No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia.
“Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
Lucas 18:8b
Estaba Definitivamente enfermo. No tenía dolor de cabeza ni malestar en el cuerpo, pero allí, en medio de quienes se daban cita en la cafetería, comprendió que estaba enfermo: del alma y del espíritu. Nadie le prestaba atención. Todos se movilizaban de un lado para otro, preocupados por sus propios problemas. Y él con ese convencimiento de que nada valía la pena... que no tenía sentido ser cristiano.
Es indiscutible que la humanidad no tiene excusa delante de Dios; pues El no solo se ha revelado a través de su creación (Romanos 1), sino que ha hablado muchas veces y de muchas maneras, (Hebreos 1:1), lo cual manifiesta tres realidades sorprendentes:
INTRODUCCION: La historia de Saúl es la misma historia de mucha gente que habiendo recibido un llamado decide quedarse fuera, por no seguir la corriente de lo que el Espíritu Santo viene haciendo en este tiempo y quedarse rezagado. El día de hoy Dios está llamando muchas personas a sus pies así como también está levantando ministerios.
No será la primera vez que nos tocará enseñar respecto a qué es lo último que el hombre convierte a su Señor, luego de haberle entregado, (Según su propia opinión), toda su vida. No es ni su dinero, ni sus placeres, ni sus ambiciones de poder, asuntos que por nuestra naturaleza pesan y mucho. Lo último que el hombre entrega es su conciencia. En este trabajo, te proporcionamos los pasos que necesitas para hacer lo que verdaderamente te convertirá en más que vencedor.
Cuando en los años noventa se vivió en Argentina un profundo despertamiento a las cosas del Señor, la idea del cambio y la reforma, inundaron rápidamente los púlpitos, los mensajes y enseñanzas. El orden de culto cambió, la música cambió, la adoración cambió y la gente cambió. Sin embargo, con el correr del tiempo, hemos podido ver que una gran cantidad de esos cambios, sólo se produjeron en cosas físicas, pero no en las mentalidades aún religiosas.