Esta fotografía que aquí te mostramos, desde lo simbólico y tipológico, es genuina y es real. Es producto de este tiempo y tiene imágenes claramente definidas. Es un remanente santo, un grupo que no ha doblado sus rodillas ante los baales del mundo, ya sean el dinero, la fama, los placeres, o de la religión, las doctrinas y leyes internas. Esta fotografia que hoy apenas no va más allá de una expresión profética, encierra a la genuina iglesia del siglo veintiuno.