El hombre viene de la eternidad, está un lapso pequeño de tiempo, en el tiempo, y regresa a la eternidad; este regreso antes de Cristo, era opacado por el pecado; el hombre estaba condenado al seol, era imposible cumplir la ley, y por "Cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23); pero el proyecto de Dios cuando hizo al hombre, no fue para que el hombre terminara en el seol, sino para que el hombre fuera feliz, felicidad que solo la produce un sacerdote que sea el conducto para llegar a Dios, y que esté constantemente intercediendo por el hombre; pero que además fuera santo, inocente, sin mancha, apartado del pecado y hecho más sublime que los cielos (Hebreos 7:25-26). Cristo Jesús llena el perfil de tal sacerdote, que no tiene necesidad, como los otros sacerdotes, de ofrecer sacrificios todos los días (Hebreos 7:27); porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres, pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para SIEMPRE (Hebreos 7:28).
CONCLUSIÓN:
Jesucristo, el sumo y único sacerdote, el que depositó su sangre en el propiciatorio celestial, está esperando que acudas a Él, para conducirte a Dios; no hay otro, los falsos maestros y los falsos profetas abundan, pero son mortales, no tienen entrada en el lugar Santísimo del cielo, ni dejan entrar a los que quieren entrar Mateo 23:13), no te confundas, solo Cristo es el camino al Padre Celestial, es quien intercede por ti día y noche, es quien está esperando que le abras las puertas de tu corazón, para que entre a cenar contigo, y tú cenes con Él. (Apocalipsis 3:20).
Manuel Bolivar
Av. Puebla No 4, colonia pensiones.
Villahermosa Tabasco, México.
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