Llega un momento en la vida del creyente que deberá tomar decisiones muy diferentes a las que haya venido llevando a cabo desde su conversión. ¿Por qué? Porque todo a su alrededor ha ido cambiando y modificándose. hasta sus amistades. Hay gente con la que se tenía casi una férrea amistad que, cuando entramos a una vida de fe, comienzan vernos tan de otro modo que terminan por apartarse.