Cuando visitas un jardin y hueles los aromas de las distintas flores que lo conforman, sientes que una enorme parte de tu vida trasciende este mundo y entra en uno de colores y olores diversos. Eso diría un poeta. Pero, cuando la flor representa nada menos que una vida y tiene la tendencia natural pero contraproducente de marchitarse, algo importante habrá que hacer para evitarlo.