Todos de una u otra forma creemos en Dios, entendemos que Él existe y estamos dispuestos a creer fielmente en su existencia. Pero lo que a todos, también de una u otra manera, nos falta, es tener una relación precisa, puntual y específica con Él, de modo tal que podamos decir que, además de creer en Él, también le creemos a Él.