Este mensaje se dio en una habitación de alquiler a reventar de gente que venía de todos los rincones de América. Algunos éramos naturales de la propia ciudad de Atlanta, y para nosotros este mensaje fue una especie de manifiesto. Las dos tardes anteriores Gene (Edwards o "Edu" para los amigos) había hablado de las cosas en las que la Iglesia no debía centrarse. Esta noche nos dijo en qué debíamos centrarnos, quién es éramos, y de dónde proveníamos. Considera esto como un manifiesto acerca de Quién (o qué) puede ser la Iglesia.
Voy a contaros rápidamente lo que dijimos en las dos últimas reuniones. (Y puede que no lo veas así.) En realidad lo que dije la primera noche era que si os vais a reunir aquí, en esta Iglesia, dejad vuestras convicciones en la puerta por favor -todas ellas, junto a vuestra doctrina. Ahora bien, en un principio eso suena fatal. Después de todo..., ¿no es Cristo nuestra doctrina? ¿No se supone que debemos tener una doctrina sana? ¿Qué son esas cosas que encontramos en el Nuevo Testamento que nos dicen lo que deberíamos ser y que a todos nos causan repelús? Todo eso suena muy bien hasta que juntas a un grupo de personas. Después vas y juntas a un grupo de personas y ca da una de ellas tiene un punto de vista diferente acerca de lo que es una Iglesia, y acerca de lo que debéis hacer, y cada uno de nosotros llega de un contexto diferente, y sobre todo tenemos inclinaciones diferentes. Entre vosotros hay quienes s&o acute;lo quieren cantar, y escribir, y pintar puestas de sol. Hay otros que queréis evangelizar el mundo. Las inclinaciones se expresan de una forma determinada y esas inclinaciones tienden a barrer para sí ciertas doctrinas. Puedo encontrar me con una persona, conocerla en quince minutos, y deciros, en muchos de los casos, en qué va a estar interesada esa persona. Encuentro de lo más fascinante a las personas enamoradas de las señales y de los prodigios. La mejor de las pistas para saberlo es que nunca mantienen un trabajo estable, y si en verdad mantienen un trabajo estable, no es trabajo propiamente dicho. Bien, ¿no es eso interesante? No son personas ambiciosas. Te quieren contar esa historia acerca de la nube que vie ron, o de la que oyeron hablar, allá en Rusia. La nube era una señal, una profecía. Algunos decían que había fuego en esa nube. Esas personas son las que me escriben cartas, y las cartas son así de gordas. Est&aac ute;n llenas de ‘tal y tal profecía’ y ‘esto/aquello...’ Eso se llama inclinación o predisposición.
Gran parte de nuestro denominacionalismo se basa en inclinaciones y en aquello que atrae a personas diferentes. ¿Qué os estoy diciendo? Os estoy pidiendo, rogando..., que dejéis a la puerta todo excepto el amor por el Se&n tilde;or. Dejad vuestras críticas. Porque, mi querido amigo, tenemos mucho que criticar y de lo que ser criticados. Si esperas venir aquí, o a cualquier otro sitio tan informal como este, y encontrar una especie de lugar perfecto, eres el ca ndidato favorito para salir perdiendo. Le pediría a todo el mundo, a cualquiera que esté pensando en experimentar la Vida de Iglesia, os suplicaría que leáis -¿es el primero o el segundo capítulo de Vida Juntos?- ... se llama "El Sueño de tu Vida" (Está en el segundo capítulo). Todo el mundo llega a una congregación, a una comunidad, con el sueño de su vida o, si lo prefieres, con una lista de sueños. Y lu ego está el teórico, y este es el de ‘deberíamos ser esto y esto y esto...’ y ‘tenemos que hacer esto, esto, y esto’... Sube aquí, sólo sube aquí y mira a este grupo de personas que estoy mirando. ¿Alguna vez has tenido cien pollitos en una caja? ¿Puedes decir que has experimentado alguna vez lo que es tener cien pollitos en una caja? ¿Sabe alguien lo que significa tener cien pollitos en una caja? ¿Alguien? ¿En esta sala? Bueno, ¡cuando era pequeño sol&iac ute;a criar pollitos! Pues pones cien pollitos en una caja... ¡y cuando te das la vuelta hay cincuenta fuera! Y te pones a cojerlos y los vuelves a colocar en su sitio, y cuando los has vuelto a poner allí los otros cincuenta no están. No ha s avanzado nada... No sé cómo conseguimos alguna vez tenerlos todos en una caja. Cuándo quitas la tapa... ¿Sabéis lo que es un pollito? Es una gallina bebé. Es una pequeña cosita de dos, tres, o cuatro días de vida. Una gallina bebé. ‘¡Chip, chip, chip, chip!’... y se salen de la caja. Eso es la iglesia. ‘Perfecto, haremos esto, esto, esto, y esto.’ ¡Vete y organiza a esos polluelos! Pero hombre, da gracias que logremos salir con vida. Y de eso se t rata, bueno, si lo logramos hemos hecho un milagro. Con sólo salir con vida. Tus teorías no funcionarán. Vas a vivir siendo un viejo amargado, triste, y defraudado. Tengo un querido amigo que viene a... -mejor que no sea demasiado exp lícito- pero va buscando la Iglesia perfecta. Ahora andará por los setenta años. Dios le ama, sé que tendrá un lugar especial en el Cielo, pero no va a encontrarlo en la Tierra. Muchacho, seguro que no ha encontrado nada parecido en mi ministerio. ¡La palabra ‘perfecto’ se me atraganta! ¡Muchacho! No tengo nada de qué jactarme en el camino del Reino de Dios. El hecho de que nos reunamos es un milagro. Así que cuando vengas, ven en general, no vengas en específico. Esa fue mi primera noche.
Renunciar a la referencia de uno mismo y no venir con una referencia de Dios, sino hacerse uno con el propósito de Dios, y compartir con Él -y voy a usar esta palabra "Su celo" para explicar por qué cre&oa cute;, Su propósito, y la intención que había detrás de todo ello- ocupará lo que queda de conferencia, y será algo a lo que necesitarás volver una y otra vez por la sencilla razón de que es algo a l o que nos resulta muy difícil aferrarnos. Pasamos verdaderos apuros al intentar aferrarnos a estas cosas. Por lo tanto, vamos a empezar ahora con el mensaje de esta noche. Eso ha sido un repaso. Si alguien quiere parar y hacer una pregunta, por fav or hacedlo. ¡Oh, bien! ¡Tenemos aquí dos extrovertidos que siempre están dispuestos a hacer una pregunta!
-¿Qué pasa con los ancianos?
Tener ancianos en América significa tenerlos sin nombre, y que los hermanos y hermanas sean lo suficientemente avispados como para imaginarse quiénes son. En los Estados Unidos no puedes dar un título. No puedes hac erlo, sencillamente. Y a pesar de lo que yo haga a la hora de elegir a alguien, o lo que vosotros hagáis, o lo que haga cualquier otro, en la Iglesia hay hombres que son ancianos. Simplemente lo son. No puedes detenerlo, no puedes evitarlo. //// Pe ro siempre hay dos hermanos que creen que lo son, y no lo son. Están completamente convencidos de que lo son, y se preguntan por qué la gente no lo ha descubierto todavía. Se ofuscan, con qué facilidad se ofuscan cuando tienen el más mínimo interés en sí mismos.
