¿A Qué Ciudad Perteneces? - Parte 2

Somos parte del pueblo santo y habitantes de la ciudad celestial anunciada para los últimos tiempos. Independientemente de nuestras debilidades, contratiempos, ignorancias y hasta coqueteos con el pecado, somos el pueblo destinado a ser la ciudad del Dios vivo. Por ese motivo es que deberemos abandonar nuestra actitud de simples captadores de adeptos evangélicos y pasar a ser ciudadanos con todos sus derechos y obligaciones. ¿Y tú?

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