Cuando cometemos errores, es la primera actitud física: pone nuestras manos en nuestras cabezas y lamentarnos de haberlos cometido. Ahí mismo es cuando salimos más que con urgencia a buscar el perdón, la redención, la restauración, la paz, la nueva vida. Pero no es el único momento en el que realizamos esa acción y mostramos esa actitud. Aquí están los detalles y tienen que ver con nuestro entendimiento y nuestro crecimiento.