Estoy persuadido que la respuesta a la pregunta del título, está en el corazón de cada uno de ustedes, los hijos de Dios por adopción. Sin embargo, todavía podemos encontrar en enorme cantidad, a hombres y mujeres que, alegre e inconscientemente, ocupan plataformas y púlpitos de predicación, sin otro mensaje que lo teológico, emocional, material o discursivo. ¿Por qué hacen eso que no bendice ni alimenta a nadie? Porque no fueron enviados por el Padre ha hacerlo.