Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados. --2 Corintios 4:8
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El hombre se metió en problemas por ayudar a alguien. Se había criado en un área rural, por lo que estaba acostumbrado a parar para ayudar a los conductores que tenían problemas. Pero una vez que se paró en una gran ciudad para ayudar a alguien que se había quedado varado, le dispararon, le robaron y lo dejaron por muerto. Sin embargo, la historia tuvo un final feliz. El hombre se recuperó de sus heridas y dijo que ahora confía más en Dios. Todavía cree que lo correcto es ayudar a la gente.
Ahora bien, no estoy sugiriendo que nos paremos a ayudar a todos los conductores que parecen tener problemas. Siempre es sabio ser cautelosos. Pero el Nuevo Testamento nos muestra que cuando ayudamos a los demás, estamos destinados a meternos en problemas. . . sobre todo cuando lo que ofrecemos son las buenas nuevas del evangelio. Tarde o temprano encontraremos resistencia. No obstante, esos problemas tendrán un final feliz.
Por ejemplo, el apóstol Pablo fue maltratado, golpeado, odiado y acosado. Pero hizo exactamente lo que quería hacer. Estaba laborando con Dios para lograr el rescate espiritual de personas que un día llenarían la eternidad de agradecimiento (2 Co. 4:15). Él sabía que al final, el Señor mismo confirmaría el valor eterno de sus esfuerzos. Y eso hacía que todos los problemas que él encontrara para ayudar a otros valieran la pena. --MRD II
TESTIFICAR BIEN TIENE SUS RIESGOS, PERO LAS
RECOMPENSAS HACEN QUE VALGA LA PENA CORRERLOS.
ESCRIBANOS:
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El hombre se metió en problemas por ayudar a alguien. Se había criado en un área rural, por lo que estaba acostumbrado a parar para ayudar a los conductores que tenían problemas. Pero una vez que se paró en una gran ciudad para ayudar a alguien que se había quedado varado, le dispararon, le robaron y lo dejaron por muerto. Sin embargo, la historia tuvo un final feliz. El hombre se recuperó de sus heridas y dijo que ahora confía más en Dios. Todavía cree que lo correcto es ayudar a la gente.
Ahora bien, no estoy sugiriendo que nos paremos a ayudar a todos los conductores que parecen tener problemas. Siempre es sabio ser cautelosos. Pero el Nuevo Testamento nos muestra que cuando ayudamos a los demás, estamos destinados a meternos en problemas. . . sobre todo cuando lo que ofrecemos son las buenas nuevas del evangelio. Tarde o temprano encontraremos resistencia. No obstante, esos problemas tendrán un final feliz.
Por ejemplo, el apóstol Pablo fue maltratado, golpeado, odiado y acosado. Pero hizo exactamente lo que quería hacer. Estaba laborando con Dios para lograr el rescate espiritual de personas que un día llenarían la eternidad de agradecimiento (2 Co. 4:15). Él sabía que al final, el Señor mismo confirmaría el valor eterno de sus esfuerzos. Y eso hacía que todos los problemas que él encontrara para ayudar a otros valieran la pena. --MRD II
TESTIFICAR BIEN TIENE SUS RIESGOS, PERO LAS
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