DESARROLLO DEL TEMA
Comenzaremos formulando las siguientes preguntas:
¿Cuál es la raíz hebrea que forman estas consonantes?
R: YHVH no tiene nada que ver con Señor. El significado de YHVH está relacionado con el verbo hebreo que se traduce al castellano como "ser", en tanto que "SEÑOR" es la traducción de la palabra hebrea Adonay.
· Mucho se ha debatido el origen y significado exacto de YHVH, el consenso general de los especialistas es que YHVH significa simplemente "EL ES". Esto es deducible de Ex. 3:14 (Forma verbal en primera persona):
vehyeh, "Yo Soy"
Dios dice de sí mismo "Yo Soy", el pueblo entonces dice de Dios: "El Es".
La forma verbal de esta traducción es un imperfecto del tema verbal que se conoce en la gramática hebrea como qal (La forma simple del hebreo). Su pronunciación parece ser la de Yahvé o Yavé (Comprobado por algunos textos griegos de la época patrística).
¿Cuándo dejó de pronunciarse este nombre?
R: Desde la época del A. Tto., exactamente, durante el exilio.
· Cuando se tradujo la Biblia hebra o A. Tto. al griego, los traductores usaron en forma sistemática la palabra Kyrios ("Señor") en lugar de YHVH.
De esta forma se respetó la tradición y la práctica que impusieron los judíos para evitar pronunciar el nombre sacrosanto de Dios.
· En las sinagogas - donde el texto hebreo siguió en uso, cada vez que aparecía en la lectura la palabra YHVH, el lector automáticamente pronunciaba la palabra hebrea Adonay.
· Los escritores del N.Tto. utilizaron la palabra Kyrios para representar YHVH. De modo que en las citas que tenemos del A. Tto. en el N. To., se utiliza la palabra Kyrios (Señor), en lugar de YHVH.
· Muchos siglos después, ya en plena era cristiana, los eruditos judíos, conocidos como masoretas, inventaron una puntuación vocálica y la unieron al texto consonantal sin violentar su integridad (Esto se hizo para evitar la pérdida de la pronunciación correcta y del sentido o significado correcto de las palabras hebreas).
· Así, cada palabra hebrea de lo que hoy se conoce como texto masorético, tiene el texto consonantal acompañado de su respectiva puntuación vocálica. Sin embargo, eso no sucedió con el nombre de Dios, YHVH. Los masoretas no colocaron las vocales correspondientes, sino que acompañaron el texto consonantal YHVH con los pintos vocálicos de Adonay (Señor). La intención era comunicarle al lector que aunque estuvieran presentes las consonantes del nombre sacrosanto de Dios, este no debía pronunciarse, sino que en su lugar se pronunciaría su equivalente hebreo de "Señor", es decir, ADONAY. Esta práctica, que también se sigue en algunas otras palabras del texto bíblico, se conoce con la expresión qereb y qetib ("así se lee" y "así se escribe").
¿Cómo se inició la escritura y la lectura de la palabra "Jehová"?
R: A comienzos del siglo XII d.C. el anhelo era proveer a la cristiandad de nuevas traducciones bíblicas hechas directamente de los idiomas originales y no del latín de la Vulgata.
· Fue así como se inició la escritura y lectura de la palabra "Jehová". Esta palabra es una forma híbrida; está formada por las consonantes de Yahveh y las vocales de Adonay.
· La palabra Jehová NO EXISTE, pues, en sí en el texto original hebreo de la Biblia.
· Es una invención del siglo XII d.C. que resultó de la combinación de las consonantes del término Yahve, con las vocales de la palabra Adonay.
· Cuando se tradujeron Biblias, como la reina Valera (siglo XVI d.C.), se continuó con esa práctica. Por eso es que hasta el día de hoy todas las revisiones y versiones basadas en la Reina Valera usan Jehová para referirse al nombre de Dios.
¿Cómo se debería traducir el nombre de Dios?
R: Si se quisiera traducir literalmente el nombre original de Dios, deberían usarse las formas:
YAHVÉ o YAVÉ,
¿Por qué?
R: Porque el uso de la palabra "Jehová" no solo hace caso omiso de la realidad lingüística del nombre divino, sino que además crea resistencia entre círculos tanto judíos como cristianos y creyentes ilustrados, que no ven la razón para que se siga utilizando un término que nunca estuvo en los originales de las Escrituras.
