¡De destierro atrás dejo mis días!
Sea cielo, tierra, o mar, allí te esperaré.
Para mí no hay lugar ni tiempo;
Pues mi país no tiene cuerpo;
En calma y sin cuita puedo estar
Pues en cualquier orilla le habré de contemplar.
Mientras busquemos o dejemos atrás lugar,
En ninguna felicidad el alma tendrá hogar;
Mas con Dios nuestra senda para guiar,
Igual gozo es, quedar o marchar.
Si donde Tú estás no pudiera yo habitar,
Terrible destino en verdad contemplar:
Mas regiones remotas no puedo nombrar,
Segura de en todas a Dios hallar.