Nunca pude terminar de entender por qué razón los cristianos, teniendo en las escrituras todo el detalle y compendio de lo que es nuestra vida terrena y espiritual futura, sólo nos quedamos con lo que la Biblia nos entrega sobre asuntos mucho menores aunque más puntuales, tales como la familia, la prosperidad y la diversidad conceptual de pecado. Este trabajo apunta a uno de esos temas menos tratados desde los púlpitos.