El Hallazgo de la Palabra

No es ninguna novedad que el cristiano genuino pasa sus días, en obediencia al mandato de escudriñar las Escrituras, buscando la verdadera y escondida Palabra de Dios. Y mientras está en esa búsqueda, su vida prosigue con ciertos cambios, pero no demasiados. El gran movimiento íntimo llega cuando, al fin, esa palabra es hallada. ¿Dónde se encontraba? Donde siempre, sólo que con la ayuda de la revelación del Espíritu Santo, finalmente ha sido encontrada y puesta por obra.

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