Hay muchas tesis, (Demasiadas, diría) respecto a cómo serán los últimos tiempos, los llamados tiempos finales. De todas esas tesis, hay dos que sobresalen: la que asegura que Dios hará todo con o sin nuestra participación, y la que determina lo opuesto. Como en la primera no tendríamos demasiada tarea, hemos elegido hablar de la segunda, que es la que nos proyecta como ejecutores del plan divino.