En todas las enseñanzas recibidas por el mayor número de cristianos se menciona a Dios habitando en un tremendo trono y presto para bendecir, pero también para juzgar y, llegado el caso, recompensar o sancionar. De lo que nadie o muy pocos hablan, es del lugar específico, preciso, puntual y bíblico en el que vive Dios. ¿Es en el cielo? ¿Y en qué cielo? Este trabajo te aclarará este punto y algunos más, por añadidura.