Tuvimos que dejar marchar a un hombre que trabajaba para Christian Books (Libros Cristianos). Fue algo muy feo. No se podía decir nada bonito de él, así que todos los que formaban parte del equipo se pusieron de acu erdo para decir algo agradable de él. Todos decidimos decirle lo mismo. Lo único agradable y positivo que se nos ocurrió decir, en vez de humillarlo, te llevaba a pensar que era el único cumplido que jamás se habí a hecho en toda la historia de la raza humana. Y, con ese cumplido en su mano, quería controlar y manejar todo el cotarro. Cuando un hermano o hermana acudía a él para pedirle su opinión sobre algo, se inflaba tanto que parec&i acute;a que iba a reventar. //// Llegará el momento en que tenga que irme. No voy a nombrar ancianos. Pero tiene que haber alguien que tenga la última responsabilidad en cosas como los gastos, las facturas, y cosas así. Y podemos tene r tres hermanos que se cuiden de esas cosas. Y cada seis meses más o menos, uno de ellos tendrá que dejarlo para que otro tome su lugar. Pero esos no son ancianos, simplemente son hermanos. Pero yo no me atrevería a dejar que los mism os tres hermanos se ocupen de ello. Los demás hermanos tendrán envidia. Mucha envidia. Y se inflarán como globos. ¿No es lamentable? ¡Di amén! ¿Es o no es lamentable? Si conoces un remedio para eso, házmelo saber. Por es o tenemos que hacerlo así. De aquí a cien años, cuando todos hayamos madurado, a lo mejor alguno de estos hermanos es capaz de manejar el término anciano. No sé si en América es posible. Como os dije la otra noche , hay dos clases de Americanos: los anarquistas, que no quieren ningún tipo de gobierno, sea cual sea, y los otros, que quieren ser el señor, dictador y demagogo indiscutible por encima de todo el mundo.
¿Cuál es vuestra tercera pregunta?
-¿Dónde encaja un diácono? ¿Qué es un diácono?
No creo que exista tal cosa como un diácono. De verdad que no. Es una transcripción de una palabra que significa siervo. Creo que todos somos siervos. Podrías argumentar a favor del diácono. Con las Escritura s. Pero me gustaría mucho que dejásemos de transcribir todos los versículos, todas las palabras del Nuevo Testamento. La palabra apóstol no significa nada. Y debería traducirse, no transcribirse. La palabra obispo ni siq uiera debería traducirse -pero es una transcripción. Debería ser supervisor. Pero si tomaras, no sé... algunas veces la palabra diácono/diaconisa se traduce por siervo, y otras veces se traduce por diácono, que es una transcripción. Cuando juntan todos esos versículos, y los traducen, entonces lo que es un diácono se queda en algo muy, muy pequeño. Lo que quiero decir es que todos somos diáconos y diaconisas. Todos estamos aqu&ia cute; para servir al Señor. (Amén.) Yo no veo diáconos. Vería a todos nosotros como diáconos. Así que (dirigiéndose al que ha hecho la pregunta)... te ha sido otorgada la investidura. (Risas.) Ahora soy di& aacute;cono. Bien. Diácono Pépe, diácono Manolo, y así continuaría.
Por lo tanto dejadme seguir con lo que tenemos a mano. Si empiezas con el punto de referencia equivocado, todo punto de referencia posterior también será equivocado. Si empiezas con el hombre, siempre tendrás el pun to de referencia equivocado. Incluso yo diría que si empiezas por Dios y trabajas para el hombre, eso te dará el punto de referencia equivocado. Aún me asusta un poco decir, ‘bien, simplemente empieza por Dios’, porque eso es fá ;cil de decir. Pero si pudiera decirlo, diría que ‘si siempre pudiéramos empezar en lo eterno, en la mente de Dios, quedarnos ahí y hacernos con esa imagen, con esa mente, como nuestro punto de referencia...’ entonces tenéis el punto de partida correcto... ¿qué término estoy tratando de explicar aquí? Un punto de partida, para marchar adelante. Punto de partida. Hermanos y hermanas, nos falta eso. Pero yo le diría al grupo de personas que está en este salón, y a cualquiera que haya de venir aquí, ‘Esta semana me pongo firme para decir que éste será nuestro compromiso. Será nuestro compromiso total. Es todo lo que vamos a hacer. Siempre empezaremos por este pr opósito eterno.’ (¡Aleluya!) Ahí es donde empezaremos con todo, ahí. A lo mejor en otro sitio haremos cualquier otra cosa, pero aquí será un comienzo en Él como nuestro punto de referencia. Os lo voy a decir ahor a, y lo voy a seguir repitiendo... no vengáis aquí por vuestras propias necesidades. Os voy a pedir que repitáis algo conmigo. El propósito eterno de Dios no se ve influenciado ni afectado por nuestras propias necesidades. Lo v oy a decir otra vez y os dejaré que penséis acerca de ello. Las intenciones de Dios, Su propósito, Su razones para crear, para ofrecernos un destino, aquello que es tan innato a Él, no se ve afectado ni determinado por las nece sidades del hombre. Ahora lo dividiremos en trocitos pequeños y lo diremos una vez... el propósito eterno de Dios (se repite) no se ve determinado (se repite) ni afectado (se repite) por las necesidades del hombre (se repite). Así que deciros eso equivale a dejar claro lo que estoy tratando de decir a todos los que están aquí, y esto es, ‘Querido amigo, no venimos aquí para que tus necesidades sean satisfechas.’ Venimos aquí para unirnos a Su propósi to. Y su propósito se encuentra fuera de nuestras necesidades. La caída no determinó, no originó, y no afectó a Su plan eterno (Amén.) Las necesidades que tú y yo tenemos como resultado de la caída n o afectan ni influencian lo que Dios está haciendo para cumplir Su propio propósito. Simplemente déjame mostrarte lo que ocurre si te concentras en el hecho de que somos criaturas caídas, hemos sido salvados, y estamos muy nece sitados: continuamos el resto de nuestras vidas fijándonos en eso y seguimos estando necesitados, y continuamos, inconscientemente, forzando a Dios a desviar el curso de Su actividad actual -sea lo que sea que cada uno sienta que Él est&aacu te; haciendo ahí arriba, o aquí abajo-, para venir y satisfacer esas necesidades. Ahora, hermanos y hermanas, si llegamos a ver, por revelación, Su plan eterno y nos hacemos una sola cosa con ese plan..., vivir para Dios. (Amén .) Di conmigo simplemente ¡Vivir para Dios! Y si toda nuestra consagración, todas nuestras ofensas, toda nuestra actividad está ahí, primariamente si no puede ser totalmente, entonces nuestras necesidades personales puede que no se de svanezcan, pero muchacho, oh muchacho, oh muchacho... tampoco dominan.
