La Web Cristiana

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No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia. 

El título casi que lo está diciendo todo, La palabra nos dice, -y nosotros lo repetimos de maner automática casi como si fuéamos papagayos- que "en Cristo somos más que vencedores". Y eso, amado hermano, significa que estamos en un combate, en una guerra. De otro modo, jamás podríamos ser vencedores sin batalla. Este trabajo habla de la tecnología con la que se dirime esta guerra espiritual que vivimos durante toda nuestra vida terrenal.

Dentro del marco de la jurisdicción en la que nuestro Dios es rey, es indudable que la justicia ocupa un sitial de privilegio. ¿Qué sería de nosotros si nuestro Dios no fuera justo? ¿O si lo fuera en la misma medida que lo hemos sido nosotros administrando su iglesia? Este trabajo te muestra el alcance, la dimensión y la majestuosidad de la justicia divina, que gracias al Señor no es similar a la de los hombres.

Al igual que como cuando éramos niños, y en la escuela nos pasábamos información respecto a qué película iríamos a ver el fin de semana, y siempre respondíamos "Una de vaqueros, o cow-boys", en este trabajo, si me preguntas de qué se trata, debo decirte que es "Una de Águilas". Porque tomando como base la vida y cotidianeidad de esas tremendas aves, encontramos enseñanzas y unciones difíciles de igualar e imitar.

Durante años hemos estado oyendo a líderes y ministros decirnos que no nos preocupemos, que en Cristo somos más que vencedores y que la victoria ya es nuestra y que el diablo está derrotado. Y es cierto, esa enseñanza es genuina, salvo por una pequeña condición: que estemos sometidos al señorío de Cristo, y que entendamos que esa victoria tiene que ver con la iglesia genuina, y puede incluir o no a quienes la conformamos. Porque Dios es lo primero y todo lo demás es añadidura.

Este es uno de los trabajos más sólidos que el Señor ha enviado para sus hijos en labios de muchos de sus servidores. No es una exclusividad ni pretende serlo, es una expresión más de un tema que hoy por hoy está en boca de los que genuinamente andan diciendo exactamente lo que Dios está diciendo hoy. Y cuando mucha iglesia habla de un avivamiento que viene, Dios sigue diciendo que lo que viene es una apostasía, no un avivamiento.

En un ambiente religioso por excelencia en el que se ha transformado el cristianismo actual, salir a la palestra con una palabra de Reino, de Reforma o de cualquier otra cosa que no sea la predicada tradicionalmente desde los púlpitos de las grandes organizaciones conocidas, lleva inexorablemente un sello de desconfianza e incredulidad. La pregunta es la del título. La respuesta, una vez accedes a ella, es tuya.

En un ambiente religioso por excelencia en el que se ha transformado el cristianismo actual, salir a la palestra con una palabra de Reino, de Reforma o de cualquier otra cosa que no sea la predicada tradicionalmente desde los púlpitos de las grandes organizaciones conocidas, lleva inexorablemente un sello de desconfianza e incredulidad. La pregunta es la del título. La respuesta, una vez accedes a ella, es tuya.

Se ha hablado mucho de la ley. Y no sólo se ha hablado, sino que hay cristianos que siguen teniéndola en gran estima, aún por sobre la Gracia manifiesta que nos permite acceder a salvación pese a estar claramente condenados por esa ley. En este trabajo procuro darte a conocer la verdadera función que tenía y puede seguir teniendo la ley, independientemente de que tú la ames o prefieras acogerte a misericordia y Gracia.

Toda sociedad que se precie de organizada, debe vivir conforme a ciertos principios que van desde lo social a lo moral, pasando por todas las demás escalas. El Reino de Dios es una comunidad más que bien organizada, así que sería muy incoherente con lo que estamos enseñando, suponer que no debemos vivir de igual modo. Aquí tienes parte de esos principios reales, de realeza, que deberás conocer y respetar para obtener victoria.

¿Esto que nos dice el título significa que la iglesia que conocemos está enfrentando un tiempo propio y singular? No del todo. Todos quienes escuchan estos trabajos saben que, cuando decimos "iglesia", hablamos de la que Dios ve desde su trono, y no necesariamente la o las que nosotros conocemos y estimamos como tales. Por lo tanto, lo reitero. Este trabajo demuestra que este que estamos viviendo, es el tiempo de la iglesia. Lo único que falta saber, -y para eso debes escucharlo-, es si tú formas parte o no de esa iglesia.

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