“Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
Texto: Salmo 51: 3
Uno de los grandes problemas que más aqueja al cristiano es la poca valía personal que este posee aun siendo ya convertido, este es uno de los procesos más importantes después de la salvación y a la vez más difíciles de sobrepasar no porque a Dios le falte poder para sanarnos ni porque a él no le parezca importante sino…
“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad... por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias, PORQUE CUANDO SOY DEBIL, ENTONCES SOY FUERTE.” (2 Cor. 12.9-10)

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