Hay una reforma en marcha, eso es innegable, y si alguno todavía lo tenía en duda, ahora en tiempos de pandemia se está haciendo más que visible. Ya la iglesia que conocimos no volverá a ser la misma, pero en contrario a lo que muchos suponen, eso no será malo, sino todo lo contrario, ya que dejará a los genuinos y se deshará de los falsos.