Mientras tengamos un evangelio tan centrado en la salvación, y no le quito nada a nuestra necesidad de ser salvos..., pero te dijeron que eres un pecador, eres un pecador, eres un pecador, eres una criatura caída, eres una criatura caída, eres esto, eres aquello, tienes que hacer esto, tienes que hacer aquello y ‘sabes que salimos de las aguas bautismales como sintiéndonos que somos esto’. Y lo que quieres decir es que han pasado cincuenta años y es aq uí donde estamos. Somos gente realmente necesitada. Hermanos y hermanas, si sacas a ese mequetrefe de las aguas bautismales y lo pones detrás de los ojos de Dios (¡Aleluya!) y lo pones en el propósito de Dios, que está totalmen te fuera del pecado y no le afecta en lo más mínimo (¡Amén, aleluya!), entonces hermano, eso cambia el curso de toda la fe cristiana. (¡Amén!) ¡Di algo! (¡Amén!) ¡Alabado sea Dios! ¿Lo estáis entendiendo?
Para aquellos de vosotros que os reunáis aquí, nadie satisfará tus necesidades como si de un bebé te trataras. Nos trasladaremos a otro plano y a otro lugar. Confesamos que tenemos necesidades. Ministraremos hacia esas necesidades. No quiero decir que seremos crueles con aquellas: ‘¿Qué significa eso de que se te ha roto la pierna? ¡No vengas a decirme que se te ha roto la pierna! ¡Me da exactamente igual! ¡Dios es el que no nos da igual!’ Claro, no es toy hablando de esa clase de crueldad, sólo quiero decir, hermano, que el énfasis va a estar en Él. (¡Amén, aleluya!) Será Cristocéntrico. ¿Entendéis eso? Será Cristo-lógico. Y Padre-ló gico. Estará sobre el Padre, y sobre el Señor Jesucristo. Allí es donde miraremos. Algunas veces vas a decir, ‘Oye, ¿hay algo aquí que sea para mí? ¿Qué tal si me dais una palmadita en la espalda para decirme lo g uay que soy?’ Hermanos y hermanas, ahí afuera todo el mundo está procurando ‘palmaditas en la espalda por lo guay que soy’. Veamos lo qué ocurre si echamos a un lado esta soberbia atención que tenemos sobre nosotros mismos y no s desplazamos a otras esferas y nos concentramos a su lado en lo que Él desea. Tened esto claro los que estéis de visita para disfrutar de la música y para decidir si os gustaría venir a este sitio.
¿Sería posible que miraras conmigo algunos pasajes? Por qué no vas a Romanos 11. Esto es grandioso. Romanos 11. Luego, en un momento, vamos a investigar por qué se han metido estas cosas en la Biblia. "Porqu e de él, y por él, y para él, son todas las cosas." "De él, por él y para él son todas las cosas." (¡Gloria a Dios!) Y permíteme que coja las tres primeras palabras y diga ‘ Todas las cosas son de él, por él, y para él.’ Bueno, ¿te gusta más ese versículo que Romanos 6:23? (Risas) ¿Te gusta más ese versículo? ¿Quieres pertenecer a la Iglesia de Romanos 3:23 y 6:23? ¿O quieres p ertenecer a la Iglesia de Romanos 11:36? ¿Cuál te gusta más? ¿Puedes sentir...? ¡sólo siente la diferencia! Si no entiendes aquí la palabra... porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. ¡Son to das las cosas! Bueno, ¿eso qué significa? Escucha... todas las cosas vienen/son de Él... suena más teológico. Todas las cosas son de Él... eso significa que todas las cosas se originan en Él. Pero resulta que hay un montón de cosas que no se originan en el Señor. El pecado no se origina en el Señor. El hecho de que te rompiste una pierna no se origina en el Señor. El Maligno no se origina en el Señor... pero según este ve rsículo todas las cosas vienen del Señor.
Parece que siempre tengamos un problema teológico con el pecado. Y también sabes que en este mundo ha habido todas las teorías habidas y por haber. Que tal si por un momento ponemos a un lado el pecado. ¿Satan&aacut e;s proviene del Señor? ¿Sus actividades provienen del Señor? ¡De ninguna manera!... Oh sí, querido niño de Dios. Es su doncella de confianza. (Amén.) No te lo crees, ¿a qué no? ¿De verdad que no te lo crees? Ento nces dadme un minuto para hacer algo que no había planeado hacer. A lo mejor también entendéis esto; es horrible. Os voy a contar algo que quizás os haga no querer ser más un cristiano.
¿Alguien me puede decir en qué página está Job? (Risas. En la 620) En la mía es la 716. "Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job..." eso es todo lo que tienes que oír. Ahora, el versículo 6... "Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios -probablemente serían los ángeles-... entre los cuales vino también Satanás." Y dijo Sataná ;s a Jehová... -creo que harías bien en abrir tu Biblia, aquí estoy predicando herejía no adulterada. Lo voy a leer otra vez. Os voy a dar tiempo para que lo busquéis. Necesitáis ver esto. "Un día v inieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios. Satanás, el adversario, también vino con ellos." Y dijo Satanás a Jehová... (Lo que dice es, "Y Jehová dijo a Satanás.& quot;) Bien, que alguien lo lea como es. ("Y Jehová dijo a Satanás") "Y Jehová dijo a Satanás... ¿De dónde vienes? (Risas.) Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ‘De rodear la tierra y de andar por ella’ Y Satanás dijo a Jehová... y Jehová dijo a Satanás: ‘¿No has considerado a mi siervo Job?’" (Jolines.)
Porque todas las cosas son de él. (¡Amén!) No estoy seguro de que me estéis siguiendo. ¿Sabéis adónde me dirijo? ¿Habéis sacado algo en claro de ahí? Ahí llegan los ángeles, se presentan ante Dios y allá que va Lucifer, Satanás, con todo el derecho de estar ahí; pero no puede estar ahí porque ha sido echado. Bueno, no es su hogar, pero puede estar de visita. (Risas.) No puede entrar..., sin embarg o entró y se puso ahí de pie. No tenía potestad... está delante del trono de Dios. Y primero habló el Señor. (Amén.) ¿No has considerado a mi siervo Job? Bueno, ¿quién se ha metido en un aprieto? (Ri sas) De repente, como quien no quiere la cosa, ¿quién está en apuros? (Job.) Job está en apuros. ¡Job está en graves apuros! No queréis este tipo de Dios, ¿verdad? (Amén.) Y Satanás hace algo bastante sorpr endente. A ver si escuchas con mucha atención. Satanás hace dos cosas: Juzga a Dios por el rasero del Satanás. Explicaré eso en un momento. Y la segunda cosa que hace es ofrecer el evangelio que nosotros ofrecemos, o el que se nos ha ofrecido.
