Durante muchos años nuestra enseñanza fue estrictamente literal e intelectual, sin tomar ni tener en cuenta la palabra que nos dice que el Espíritu Santo es quien nos guía a toda verdad y nuestro genuino maestro. De allí que muchos textos quedaron grabados en nuestro entendimiento de una manera. Hoy, a la luz de lo que el Señor revela, muchos de esos significados se modifican y nos llevan a un mayor entendimiento.