***
G L O S A R I O
Comenzaremos formulando las siguientes preguntas:
¿Cuál es la raíz hebrea que forman estas consonantes?
R: YHVH no tiene nada que ver con Señor. El significado de YHVH está relacionado con el verbo hebreo que se traduce al castellano como "ser", en tanto que "SEÑOR" es la traducción de la palabra hebrea Adonay.
· Mucho se ha debatido el origen y significado exacto de YHVH, el consenso general de los especialistas es que YHVH significa simplemente "EL ES". Esto es deducible de Ex. 3:14 (Forma verbal en primera persona):
vehyeh, "Yo Soy"
Dios dice de sí mismo "Yo Soy", el pueblo entonces dice de Dios: "El Es".
La forma verbal de esta traducción es un imperfecto del tema verbal que se conoce en la gramática hebrea como qal (La forma simple del hebreo). Su pronunciación parece ser la de Yahvé o Yavé (Comprobado por algunos textos griegos de la época patrística).
¿Cuándo dejó de pronunciarse este nombre?
R: Desde la época del A. Tto., exactamente, durante el exilio.
· Cuando se tradujo la Biblia hebra o A. Tto. al griego, los traductores usaron en forma sistemática la palabra Kyrios ("Señor") en lugar de YHVH.
De esta forma se respetó la tradición y la práctica que impusieron los judíos para evitar pronunciar el nombre sacrosanto de Dios.
· En las sinagogas - donde el texto hebreo siguió en uso, cada vez que aparecía en la lectura la palabra YHVH, el lector automáticamente pronunciaba la palabra hebrea Adonay.
· Los escritores del N.Tto. utilizaron la palabra Kyrios para representar YHVH. De modo que en las citas que tenemos del A. Tto. en el N. To., se utiliza la palabra Kyrios (Señor), en lugar de YHVH.
· Muchos siglos después, ya en plena era cristiana, los eruditos judíos, conocidos como masoretas, inventaron una puntuación vocálica y la unieron al texto consonantal sin violentar su integridad (Esto se hizo para evitar la pérdida de la pronunciación correcta y del sentido o significado correcto de las palabras hebreas).
· Así, cada palabra hebrea de lo que hoy se conoce como texto masorético, tiene el texto consonantal acompañado de su respectiva puntuación vocálica. Sin embargo, eso no sucedió con el nombre de Dios, YHVH. Los masoretas no colocaron las vocales correspondientes, sino que acompañaron el texto consonantal YHVH con los pintos vocálicos de Adonay (Señor). La intención era comunicarle al lector que aunque estuvieran presentes las consonantes del nombre sacrosanto de Dios, este no debía pronunciarse, sino que en su lugar se pronunciaría su equivalente hebreo de "Señor", es decir, ADONAY. Esta práctica, que también se sigue en algunas otras palabras del texto bíblico, se conoce con la expresión qereb y qetib ("así se lee" y "así se escribe").
¿Cómo se inició la escritura y la lectura de la palabra "Jehová"?
R: A comienzos del siglo XII d.C. el anhelo era proveer a la cristiandad de nuevas traducciones bíblicas hechas directamente de los idiomas originales y no del latín de la Vulgata.
· Fue así como se inició la escritura y lectura de la palabra "Jehová". Esta palabra es una forma híbrida; está formada por las consonantes de Yahveh y las vocales de Adonay.
· La palabra Jehová NO EXISTE, pues, en sí en el texto original hebreo de la Biblia.
· Es una invención del siglo XII d.C. que resultó de la combinación de las consonantes del término Yahve, con las vocales de la palabra Adonay.
· Cuando se tradujeron Biblias, como la reina Valera (siglo XVI d.C.), se continuó con esa práctica. Por eso es que hasta el día de hoy todas las revisiones y versiones basadas en la Reina Valera usan Jehová para referirse al nombre de Dios.
¿Cómo se debería traducir el nombre de Dios?
R: Si se quisiera traducir literalmente el nombre original de Dios, deberían usarse las formas:
YAHVÉ o YAVÉ,
¿Por qué?
R: Porque el uso de la palabra "Jehová" no solo hace caso omiso de la realidad lingüística del nombre divino, sino que además crea resistencia entre círculos tanto judíos como cristianos y creyentes ilustrados, que no ven la razón para que se siga utilizando un término que nunca estuvo en los originales de las Escrituras.