Vale, estoy seguro que ninguno de vosotros entiende lo que quiero decir, así que dejadme explicar. Satanás dijo: ‘La única razón por la que ese hombre te ama es porque le bendices.’ Ese es el meollo del asunt o. Dios dijo que no era cierto. Había aquí un hombre que le amaba. Ese libro es así de gordo... ¿alguna vez has tratado de leer el Libro de Job de cabo a rabo? Es decir, es muy cansino leer todo este tira y afloja, y tú ah&iacu te; tratando de imaginarte cuál es el mensaje. Hermanos, el mensaje está en el primer capítulo y en el último capítulo... el resto te lo puedes saltar. (Risas.) Satanás le acusa de predicar el propio evangelio de Satanás. Bueno, ¿qué hace Satanás para ganar conversos? Tiene un evangelio que dice: ‘Te bendeciré. Te daré el mundo, el oro y el moro, riqueza, fama, fortuna, gloria.’ Ese es su evangelio. (Es verdad.)
Suena muy parecido a ese evangelio que a ti y a mí se nos ha predicado. (Es verdad.) Sé que cuando era un joven cristiano, sabes, me ponía de pie en el púlpito y predicaba -el pelo que entonces tenía m e caía por la cara- como si me dieran cuerda: ‘Si confías en el Señor, Él esto, Él lo otro...’ y tío, cuando al fin terminaba, conque sólo hubieras recibido al Señor seguro que no ibas a tener ning&u acute;n problema durante los próximos mil años. Traficaba con mi Señor. ¿Entiendes lo que digo? Traficar con Dios. Traficar con Su buena misericordia. Y Satanás le dice al Señor ‘eso es lo que hiciste... es por eso que t e ama, por todas las buenas cosas que haces por él y por otros.’ El Señor dijo, ‘No es verdad.’ Pero quiero que os quede muy, muy clara una cosa. Fue Dios quien sacó a Job a relucir. Él inició el desastre. Lo puso en man os de Satanás, pero Él Mismo inició el desastre. ¿No es asombroso? Eso hará temblar tus cimientos. La única razón por la que te sigue y te ama es porque, colega, ¿has visto el catálogo de cosas que tiene? ¡ También yo te seguiría y amaría si me dieras esa clase de bendiciones! Y Dios dice que no es verdad. Casi puedes ver aquí mismo la lucha por el eterno propósito. ¿Estará centrado en el hombre? ¿O estará cen trado en Dios? Acusa a Dios de su propio evangelio. Y luego dice: ‘El hombre no te seguirá a menos que seas bueno con él.’
Muy bien, es por eso precisamente por lo que no deberías venir aquí. Porque nosotros no podemos predicar ese evangelio. El evangelio de las buenas gracias de Dios. Conque sólo vengas, muchacho, Él te dar&aacu te; un cadillac, y Él esto, y Él aquello; el hombre más famoso de América en predicar ese evangelio está cumpliendo ahora mismo una sentencia de cuarenta años de cárcel. La cosa se desmoronó. Y lo si ento, y lloro sin consuelo por ese hermano. A ese hermano verdaderamente le pasó una locomotora por encima. Es lamentable, sencillamente. Pero ese evangelio no le guiñó el ojo. Confío en que ese hermano salga conociendo al Se&n tilde;or, y lo conozca por sí mismo. (Así es.) Ahora quiero que sepáis que... ¿habéis entendido el tema en cuestión? ¡Todas las cosas provienen de Él!
Ahora dejadme que os diga algunas cosas más, aquí en Job, por las que hay que preocuparse. Vale, a todo el mundo se le pone en su sitio, ya sabes, y al final Dios bendijo a Job y recuperó todo su ganado y sus movida s. Dos cosas acerca de eso, y es que no ocurrió hasta que Job tuvo una revelación del semblante de Dios. No antes. (Amén.) No vino la restauración y después la revelación. Fue la revelación y luego la resta uración. ¿Pero sabes lo que siempre me ha preocupado? Lo único de lo que hablamos es de que Job fue restaurado. Y decimos: ¡Buuuf! Job lo recuperó todo, ¿no? Bueno amigos, tiene un cementerio en el patio de su casa lleno de chiquillos matados por mano de Satanás, con el permiso de Dios. ¿Por qué no le preocupa eso a la gente? Nos encanta escuchar las historias de cómo un hermano sufrió esto y aquello. Nos encanta escuchar al Hermano Prem sus historias. Pero cuando Prem... ¡mírale subir una escalera! ¡Mira al Hermano Prem subir una escalera! Tiene un cementerio en el patio de su casa. ¿Entiendes lo que quiero decir? Las cicatrices de lo que Dios ha hecho están en el cuerpo de este hermano. Y se quedan con nosotros, ¡para siempre!
Muy bien... todas las cosas vienen de Él. (Sí.) ¿Estás... estás convencido? ¡Vale, bien! ¿Has visto a mi siervo Job? Hay otra lección que aprender de Job. ¿Queréis todos oírla? (¡S&iacut e;!.)
Acepta las cosas como de la mano de Dios... porque no sabes de dónde sale todo esto. Y te voy a decir dónde se origina. Se origina en otras esferas. Es ahí dónde se origina. ¿Comprendes que todo lo que le aco nteció a Job se decidió en otro lugar fuera del tiempo y del espacio? Ocurrió totalmente sin que Job lo supiera, y murió sin saberlo. (¡Amén!) Ahora, ahora mismo, puede que se estén reuniendo en la presencia de Di os. Y allá que entra el León sin decir una sola palabra... ¡no ha dicho ni mú! Y Dios dice, ‘Satanás, ¿has visto a mi siervo...?’ (¡Edu! Risas.) Hermanos y hermanas, sabéis que la semana que viene Andy puede romperse una pierna, y a la semana siguiente puede romperse un brazo. No hay quien sepa qué clase de desastre le puede sobrevenir a este hermano. Y no sabrá que en los reinos celestiales se dice: ‘Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has visto a M i siervo?’ Bueno vale, esto debería consolaros. ¿Sí o No? (Sí.) Todas las cosas son de Él. (¡Amén!) ¡Todas las cosas son de Él! ¡Todas las cosas son de Él!
No siempre es fácil entenderlo bien, o saber cómo reaccionar. Es algo que está en el interior de nuestros espíritus. Y es una verdadera prueba, porque surgen preguntas bastante peliagudas. ¿Esto es algo que s e supone que he de rechazar, o aceptar? Es algo así, ya sabes, como que se presenta un pordiosero y dice, ‘voy a vivir contigo.’ Se quita los zapatos, se tumba en tu sofá, y tú dices: ‘Todas las cosas vienen de Dios.’ Y mientras tanto él está ahí, y vas a tenerle contigo y mantenerle el resto de tu vida. No sé. Si yo fuera tú creo que antes hablaría con alguno de los hermanos. Pero todas las cosas son de Él, al menos desde el momento en que llegaste a casa. Él llegó hasta ahí. Viene de Él.
Estupendo... todas las cosas son de Él, ¿qué más? ¿Qué más queda del versículo? Todas las cosas son por -a través de- Él... Eso quiere decir que todo lo que haya ocurrido pas&oacut e; por Él antes de que llegase a ti. Dios es la jeringuilla. De Él, a través de Él. Esas cosas las permitió en tu vida. Si así lo prefieres, son espirituales porque han pasado por Dios. Su contenido tiene impreso la marca de Dios. Si tienes ojos para ver..., lo que quiera que esté en tu vida pasó a través de Dios para que te llegara a ti. Dios era los medios. Dios era el origen. Dios era los medios.
