Todos los cristianos, en mayor o menor medida y en amplia o no tan amplia sintonía con la clase de doctrina teológica que hayamos recibido, coincidimos en la importancia que posee el nombre de Jesús, de Jesucristo, o de Jesús el Cristo, como más te agrade expresarlo. Lo que no siempre supimos, es en qué se sustenta el poderío de ese nombre que, -asegura la Palabra- está por sobre todo nombre. Aquí lo tienes.