La Web Cristiana

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No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia. 

El asunto del perdón quedó liquidado en la cruz hace dos mil años. No hay necesidad de implorar o suplicar el perdón de Dios. En el momento en que confesamos nuestros pecados, Dios es fiel para perdonarlos. Sin embargo, muchos consideran que esto es difícil de aceptar, sosteniendo que es demasiado sencillo o que el pecado debe ser pagado con recursos humanos. El Señor Jesús pagó en el Calvario el precio expiatorio por nuestros pecados. Si nuestra iniciativa pudiera quitar el pecado, no necesitaríamos un Salvador. Por esto es que Dios nos manda venir a Él por medio de su Hijo para recibir la limpieza necesaria de nuestros pecados.

La palabra tentación tiene un significado distinto para cada persona. Algunos tienen problemas para controlar su lengua, en tanto que otros batallan con el impulso de usar drogas o de consumir demasiado alcohol. Muchos luchan una guerra secreta con sus apetitos sexuales.

Las olas son esculturas de épica expresión; imágenes vivas de la fuerza de las aguas. Son la primera referencia a algo creado: «un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas» (Gén 1,2). Es bello que vuelvas tu atención a esa escena grandiosa, hecha más para tu entendimiento que para tu imaginación: es el viento quien levanta, encrespa y vence a esas montañas líquidas, inquietas y robustas como bisontes en la estepa primordial del cosmos manifiesto.

Tú eres una obra de Dios. Como te ha sido dicho, yo te lo repito: el ser humano es la única creatura que Dios ha amado por sí misma, y la razón de esto está en que es la única en el universo visible de la que ha sido dicho: “a imagen y semejanza de Dios” (Gén 1,26).

Enamorado de Dios, cuanto le concedía el Espíritu Santo, dijo un salmista: «En presencia de los Ángeles salmodio para ti» (Sal 138,1; cf. 59,18; 66,4; 71,22.23; 101,1; 144,9). ¡Dulce experiencia del corazón humano, que cuando canta para Dios se siente hermano de los Ángeles y descubre, tras los velos de la fe, su sitio en la Asamblea Celeste!

Las palabras más breves son también las más densas, o sea, las que remiten a los problemas más profundas que tu razón puede escrutar. Piensa en la dificultad que entraña responder a la pregunta “¿qué?”. Una respuesta general a esta pregunta sería algo así como la doble puerta entre tu mente, tu palabra y el ser.

Maldito dinero que ciegas nuestros ojos, que cierras nuestro corazón al hermano necesitado.

Bajó del seno del Padre al seno de una mujer.

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