Y ahora, aquí está la cosa más sorprendente... Todas las cosas son para Él... ¿Me sigues? No todo esto es negativo, hay un lado positivo. Enseguida pensamos en lo negativo, pero hay un polo positivo. Vale bie n, aquí está Dios, eso se origina en Él, viene de Él, a ti te llega marcado con Sus huellas dactilares, es algo espiritual, bajo Su permiso, bajo Su denominación de origen, y la jeringuilla en que se contiene es É l, esa cosa llega a tu vida y ocurre algo porque hay un algo que vino de Él y por Él. A ti te pasa algo porque vino de Él y a través de Él. ¿Y adivinas lo que ocurre? Sea lo que sea, ese algo regresa a Él. (¡Alelu ya!) ¡Sí! ¡Di aleluya, hermano! Hermana, di aleluya. ¿Sabes lo que quiere decir? Quiere decir que empieza con Él, se va a ti, y vuelve a Él como gloria Suya. (¡Amén!) Él es glorificado en lo que quiera que sea que salier a de Él. Por Su permiso y aprobación ha regresado a Él para gloria Suya. (Amén.)
(GENE EDWARDS)
Gran parte de nuestro denominacionalismo se basa en inclinaciones y en aquello que atrae a personas diferentes. ¿Qué os estoy diciendo? Os estoy pidiendo, rogando..., que dejéis a la puerta todo excepto el amor por el Se&n tilde;or. Dejad vuestras críticas. Porque, mi querido amigo, tenemos mucho que criticar y de lo que ser criticados. Si esperas venir aquí, o a cualquier otro sitio tan informal como este, y encontrar una especie de lugar perfecto, eres el ca ndidato favorito para salir perdiendo. Le pediría a todo el mundo, a cualquiera que esté pensando en experimentar la Vida de Iglesia, os suplicaría que leáis -¿es el primero o el segundo capítulo de Vida Juntos?- ... se llama "El Sueño de tu Vida" (Está en el segundo capítulo). Todo el mundo llega a una congregación, a una comunidad, con el sueño de su vida o, si lo prefieres, con una lista de sueños. Y lu ego está el teórico, y este es el de ‘deberíamos ser esto y esto y esto...’ y ‘tenemos que hacer esto, esto, y esto’... Sube aquí, sólo sube aquí y mira a este grupo de personas que estoy mirando. ¿Alguna vez has tenido cien pollitos en una caja? ¿Puedes decir que has experimentado alguna vez lo que es tener cien pollitos en una caja? ¿Sabe alguien lo que significa tener cien pollitos en una caja? ¿Alguien? ¿En esta sala? Bueno, ¡cuando era pequeño sol&iac ute;a criar pollitos! Pues pones cien pollitos en una caja... ¡y cuando te das la vuelta hay cincuenta fuera! Y te pones a cojerlos y los vuelves a colocar en su sitio, y cuando los has vuelto a poner allí los otros cincuenta no están. No ha s avanzado nada... No sé cómo conseguimos alguna vez tenerlos todos en una caja. Cuándo quitas la tapa... ¿Sabéis lo que es un pollito? Es una gallina bebé. Es una pequeña cosita de dos, tres, o cuatro días de vida. Una gallina bebé. ‘¡Chip, chip, chip, chip!’... y se salen de la caja. Eso es la iglesia. ‘Perfecto, haremos esto, esto, esto, y esto.’ ¡Vete y organiza a esos polluelos! Pero hombre, da gracias que logremos salir con vida. Y de eso se t rata, bueno, si lo logramos hemos hecho un milagro. Con sólo salir con vida. Tus teorías no funcionarán. Vas a vivir siendo un viejo amargado, triste, y defraudado. Tengo un querido amigo que viene a... -mejor que no sea demasiado exp lícito- pero va buscando la Iglesia perfecta. Ahora andará por los setenta años. Dios le ama, sé que tendrá un lugar especial en el Cielo, pero no va a encontrarlo en la Tierra. Muchacho, seguro que no ha encontrado nada parecido en mi ministerio. ¡La palabra ‘perfecto’ se me atraganta! ¡Muchacho! No tengo nada de qué jactarme en el camino del Reino de Dios. El hecho de que nos reunamos es un milagro. Así que cuando vengas, ven en general, no vengas en específico. Esa fue mi primera noche.
Renunciar a la referencia de uno mismo y no venir con una referencia de Dios, sino hacerse uno con el propósito de Dios, y compartir con Él -y voy a usar esta palabra "Su celo" para explicar por qué cre&oa cute;, Su propósito, y la intención que había detrás de todo ello- ocupará lo que queda de conferencia, y será algo a lo que necesitarás volver una y otra vez por la sencilla razón de que es algo a l o que nos resulta muy difícil aferrarnos. Pasamos verdaderos apuros al intentar aferrarnos a estas cosas. Por lo tanto, vamos a empezar ahora con el mensaje de esta noche. Eso ha sido un repaso. Si alguien quiere parar y hacer una pregunta, por fav or hacedlo. ¡Oh, bien! ¡Tenemos aquí dos extrovertidos que siempre están dispuestos a hacer una pregunta!
-¿Qué pasa con los ancianos?
Tener ancianos en América significa tenerlos sin nombre, y que los hermanos y hermanas sean lo suficientemente avispados como para imaginarse quiénes son. En los Estados Unidos no puedes dar un título. No puedes hac erlo, sencillamente. Y a pesar de lo que yo haga a la hora de elegir a alguien, o lo que vosotros hagáis, o lo que haga cualquier otro, en la Iglesia hay hombres que son ancianos. Simplemente lo son. No puedes detenerlo, no puedes evitarlo. //// Pe ro siempre hay dos hermanos que creen que lo son, y no lo son. Están completamente convencidos de que lo son, y se preguntan por qué la gente no lo ha descubierto todavía. Se ofuscan, con qué facilidad se ofuscan cuando tienen el más mínimo interés en sí mismos.
Tuvimos que dejar marchar a un hombre que trabajaba para Christian Books (Libros Cristianos). Fue algo muy feo. No se podía decir nada bonito de él, así que todos los que formaban parte del equipo se pusieron de acu erdo para decir algo agradable de él. Todos decidimos decirle lo mismo. Lo único agradable y positivo que se nos ocurrió decir, en vez de humillarlo, te llevaba a pensar que era el único cumplido que jamás se habí a hecho en toda la historia de la raza humana. Y, con ese cumplido en su mano, quería controlar y manejar todo el cotarro. Cuando un hermano o hermana acudía a él para pedirle su opinión sobre algo, se inflaba tanto que parec&i acute;a que iba a reventar. //// Llegará el momento en que tenga que irme. No voy a nombrar ancianos. Pero tiene que haber alguien que tenga la última responsabilidad en cosas como los gastos, las facturas, y cosas así. Y podemos tene r tres hermanos que se cuiden de esas cosas. Y cada seis meses más o menos, uno de ellos tendrá que dejarlo para que otro tome su lugar. Pero esos no son ancianos, simplemente son hermanos. Pero yo no me atrevería a dejar que los mism os tres hermanos se ocupen de ello. Los demás hermanos tendrán envidia. Mucha envidia. Y se inflarán como globos. ¿No es lamentable? ¡Di amén! ¿Es o no es lamentable? Si conoces un remedio para eso, házmelo saber. Por es o tenemos que hacerlo así. De aquí a cien años, cuando todos hayamos madurado, a lo mejor alguno de estos hermanos es capaz de manejar el término anciano. No sé si en América es posible. Como os dije la otra noche , hay dos clases de Americanos: los anarquistas, que no quieren ningún tipo de gobierno, sea cual sea, y los otros, que quieren ser el señor, dictador y demagogo indiscutible por encima de todo el mundo.
