Hacer mención de la palabra Justicia, en este tiempo que vivimos, es casi una especie de ensoñación con algo de quimera romántica. ¿Existe en verdad esa justicia de los hombres que aseguramos establecer? Para las cosas menores con gente anónima, tal vez sí, algo. Pero cuando se trascienden a estamentos superiores, eso tan preciado para todo hombre o mujer, muta y cambia a su opuesto, que es lo peor que se puede experimentar en la vida.