A Jairo González lo conozco desde cuando iniciamos el grupo de evangelización de la Alianza Cristiana y Misionera de Las Américas, en Santiago de Cali. Para ese entonces le decían “Speedy González”, epíteto con el que aludían, de un lado a su apellido, y de otro, a la velocidad al desplazarse, aunque obviamente no era así. Por el contrario, caminaba…