¿Cuál es vuestra tercera pregunta?
-¿Dónde encaja un diácono? ¿Qué es un diácono?
No creo que exista tal cosa como un diácono. De verdad que no. Es una transcripción de una palabra que significa siervo. Creo que todos somos siervos. Podrías argumentar a favor del diácono. Con las Escritura s. Pero me gustaría mucho que dejásemos de transcribir todos los versículos, todas las palabras del Nuevo Testamento. La palabra apóstol no significa nada. Y debería traducirse, no transcribirse. La palabra obispo ni siq uiera debería traducirse -pero es una transcripción. Debería ser supervisor. Pero si tomaras, no sé... algunas veces la palabra diácono/diaconisa se traduce por siervo, y otras veces se traduce por diácono, que es una transcripción. Cuando juntan todos esos versículos, y los traducen, entonces lo que es un diácono se queda en algo muy, muy pequeño. Lo que quiero decir es que todos somos diáconos y diaconisas. Todos estamos aqu&ia cute; para servir al Señor. (Amén.) Yo no veo diáconos. Vería a todos nosotros como diáconos. Así que (dirigiéndose al que ha hecho la pregunta)... te ha sido otorgada la investidura. (Risas.) Ahora soy di& aacute;cono. Bien. Diácono Pépe, diácono Manolo, y así continuaría.
Por lo tanto dejadme seguir con lo que tenemos a mano. Si empiezas con el punto de referencia equivocado, todo punto de referencia posterior también será equivocado. Si empiezas con el hombre, siempre tendrás el pun to de referencia equivocado. Incluso yo diría que si empiezas por Dios y trabajas para el hombre, eso te dará el punto de referencia equivocado. Aún me asusta un poco decir, ‘bien, simplemente empieza por Dios’, porque eso es fá ;cil de decir. Pero si pudiera decirlo, diría que ‘si siempre pudiéramos empezar en lo eterno, en la mente de Dios, quedarnos ahí y hacernos con esa imagen, con esa mente, como nuestro punto de referencia...’ entonces tenéis el punto de partida correcto... ¿qué término estoy tratando de explicar aquí? Un punto de partida, para marchar adelante. Punto de partida. Hermanos y hermanas, nos falta eso. Pero yo le diría al grupo de personas que está en este salón, y a cualquiera que haya de venir aquí, ‘Esta semana me pongo firme para decir que éste será nuestro compromiso. Será nuestro compromiso total. Es todo lo que vamos a hacer. Siempre empezaremos por este pr opósito eterno.’ (¡Aleluya!) Ahí es donde empezaremos con todo, ahí. A lo mejor en otro sitio haremos cualquier otra cosa, pero aquí será un comienzo en Él como nuestro punto de referencia. Os lo voy a decir ahor a, y lo voy a seguir repitiendo... no vengáis aquí por vuestras propias necesidades. Os voy a pedir que repitáis algo conmigo. El propósito eterno de Dios no se ve influenciado ni afectado por nuestras propias necesidades. Lo v oy a decir otra vez y os dejaré que penséis acerca de ello. Las intenciones de Dios, Su propósito, Su razones para crear, para ofrecernos un destino, aquello que es tan innato a Él, no se ve afectado ni determinado por las nece sidades del hombre. Ahora lo dividiremos en trocitos pequeños y lo diremos una vez... el propósito eterno de Dios (se repite) no se ve determinado (se repite) ni afectado (se repite) por las necesidades del hombre (se repite). Así que deciros eso equivale a dejar claro lo que estoy tratando de decir a todos los que están aquí, y esto es, ‘Querido amigo, no venimos aquí para que tus necesidades sean satisfechas.’ Venimos aquí para unirnos a Su propósi to. Y su propósito se encuentra fuera de nuestras necesidades. La caída no determinó, no originó, y no afectó a Su plan eterno (Amén.) Las necesidades que tú y yo tenemos como resultado de la caída n o afectan ni influencian lo que Dios está haciendo para cumplir Su propio propósito. Simplemente déjame mostrarte lo que ocurre si te concentras en el hecho de que somos criaturas caídas, hemos sido salvados, y estamos muy nece sitados: continuamos el resto de nuestras vidas fijándonos en eso y seguimos estando necesitados, y continuamos, inconscientemente, forzando a Dios a desviar el curso de Su actividad actual -sea lo que sea que cada uno sienta que Él est&aacu te; haciendo ahí arriba, o aquí abajo-, para venir y satisfacer esas necesidades. Ahora, hermanos y hermanas, si llegamos a ver, por revelación, Su plan eterno y nos hacemos una sola cosa con ese plan..., vivir para Dios. (Amén .) Di conmigo simplemente ¡Vivir para Dios! Y si toda nuestra consagración, todas nuestras ofensas, toda nuestra actividad está ahí, primariamente si no puede ser totalmente, entonces nuestras necesidades personales puede que no se de svanezcan, pero muchacho, oh muchacho, oh muchacho... tampoco dominan.
Mientras tengamos un evangelio tan centrado en la salvación, y no le quito nada a nuestra necesidad de ser salvos..., pero te dijeron que eres un pecador, eres un pecador, eres un pecador, eres una criatura caída, eres una criatura caída, eres esto, eres aquello, tienes que hacer esto, tienes que hacer aquello y ‘sabes que salimos de las aguas bautismales como sintiéndonos que somos esto’. Y lo que quieres decir es que han pasado cincuenta años y es aq uí donde estamos. Somos gente realmente necesitada. Hermanos y hermanas, si sacas a ese mequetrefe de las aguas bautismales y lo pones detrás de los ojos de Dios (¡Aleluya!) y lo pones en el propósito de Dios, que está totalmen te fuera del pecado y no le afecta en lo más mínimo (¡Amén, aleluya!), entonces hermano, eso cambia el curso de toda la fe cristiana. (¡Amén!) ¡Di algo! (¡Amén!) ¡Alabado sea Dios! ¿Lo estáis entendiendo?
