DEFINICIÓN: Los grandes momentos de quebrantamiento, entrega apasionada, devoción profunda y compromiso con la santidad de Dios que acontecieron en la historia de la fe tuvieron lugar siempre que el pueblo de Dios pudo ver el trono, y temió delante de aquel que esta sentado en él.

INTRODUCCION: Dios quiere producir una adoración integral. Una ADORACION que proceda del trono de Dios. Esta adoración reafirmará la gloria de Dios, hará que nuestra vida sea transformada, que nuestras congregaciones experimenten la realidad de la presencia de Dios, que nuestras ciudades y naciones se dispongan para que la salvación de Dios se manifieste.

DESARROLLO: El trono esta en el centro de todos los acontecimientos de la historia que legítimamente podemos llamar avivamientos. ¿Que ha sucedido cuando Dios ha decidido visitar a su pueblo? El mismo ha producido un fuerte despertar, una clara percepción en cuanto a que hay alguien en el trono, y que ÉL es Santo, Santo, Santo. Mientras adoramos a ese que esta en el trono ÉL volverá a visitarnos como antaño.

Nuestra adoración debe producir más causas que efectos.

Nuestra adoración no deberá ser solo un desborde de emociones pero sin consecuencias profundas en cuanto a un cambio de vida en aquellos que asisten a nuestras reuniones.

Dios quiere que nuestra adoración en Espíritu y en Verdad haga que nos sometamos a su palabra, que andemos en el espíritu y que pronunciemos un “amen” a la totalidad de la voluntad de Dios para nuestras vidas.

CONCLUSIONES: La adoración sin una percepción del trono puede producir que se cante mucho pero que se adore poco. Que se grite mucho pero que se llore poco. Dios no quiere que al nosotros ignorar a Aquel que esta en el trono reemplacemos el sonido de su presencia por nuestro propio sonido que muchas veces resulta extraño frente a la santidad de Dios.

BASE BÍBLICA: Apocalipsis 4, Isaías 6.

APLICACIONES PRACTICAS: Necesitamos volver a anhelar el tener “Encuentros con Dios” de una manera personal e íntima. Cada encuentro producirá un sometimiento a la voluntad de Dios y al cumplimiento del propósito de Dios para nuestra vida.

Necesitamos traer el arca de Dios a nuestras casas y desde allí levantar un altar de adoración a Dios. Una adoración que se expresa en el servicio y en acciones y actitudes que honran el nombre de Dios.

Necesitamos entender que la adoración verdadera producirá ministros y ministraciones enmarcadas por un carácter santo e integro y no solo por un derroche de dones y talentos.


LA PERCEPCIÓN DEL TRONO

El trono esta en el centro de todas las cosas. Sin una percepción clara de él, nuestra adoración y practica cristiana se puede corromper. Sin el temor y el temblor que viene por una genuina percepción del carácter y la santidad de Dios, cualquier tipo de alegría que la iglesia experimente no será sino euforia.

Dios primero establece su orden, luego manifiesta su gloria pero cualquier manifestación irreverente ante esa manifestación acarrea el juicio de Dios. ¿Qué deberíamos hacer para experimentar el avivamiento y la adoración que proceden del trono?

La primera respuesta sería: "Estar abiertos al mover del Espíritu. Su palabra dice: el viento sopla de donde quiere, y aun oyendo su sonido no sabes de donde viene ni para donde va. Dios es libre, misterioso y nosotros queremos que sea como nosotros para ahorrarnos el camino de ser transformados. Cuando queremos encajonar a Dios, el ya se ha salido, pero en nuestro intento de manejarlo a nuestro antojo y parecer construímos muy fácilmente una imagen distorsionada de Él.

La segunda respuesta sería: Teniendo claro lo que fluye y emana de ese trono y de aquellos seres que están alrededor de él para entender claramente la importancia de exponernos delante de ese trono pudiendo expresar, manifestar y reflejar una adoración integral, en espíritu y en verdad.

APOCALIPSIS 4: 2-3/Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.

Vemos algunas cosas aquí:

Hay alguien en el trono. Es Santo. Es el centro de todo, allí. Ninguno tiene tal familiaridad con Él, como para decir que le conoce. El que esta allí es muy alto y sublime pero exponernos a El cada día puede comenzar a producir cosas en nosotros. Es como el efecto de ver las estrellas a través del telescopio. Solo nos permitirá comprender cuan grandes y lejos están de nosotros. Cuando le vemos a través del telescopio del trono y de su santidad nos damos cuenta cuan grande y distante esta él de nosotros. Cuando Juan dice: ESE nos habla de uno que existe por si mismo y que nos dice aquí estoy. Por último nos dice que ESE es semejante en su aspecto a la piedra de Jaspe y Cornalina.

