Para que dieras honra a tu marido,
Para que tu vientre lleve frutos.
Mira sino a Sara,
Quien siendo vieja y estéril
Recibió mi gracia
Y la descendencia de las naciones.
Mira también a Débora,
Como me alababa.
Y la valiente Ester
Que arriesgó su vida por amor a mí.
Y qué decir de Rut,
Mujer fiel y esforzada.
¿Y María? ¡Ah!,
Bendita entre todas,
Bienaventurada entre todas.
A los maridos he ordenado amarte,
Como aman a sus propios cuerpos,
Porque ambos, son un solo cuerpo.
Alégrense maridos con sus esposas,
Yo os las he dado por compañeras.
Gocen la vida con la mujer que aman,
y guarden lealtad en vuestro espíritu
Para con la mujer que os di.
Vivid sabiamente con vuestras esposas,
Con la madre de nuestros hijos,
Dando honor a la mujer como a vaso frágil,
Y como a coheredera de mi gracia,
Para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
Honrando a vuestras esposas,
Honráis a vuestras madres
Por lo cual seréis prosperados en la tierra,
Esa ha sido mi promesa.
Benditas sean las madres y las mujeres todas.
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