Para aquellos de vosotros que os reunáis aquí, nadie satisfará tus necesidades como si de un bebé te trataras. Nos trasladaremos a otro plano y a otro lugar. Confesamos que tenemos necesidades. Ministraremos hacia esas necesidades. No quiero decir que seremos crueles con aquellas: ‘¿Qué significa eso de que se te ha roto la pierna? ¡No vengas a decirme que se te ha roto la pierna! ¡Me da exactamente igual! ¡Dios es el que no nos da igual!’ Claro, no es toy hablando de esa clase de crueldad, sólo quiero decir, hermano, que el énfasis va a estar en Él. (¡Amén, aleluya!) Será Cristocéntrico. ¿Entendéis eso? Será Cristo-lógico. Y Padre-ló gico. Estará sobre el Padre, y sobre el Señor Jesucristo. Allí es donde miraremos. Algunas veces vas a decir, ‘Oye, ¿hay algo aquí que sea para mí? ¿Qué tal si me dais una palmadita en la espalda para decirme lo g uay que soy?’ Hermanos y hermanas, ahí afuera todo el mundo está procurando ‘palmaditas en la espalda por lo guay que soy’. Veamos lo qué ocurre si echamos a un lado esta soberbia atención que tenemos sobre nosotros mismos y no s desplazamos a otras esferas y nos concentramos a su lado en lo que Él desea. Tened esto claro los que estéis de visita para disfrutar de la música y para decidir si os gustaría venir a este sitio.
¿Sería posible que miraras conmigo algunos pasajes? Por qué no vas a Romanos 11. Esto es grandioso. Romanos 11. Luego, en un momento, vamos a investigar por qué se han metido estas cosas en la Biblia. "Porqu e de él, y por él, y para él, son todas las cosas." "De él, por él y para él son todas las cosas." (¡Gloria a Dios!) Y permíteme que coja las tres primeras palabras y diga ‘ Todas las cosas son de él, por él, y para él.’ Bueno, ¿te gusta más ese versículo que Romanos 6:23? (Risas) ¿Te gusta más ese versículo? ¿Quieres pertenecer a la Iglesia de Romanos 3:23 y 6:23? ¿O quieres p ertenecer a la Iglesia de Romanos 11:36? ¿Cuál te gusta más? ¿Puedes sentir...? ¡sólo siente la diferencia! Si no entiendes aquí la palabra... porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. ¡Son to das las cosas! Bueno, ¿eso qué significa? Escucha... todas las cosas vienen/son de Él... suena más teológico. Todas las cosas son de Él... eso significa que todas las cosas se originan en Él. Pero resulta que hay un montón de cosas que no se originan en el Señor. El pecado no se origina en el Señor. El hecho de que te rompiste una pierna no se origina en el Señor. El Maligno no se origina en el Señor... pero según este ve rsículo todas las cosas vienen del Señor.
Parece que siempre tengamos un problema teológico con el pecado. Y también sabes que en este mundo ha habido todas las teorías habidas y por haber. Que tal si por un momento ponemos a un lado el pecado. ¿Satan&aacut e;s proviene del Señor? ¿Sus actividades provienen del Señor? ¡De ninguna manera!... Oh sí, querido niño de Dios. Es su doncella de confianza. (Amén.) No te lo crees, ¿a qué no? ¿De verdad que no te lo crees? Ento nces dadme un minuto para hacer algo que no había planeado hacer. A lo mejor también entendéis esto; es horrible. Os voy a contar algo que quizás os haga no querer ser más un cristiano.
¿Alguien me puede decir en qué página está Job? (Risas. En la 620) En la mía es la 716. "Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job..." eso es todo lo que tienes que oír. Ahora, el versículo 6... "Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios -probablemente serían los ángeles-... entre los cuales vino también Satanás." Y dijo Sataná ;s a Jehová... -creo que harías bien en abrir tu Biblia, aquí estoy predicando herejía no adulterada. Lo voy a leer otra vez. Os voy a dar tiempo para que lo busquéis. Necesitáis ver esto. "Un día v inieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios. Satanás, el adversario, también vino con ellos." Y dijo Satanás a Jehová... (Lo que dice es, "Y Jehová dijo a Satanás.& quot;) Bien, que alguien lo lea como es. ("Y Jehová dijo a Satanás") "Y Jehová dijo a Satanás... ¿De dónde vienes? (Risas.) Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ‘De rodear la tierra y de andar por ella’ Y Satanás dijo a Jehová... y Jehová dijo a Satanás: ‘¿No has considerado a mi siervo Job?’" (Jolines.)
Porque todas las cosas son de él. (¡Amén!) No estoy seguro de que me estéis siguiendo. ¿Sabéis adónde me dirijo? ¿Habéis sacado algo en claro de ahí? Ahí llegan los ángeles, se presentan ante Dios y allá que va Lucifer, Satanás, con todo el derecho de estar ahí; pero no puede estar ahí porque ha sido echado. Bueno, no es su hogar, pero puede estar de visita. (Risas.) No puede entrar..., sin embarg o entró y se puso ahí de pie. No tenía potestad... está delante del trono de Dios. Y primero habló el Señor. (Amén.) ¿No has considerado a mi siervo Job? Bueno, ¿quién se ha metido en un aprieto? (Ri sas) De repente, como quien no quiere la cosa, ¿quién está en apuros? (Job.) Job está en apuros. ¡Job está en graves apuros! No queréis este tipo de Dios, ¿verdad? (Amén.) Y Satanás hace algo bastante sorpr endente. A ver si escuchas con mucha atención. Satanás hace dos cosas: Juzga a Dios por el rasero del Satanás. Explicaré eso en un momento. Y la segunda cosa que hace es ofrecer el evangelio que nosotros ofrecemos, o el que se nos ha ofrecido.
Vale, estoy seguro que ninguno de vosotros entiende lo que quiero decir, así que dejadme explicar. Satanás dijo: ‘La única razón por la que ese hombre te ama es porque le bendices.’ Ese es el meollo del asunt o. Dios dijo que no era cierto. Había aquí un hombre que le amaba. Ese libro es así de gordo... ¿alguna vez has tratado de leer el Libro de Job de cabo a rabo? Es decir, es muy cansino leer todo este tira y afloja, y tú ah&iacu te; tratando de imaginarte cuál es el mensaje. Hermanos, el mensaje está en el primer capítulo y en el último capítulo... el resto te lo puedes saltar. (Risas.) Satanás le acusa de predicar el propio evangelio de Satanás. Bueno, ¿qué hace Satanás para ganar conversos? Tiene un evangelio que dice: ‘Te bendeciré. Te daré el mundo, el oro y el moro, riqueza, fama, fortuna, gloria.’ Ese es su evangelio. (Es verdad.)
