Desde la caída de Adán, la naturaleza de todo ser humano pasó a ser una de pecaminosidad. Cada persona manifiesta su naturaleza caída de diferentes maneras, y “cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz…