No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia.
" Respondiendo El, les dijo: ¿Por que también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?." (MATEO 15:3.)
Una gran parte de la Iglesia hoy no es "ni caliente ni fría", experimentando poco o nada la vida de Cristo y, por lo tanto, faltando en dar testimonio del mismo. Muchos del pueblo de Dios sin instrucción en la Palabra, y sin experiencia en la verdadera vida del Espíritu, anhelan, sin embargo, un conocimiento más pleno de Cristo y una experiencia más real de Su poder. Es a éstos que Satanás se dirige en este falso Pentecostalismo que pretende manifestar la vida que falta en las iglesias, pero no presenta más que una falsificación emocional de la presencia y obra del Espíritu Santo.
Jesucristo vino a pagar en nuestro lugar el castigo que merecíamos pornuestros pecados. Se dio a si mismo para que nosotros pudiésemos serreconciliados con Dios.¿Como fue posible tal cosa? En primer lugar, si Jesús hubiese sidosolamente humano, su muerte sólo hubiera pagado la pena de otro serhumano que hubiera incurrido en esa pena por la transgresión de la leyespiritual de Dios.
El Espíritu Santo tiene atributos que corresponden solo a Dios.
El Espíritu Santo es una persona porque posee las características de la personalidad.
" Y Jehová oyó la voz de Elías y el alma del niño volvió a él, y revivió."
(1ª REYES 17:22.)
" Alzad vuestros ojos hacia los cielos, y mirad abajo hacia la tierra. Porquelos cielos se desvanecerán como humo; la tierra se envejecerá como vestidura,y sus habitantes morirán como moscas. Pero mi salvación permanecerá parasiempre, y mi justicia no perecerá." (ISAÍAS 51:6.)
" Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero."
(1ª TIMOTEO 1:15.)