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G L O S A R I O
TETRAGRÁMATON: Gr.: «cuatro letras».
Término técnico por el que se designa el nombre inefable de la Deidad en heb.: YHWH. La pronunciación de este término es Yahvéh, con las «haches» aspiradas. El término «Jehová» procede de la fusión de las consonantes del tetragramatón con las vocales de «Adonai» (heb.: «mi Señor»), que se leía cuando en el texto heb. aparecía YHWH.
MASORETAS: (de «Massorah»: «tradición», es decir, el conjunto de todas las enseñanzas que tratan el texto sagrado, conservadas durante largo tiempo por tradición oral).
Los masoretas, rabinos judíos de Tiberias y de Babilonia, nos transmitieron el AT en su forma actual. Sus actividades se extienden entre el siglo V y X d.C.
Al principio fijaron el texto eligiendo un ms. entre todos los mss. de que disponían. A continuación copiaron el texto con un extraordinario cuidado. Según ciertos escribas, un error en una sola letra hacía que el ms. no pudiera ser utilizado. Anotaron después el texto con el fin de impedir toda añadidura u omisión, indicando en el margen la cantidad de letras, el número de ciertas expresiones, la letra central, la palabra y el versículo central en cada libro o colección de libros; cuando un vocablo les parecía incorrecto, lo dejaban dentro del texto («kethib») y ponían en el margen las consonantes del vocablo corregido («Keri»). Inventaron la puntuación vocal. Hasta el siglo V d.C., el texto heb. de la Biblia tenía sólo consonantes. La tradición era suficiente para asegurar una lectura normal. Pero, a medida que el pueblo judío se asimilaba en el seno de las naciones a las que había sido dispersado, se corría el riesgo de que se fuera perdiendo paulatinamente la pronunciación exacta de las palabras. Fue para fijar esta pronunciación que los masoretas inventaron los puntos de vocalización. Estos (puntos o pequeños trazos) se situaron sobre o debajo de las consonantes, sin perturbar la integridad del texto consonantal tradicional.
Finalmente, inventaron también un peculiar sistema de acentos, destinados a conservar, en la lectura del texto, los matices de tono y sentimiento, así como el ritmo apropiado para la lectura de la Biblia hebrea.
Término técnico por el que se designa el nombre inefable de la Deidad en heb.: YHWH. La pronunciación de este término es Yahvéh, con las «haches» aspiradas. El término «Jehová» procede de la fusión de las consonantes del tetragramatón con las vocales de «Adonai» (heb.: «mi Señor»), que se leía cuando en el texto heb. aparecía YHWH.
MASORETAS: (de «Massorah»: «tradición», es decir, el conjunto de todas las enseñanzas que tratan el texto sagrado, conservadas durante largo tiempo por tradición oral).
Los masoretas, rabinos judíos de Tiberias y de Babilonia, nos transmitieron el AT en su forma actual. Sus actividades se extienden entre el siglo V y X d.C.
Al principio fijaron el texto eligiendo un ms. entre todos los mss. de que disponían. A continuación copiaron el texto con un extraordinario cuidado. Según ciertos escribas, un error en una sola letra hacía que el ms. no pudiera ser utilizado. Anotaron después el texto con el fin de impedir toda añadidura u omisión, indicando en el margen la cantidad de letras, el número de ciertas expresiones, la letra central, la palabra y el versículo central en cada libro o colección de libros; cuando un vocablo les parecía incorrecto, lo dejaban dentro del texto («kethib») y ponían en el margen las consonantes del vocablo corregido («Keri»). Inventaron la puntuación vocal. Hasta el siglo V d.C., el texto heb. de la Biblia tenía sólo consonantes. La tradición era suficiente para asegurar una lectura normal. Pero, a medida que el pueblo judío se asimilaba en el seno de las naciones a las que había sido dispersado, se corría el riesgo de que se fuera perdiendo paulatinamente la pronunciación exacta de las palabras. Fue para fijar esta pronunciación que los masoretas inventaron los puntos de vocalización. Estos (puntos o pequeños trazos) se situaron sobre o debajo de las consonantes, sin perturbar la integridad del texto consonantal tradicional.
Finalmente, inventaron también un peculiar sistema de acentos, destinados a conservar, en la lectura del texto, los matices de tono y sentimiento, así como el ritmo apropiado para la lectura de la Biblia hebrea.