No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia.
Cuando se habla de liderazgo con relación a la iglesia, se habla mucho, complicado y con muchas variables. Sin embargo, una cosa es el liderazgo tal cual lo conocemos y tenemos asumido, y otra muy distinta un liderazgo realmente espiritual, que emana de Dios mismo y que no tiene absolutamente nada que ver con las ambiciones humanas.
Cuando se habla de liderazgo con relación a la iglesia, se habla mucho, complicado y con muchas variables. Sin embargo, una cosa es el liderazgo tal cual lo conocemos y tenemos asumido, y otra muy distinta un liderazgo realmente espiritual, que emana de Dios mismo y que no tiene absolutamente nada que ver con las ambiciones humanas.
Forma parte de un extenso trabajo inspirado para combatir lo que indudablemente representa uno de los más duros escollos para el creyente: sus propias fortalezas mentales.
El tema de la mentira ha sido, es y es previsible que será tratado en todas las iglesias del mundo como tema central, cuando es un tópico que ya debería haber sido aprendido y puesto por obra por los creyentes. Aquí, lo que pretendemos añadir a la enseñanza clásica es la validez, importancia y presencia de la mentira como pecado generacional trascendente a los tiempos.
Todos hablamos, opinamos, conjeturamos y tejemos hipótesis respecto a los últimos tiempos, a la venida del Señor y al establecimiento de su Reino. Es antes, es ahora y todas esas dudas teológicas que, si bien son importantes, no llegan a ser cruciales. Lo que sí lo es, sin embargo, es la condición en que ese momento nos encuentre. Este trabajo nos enseña, precisamente, cuál o cuales son esas condiciones.
Todos hablamos, opinamos, conjeturamos y tejemos hipótesis respecto a los últimos tiempos, a la venida del Señor y al establecimiento de su Reino. Es antes, es ahora y todas esas dudas teológicas que, si bien son importantes, no llegan a ser cruciales. Lo que sí lo es, sin embargo, es la condición en que ese momento nos encuentre. Este trabajo nos enseña, precisamente, cuál o cuales son esas condiciones.
Todos los cristianos, en mayor o menor medida, con más o menos dedicación o enseñanzas recibidas, sabemos que así como existe Dios, también es real la existencia de Satanás. Y también sabemos, porque así lo hemos leído, que él es el rey del engaño y la sutileza. Lo que no siempre sabemos, es cuál es la calidad de esa sutileza y de ese engaño, y eso es lo que nos ha hecho caer. Aquí trato de darte alguna información ilustrativa al respecto.
Este trabajo forma parte de un estudio integral sobre fortalezas emocionales que obstaculizan la fe y perturban la vida devocional de los creyentes.
Seguramente que, desde que aceptaste formar parte de la iglesia del Señor, alguien te enseñó que debes orar mucho y bien, que de tu conversación cotidiana con Dios, surgirán las mejores cosas para tu vida. Sin embargo, lo que no siempre se ha enseñado -y aquí trato de hacerlo-, es que en algunos casos ciertos asuntos constituyen obstáculo para tu oración. Tanto para ejecutarla como para que llegue al trono de la Gracia.
¡Qué dificil es el tratamiento de este tema! Es uno de los dos o tres puntos teológicos que han dividido por años a la iglesia. La salvación, ¿Se pierde o no se pierde? Tú ya conoces este ministerio y sabes que no está enrolado con doctrinas ni denominaciones humanas, sólo Biblia. Desde ella he tratado de arrojar algo de luz. Si lo consigo, la unidad será posible. Si te enojas conmigo por lo que digo, entonces me temo que seguiremos divididos... y en derrota.