablemente, por el tamiz de la Palabra escrita. Sobre guerra espiritual se corre un riesgo: o se enseña sin decir la mayoría de las cosas, enviando a la gente a una derrota segura, o nos vamos al otro extremo convirtiéndonos en promotores del infierno. Es de esperar que este trabajo tenga la sobriedad y la unción suficiente como para convertirte en más que vencedor.
El altar siempre ha estado en gran consideración para el creyente. Se lo ha estimado como el punto esencial de la adoración y ha figurado dentro de los sitios más sagrados de cualquier templo. Sin embargo, un altar es, necesariamente, un lugar estipulado para el sacrificio. Este trabajo se encarga de matar una de las grandes "vacas sagradas" de los cristianos evangélicos, permitiéndote entender que ese sitio ya no existe en la iglesia moderna, y los motivos por los cuales ha dejado paso a otras manifestaciones.
Hay una dimensión física y natural que es donde el hombre vive su vida normal, secular, pagana, esotérica, religiosa o trascendental, como lo decida. Pero hay otra dimensión espiritual a la que solamente acceden aquellos que verdaderamente han entregado su vida a Jesucristo. Quien crea que todo se trataba de cambiar de una catedral a un templo, de un ritual pomposo a otro más austero, o de simplemente acudir a un culto por semana, está equivocado. El creyente genuino tiene una dimensión propia que aquí te presentamos.