Se desprenden tres enseñanzas de aquí:

1.Los momentos de sublime adoración producen un avivamiento en nuestro corazón que nos lleva a una total perplejidad. Por eso una de las mayores claves en nuestra adoración es hacer todos los días. Cuando su presencia

viene quedamos boquiabiertos. Cuando visos de su gloria aparecen la experiencia casi siempre es la misma. Escuche con atención algunas ocasiones donde los santos se encontraron con Él y lo que sucedió. De allí podremos deducir fácilmente si de verdad nuestros encuentros con él han sido o no significativos y si necesitamos todavía un largo camino por recorrer; porque si nuestros encuentros con él en lo público o en lo secreto no estan produciendo nada podremos asegurar entonces que ni siquiera hemos comemzado a conocerle porque conocerle implica eso cambios y muy significativos.

- ISAÍAS 6/Que encuentro tan significativo. Tal vez fueron muchas las veces que Isaías acudió a la cita con el Señor. Dios no tiene preferidos. Él tiene íntimos. Estos son los que se han acercado más. El no responde a unos primero y a otros después. Isaías llamó la atención de Dios. Tenía hambre.

Había una necesidad de un encuentro más profundo, más significativo. Tal vez la situación de Urías ayudó al encuentro, tal vez no pero se dio. Aquel encuentro no permitió que Él fuera el mismo. Hubo tres cosas significativas allí. Primero la CONFESIÓN frente al ser

expuesto a su santidad. Ay de mí.

Fue todo lo que pudo decir. De inmediato Él reconoce que hay algo que necesita ser arreglado con su boca, con sus palabras, con su lengua.

Segundo. Isaías fue consagrado. Era necesario. Su llamado era alto y el Señor no podía correr riesgos. El Espíritu nunca improvisa. Siempre trabaja en terrenos abonados.

Tercero. COMISIÓN. Él fue enviado y estuvo dispuesto a responder a ese llamado.

2. Los momentos de sublime adoración no pueden explicarse teológicamente. Ellos producen una santa y lucida ignorancia teológica. Quisiéramos que Dios pudiese ser explicado todo el tiempo pero el se cuida de que no sea así. “EL ESPÍRITU VIENE PARA SER OBEDECIDO Y NO ENTENDIDO COMO QUISIÉRAMOS”. Dios hace cosas extrañas. A veces solo logramos entender que Él esta ahí.

3. Los momentos sublimes de adoración y encuentros frente al trono van a darse siempre que el alma este dispuesta a rendirse ante Dios.

Muchas veces ocurren sin poder dar grandes explicaciones con respecto a lo absoluto de Dios. Apocalipsis no nos dice como es Dios; apenas señala quien es Él. Él es digno, y su dignidad lo hace objeto de las más radicales entregas. “ Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas”. (Apocalipsis 4:11).

Apocalipsis 4:3b/ “Y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda”. La alusión al arco iris trae toda la historia de la redención al escenario del trono. Porque Dios ha hecho un pacto de salvación. Las manifestaciones sublimes de adoración deberían producir grandes manifestaciones de salvación espiritual. Debemos declarar en nuestra adoración pública acerca del amor preservador y redentor de Dios para con sus hijos.

Apocalipsis 4:5/ “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces”. Los truenos, y voces y relámpagos, y un terremoto”son manifiestos en la presencia de aquel que esta en el trono. Esto nos habla de las diferentes formas en que Dios habla y además de ello nos habla de la manifestación de los juicios de Dios. Apocalipsis 8:3 (Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Después de esto el incensario es lanzado a la tierra y acontecen muchas cosas. LOS QUE CONSPIRAN CON DIOS SON LOS QUE ORAN EN EL ANONIMATO Y LA SANTIDAD. ESTAS PERSONAS LEVANTAN SUS VOCES DELANTE DEL TRONO Y JUNTAN SUS ORACIONES, LAS QUE ENTONCES SON MEZCLADAS CON INCIENSO Y ARROJADAS DE NUEVO A LA TIERRA. SOBRE NUESTRAS RODILLAS ESTA EL DESTINO DE NUESTRAS NACIONES. ESTAS VOCES SON MUCHAS VECES EMITIDADAS POR DESCONOCIDOS QUE ESTAN EN EL ANONIMATO Y SON LAS QUE SE CONVIERTEN LUEGO EN VERDADERAS LANZAS DE DIOS. No hay otro pasaje que afirme más claramente el poder que tiene la oración de los santos. Estos santos son los que conspiran con Dios para derribar principados y potestades y todo el ejercito de las tinieblas.

