No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia.
Mt:7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? 7:23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
Cuando Cristo reine, no reinará solo. Él compartirá su reino con una clase especial de gente, la cual aparece descrita en los primeros versículos de Mateo 5: en las bienaventuranzas.
THEODORE AUSTIN-SPARKS (1888-1971) dejó un gran número de escritos llenos de la Sabiduría, de la Vida y de la Revelación de Cristo. Tenía la convicción que lo que fue dado por el Espíritu de Dios debía plenamente ser compartido con el Cuerpo de Cristo -lo que pertenece a Uno, pertenece a todos. No quiso registrar derechos de autor sobre sus escritos o casetes; dando gratuitamente al Cuerpo lo que había recibido gratuitamente de la Cabeza. Habiendo nosotros mismos apreciado mucho sus escritos, los ponemos totalmente a vuestra disposición aquí en Internet, para la edificación y la consolidación del Cuerpo; para que en todas las cosas CRISTO tenga la preeminencia.
Al leer los escritos de T. Austin-Sparks, si hay una cosa que se hace clara, es la poca atención e información dada a propósito de sí mismo o de su vida. En lugar de esto, toda la atención es consagrada a Cristo como su Vida. Nuestra atención continuamente es desviada del mensajero hacia El que es el Mensaje: “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y nosotros mismos como vuestros esclavos por el amor de Jesús. (2 Corintios 4: 5) [NT.: literal]. Sin embargo, para aquellos a quienes les interesa la vida del mensajero y el trabajo de Dios en él, lo que sigue da un resumen de estas cosas.
INTRODUCCIÓN
La grave incidencia de esta dupla de enfermedades actuales, nos hace pensar que además de reconocerse por sus trastornos psicosomáticos y desequilibrios nutricionales, puede ilustrarnos y advertirnos en cuanto a la condición espiritual que aqueja a muchos cristianos.
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A menudo, los convertidos a Jesucristo nos vamos forjando en las iglesias, con el paso de los años, una idea de lo que es pecado que peca de simplista. Pero no nos apercibimos de que el fenómeno que acaba en el resultado fatídico del "enfriamiento" llega a producirse porque "nuestro corazón se carga con disipación y embriaguez y con las preocupaciones de la vida", degenerando en "amnesia espiritual", que es olvidar el primer amor, lo cuál constituye el primero y más grande pecado; es decir: EL VERDADERO PECADO: NO AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.