Cada sector del cristianismo nominado como protestante, declara tener un enemigo básico contra el cual se debe batallar para poder ejercitar su fe. El infierno, el pecado, la falta de santidad, entre otros, suelen ser esos enemigos. En este trabajo, puedo demostrarte que un enemigo casi invisible que sin embargo causa estragos entre el pueblo de Dios, son las propias estructuras eclesiásticas religiosas.