La convicción del juicio de Dios se hace más palpable allí delante del trono. Hay una gran convicción de que la voz que proviene del trono se esta haciendo oír.

Apocalipsis 4:5/ “Y delante del trono ardían siete lámparas de fuego las cuales son los siete espíritus de Dios.

El trono de Dios es la morada del fuego ardiente del Espíritu. Se habla de siete lámparas y siete ojos que tipifican la plenitud absoluta de los atributos del Espíritu. Las siete antorchas hablan del fuego de la santidad del Espíritu. Salmo 97:3/ “Fuego irá delante de Él, y abrazará a sus enemigos alrededor”. Apocalipsis 4:6 habla también de siete ojos que tipifican INESCONDIBILIDAD. Nadie puede esconderse de Él. ¿Que estas haciendo en tu recámara interior en la más escondido?. Ezequiel 8:1-8. Ezequiel vió “la imagen del celo, la que provoca a celos” al Señor la que causa su ira. El Señor lo llevó a un lugar donde los ancianos de Israel hacían toda clase de abominaciones.

EL ESPÍRITU PERCIBE LA INJUSTICIA QUE PRACTICAMOS, EL ADULTERIO CON EL QUE ESTAMOS INVOLUCRADOS, LA PROSTITUCIÓN QUE HABITA EN NUESTRAS MENTES, LAS PELÍCULAS PORNOGRÁFICAS QUE VEMOS EN LA MADRUGADA O TARDE POR LA NOCHE CUANDO ESTAMOS SOLOS. EL ESPÍRITU PERCIBE LAS MANIFESTACIONES DE MENTIRA Y ENGAÑO. EL ESPÍRITU NOS PIDE QUE COMENCEMOS A CAVAR PARA SACAR LO ESCONDIDO Y SER CONSAGRADOS. DIOS VA A TRAER MOMENTOS PARA DESNUDAR NUESTRA ALMA DELANTE DE ÉL Y SER MOVIDOS AL ARREPENTIMIENTO.

Apocalipsis 4:6/ “Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal”. El trono de Dios es un trono fundado sobre la transparencia y la verdad. Salmo 98:14/ Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de su rostro. Si anhelamos encuentros reales frente al trono de Dios la transparencia y la sinceridad deben convertirse en el fundamento de la vida o vamos a ser lanzados fuera de la presencia de Dios para comenzar una vida de hipocresía.

Dios quiere darnos una profunda sensibilización de la conciencia con respecto a la verdad. Una actitud de total transparencia cuando Dios nos ha colocado en lugares de autoridad. Una profunda crisis de ser frente a la palabra de Dios. El pueblo que vive ante la presencia del trono mantiene sus asuntos bien abiertos.

Dios nos llevará a través de una adoración genuina a:

ADORAR CON SANTA PERPLEJIDAD.

CREER VIVIR Y PROCLAMAR LOS PACTOS DE DIOS.

CONSPIRAR EN ORACIÓN CON DIOS ROGANDO QUE SUS BOMBAS DE JUICIO Y SU VOZ PODEROSA HAGAN TEMBLAR LA TIERRA.

COLOCAR NUESTRA VIDA DESNUDA DELANTE DE ÉL Y PERMITIR QUE EL ESPÍRITU QUEME LO QUE NO SIRVE.

BUSCAR DE LA VERDAD Y DE LA TRANSPARENCIA EL FUNDAMENTO DE NUESTRAS VIDAS.

Siempre que esto sucede, el poder del trono de Dios se refleja en nuestras vidas. Y como resultado, la presencia de Dios estremece cielos y tierra, convierte a los arrogantes, prevalece sobre los dioses, pulveriza las pretensiones del orgullo humano, desenmascara la falsedad, el engaño y la hipocresía, doma a los indomables, y salva a los hombres y mujeres para la santidad y para la transformación de la sociedad en derredor de ellos.


Walter Rumierk
Director “Congreso de Adoradores Trayendo el arca”
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http://www.trayendoelarca.8k.com

 

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