TEXTO: Proverbios 25:9-10 “Trata tu causa con tu compañero, Y no descubras el secreto a otro, No sea que Te deshonre el que lo oyere, Y tu infamia no pueda repararse”.
Este pasaje describe en pocas palabras cual debe ser nuestra reacción cuando nuestras relaciones amistosas se han deteriorado.
Definitivamente, confrontaciones las vamos a experimentar, incluso Pablo dijo que era necesario que se diesen este tipo de situaciones para que se hagan evidentes cuales son nuestras motivaciones, qué hay en nuestros corazones.
Trata tu causa con tu compañero: El mismo Jesús de Nazareth lo dijo que primero antes que nada debíamos llamar a la propia persona involucrada y hablar con él, si este no hace caso llamaríamos recién a un testigo y posteriormente a una autoridad espiritual. Él nos ha dado los pasos.
Y no descubras el secreto a otro: Allí se falla, cuando en lugar de hablar con el interesado, saltamos el orden que Jesús nos dio, y cometemos murmuración, causando que nuestro ocasional oyente ya no vea de la misma manera al otro como lo veía antes.
Ahora cuando esto ocurre, puede suceder que el involucrado se entere y te haga pasar una vergüenza de la cual muy difícil salgas airoso o el ocasional oyente te reprenda.
Jesús nos ha llamado a ser un pueblo diferente, sin máscaras ni fingimiento, sería bueno que siempre tengamos presente eso todas las veces.
NOMBRE: AMÉRICO DÁVILA ZAMORA
Definitivamente, confrontaciones las vamos a experimentar, incluso Pablo dijo que era necesario que se diesen este tipo de situaciones para que se hagan evidentes cuales son nuestras motivaciones, qué hay en nuestros corazones.
Trata tu causa con tu compañero: El mismo Jesús de Nazareth lo dijo que primero antes que nada debíamos llamar a la propia persona involucrada y hablar con él, si este no hace caso llamaríamos recién a un testigo y posteriormente a una autoridad espiritual. Él nos ha dado los pasos.
Y no descubras el secreto a otro: Allí se falla, cuando en lugar de hablar con el interesado, saltamos el orden que Jesús nos dio, y cometemos murmuración, causando que nuestro ocasional oyente ya no vea de la misma manera al otro como lo veía antes.
Ahora cuando esto ocurre, puede suceder que el involucrado se entere y te haga pasar una vergüenza de la cual muy difícil salgas airoso o el ocasional oyente te reprenda.
Jesús nos ha llamado a ser un pueblo diferente, sin máscaras ni fingimiento, sería bueno que siempre tengamos presente eso todas las veces.
NOMBRE: AMÉRICO DÁVILA ZAMORA