Cristiano que suponga que el enemigo va atacarlo frontalmente y haciéndose ver tal como es, cristiano que es derrotado. Y no porque le falten armas, que las tiene e imbatibles, sino porque ha sido víctima de un exceso de confianza e imprevisión. Si es guerra, es guerra, y para derrotar a cualquier enemigo, debemos conocer sus máximas estrategias y atacar allí.