Suena muy parecido a ese evangelio que a ti y a mí se nos ha predicado. (Es verdad.) Sé que cuando era un joven cristiano, sabes, me ponía de pie en el púlpito y predicaba -el pelo que entonces tenía m e caía por la cara- como si me dieran cuerda: ‘Si confías en el Señor, Él esto, Él lo otro...’ y tío, cuando al fin terminaba, conque sólo hubieras recibido al Señor seguro que no ibas a tener ning&u acute;n problema durante los próximos mil años. Traficaba con mi Señor. ¿Entiendes lo que digo? Traficar con Dios. Traficar con Su buena misericordia. Y Satanás le dice al Señor ‘eso es lo que hiciste... es por eso que t e ama, por todas las buenas cosas que haces por él y por otros.’ El Señor dijo, ‘No es verdad.’ Pero quiero que os quede muy, muy clara una cosa. Fue Dios quien sacó a Job a relucir. Él inició el desastre. Lo puso en man os de Satanás, pero Él Mismo inició el desastre. ¿No es asombroso? Eso hará temblar tus cimientos. La única razón por la que te sigue y te ama es porque, colega, ¿has visto el catálogo de cosas que tiene? ¡ También yo te seguiría y amaría si me dieras esa clase de bendiciones! Y Dios dice que no es verdad. Casi puedes ver aquí mismo la lucha por el eterno propósito. ¿Estará centrado en el hombre? ¿O estará cen trado en Dios? Acusa a Dios de su propio evangelio. Y luego dice: ‘El hombre no te seguirá a menos que seas bueno con él.’
Muy bien, es por eso precisamente por lo que no deberías venir aquí. Porque nosotros no podemos predicar ese evangelio. El evangelio de las buenas gracias de Dios. Conque sólo vengas, muchacho, Él te dar&aacu te; un cadillac, y Él esto, y Él aquello; el hombre más famoso de América en predicar ese evangelio está cumpliendo ahora mismo una sentencia de cuarenta años de cárcel. La cosa se desmoronó. Y lo si ento, y lloro sin consuelo por ese hermano. A ese hermano verdaderamente le pasó una locomotora por encima. Es lamentable, sencillamente. Pero ese evangelio no le guiñó el ojo. Confío en que ese hermano salga conociendo al Se&n tilde;or, y lo conozca por sí mismo. (Así es.) Ahora quiero que sepáis que... ¿habéis entendido el tema en cuestión? ¡Todas las cosas provienen de Él!
Ahora dejadme que os diga algunas cosas más, aquí en Job, por las que hay que preocuparse. Vale, a todo el mundo se le pone en su sitio, ya sabes, y al final Dios bendijo a Job y recuperó todo su ganado y sus movida s. Dos cosas acerca de eso, y es que no ocurrió hasta que Job tuvo una revelación del semblante de Dios. No antes. (Amén.) No vino la restauración y después la revelación. Fue la revelación y luego la resta uración. ¿Pero sabes lo que siempre me ha preocupado? Lo único de lo que hablamos es de que Job fue restaurado. Y decimos: ¡Buuuf! Job lo recuperó todo, ¿no? Bueno amigos, tiene un cementerio en el patio de su casa lleno de chiquillos matados por mano de Satanás, con el permiso de Dios. ¿Por qué no le preocupa eso a la gente? Nos encanta escuchar las historias de cómo un hermano sufrió esto y aquello. Nos encanta escuchar al Hermano Prem sus historias. Pero cuando Prem... ¡mírale subir una escalera! ¡Mira al Hermano Prem subir una escalera! Tiene un cementerio en el patio de su casa. ¿Entiendes lo que quiero decir? Las cicatrices de lo que Dios ha hecho están en el cuerpo de este hermano. Y se quedan con nosotros, ¡para siempre!
Muy bien... todas las cosas vienen de Él. (Sí.) ¿Estás... estás convencido? ¡Vale, bien! ¿Has visto a mi siervo Job? Hay otra lección que aprender de Job. ¿Queréis todos oírla? (¡S&iacut e;!.)
Acepta las cosas como de la mano de Dios... porque no sabes de dónde sale todo esto. Y te voy a decir dónde se origina. Se origina en otras esferas. Es ahí dónde se origina. ¿Comprendes que todo lo que le aco nteció a Job se decidió en otro lugar fuera del tiempo y del espacio? Ocurrió totalmente sin que Job lo supiera, y murió sin saberlo. (¡Amén!) Ahora, ahora mismo, puede que se estén reuniendo en la presencia de Di os. Y allá que entra el León sin decir una sola palabra... ¡no ha dicho ni mú! Y Dios dice, ‘Satanás, ¿has visto a mi siervo...?’ (¡Edu! Risas.) Hermanos y hermanas, sabéis que la semana que viene Andy puede romperse una pierna, y a la semana siguiente puede romperse un brazo. No hay quien sepa qué clase de desastre le puede sobrevenir a este hermano. Y no sabrá que en los reinos celestiales se dice: ‘Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has visto a M i siervo?’ Bueno vale, esto debería consolaros. ¿Sí o No? (Sí.) Todas las cosas son de Él. (¡Amén!) ¡Todas las cosas son de Él! ¡Todas las cosas son de Él!
No siempre es fácil entenderlo bien, o saber cómo reaccionar. Es algo que está en el interior de nuestros espíritus. Y es una verdadera prueba, porque surgen preguntas bastante peliagudas. ¿Esto es algo que s e supone que he de rechazar, o aceptar? Es algo así, ya sabes, como que se presenta un pordiosero y dice, ‘voy a vivir contigo.’ Se quita los zapatos, se tumba en tu sofá, y tú dices: ‘Todas las cosas vienen de Dios.’ Y mientras tanto él está ahí, y vas a tenerle contigo y mantenerle el resto de tu vida. No sé. Si yo fuera tú creo que antes hablaría con alguno de los hermanos. Pero todas las cosas son de Él, al menos desde el momento en que llegaste a casa. Él llegó hasta ahí. Viene de Él.
Estupendo... todas las cosas son de Él, ¿qué más? ¿Qué más queda del versículo? Todas las cosas son por -a través de- Él... Eso quiere decir que todo lo que haya ocurrido pas&oacut e; por Él antes de que llegase a ti. Dios es la jeringuilla. De Él, a través de Él. Esas cosas las permitió en tu vida. Si así lo prefieres, son espirituales porque han pasado por Dios. Su contenido tiene impreso la marca de Dios. Si tienes ojos para ver..., lo que quiera que esté en tu vida pasó a través de Dios para que te llegara a ti. Dios era los medios. Dios era el origen. Dios era los medios.
Y ahora, aquí está la cosa más sorprendente... Todas las cosas son para Él... ¿Me sigues? No todo esto es negativo, hay un lado positivo. Enseguida pensamos en lo negativo, pero hay un polo positivo. Vale bie n, aquí está Dios, eso se origina en Él, viene de Él, a ti te llega marcado con Sus huellas dactilares, es algo espiritual, bajo Su permiso, bajo Su denominación de origen, y la jeringuilla en que se contiene es É l, esa cosa llega a tu vida y ocurre algo porque hay un algo que vino de Él y por Él. A ti te pasa algo porque vino de Él y a través de Él. ¿Y adivinas lo que ocurre? Sea lo que sea, ese algo regresa a Él. (¡Alelu ya!) ¡Sí! ¡Di aleluya, hermano! Hermana, di aleluya. ¿Sabes lo que quiere decir? Quiere decir que empieza con Él, se va a ti, y vuelve a Él como gloria Suya. (¡Amén!) Él es glorificado en lo que quiera que sea que salier a de Él. Por Su permiso y aprobación ha regresado a Él para gloria Suya. (Amén.)
(GENE EDWARDS)