Se nos ha dicho que lo último que se convierte es nuestra voluntad. Algunos predicadores que gozan de muy buen humor, han añadido que lo último en convertirse es la billetera. Sin embargo, la propia Biblia nos da pistas muy claras al respecto. Y esas pistas nos llevan inexorablemente a nuestras conciencias. ¿Nos entregamos realmente a Jesucristo cuando declaramos hacerlo? Acompáñame en este trabajo y juntos encontraremos la llave que abre esta puerta.