ORACION: Señor... Que glorioso poder y manifestación de Tu Espíritu, una vez más hoy, derrama tu unción.
INTRODUCCION: Hubo muchas profecías acerca de la venida del Espíritu de Dios. Dios no estaba conforme con que algunos solamente en el tiempo antiguo gozaran de esta bendición, y prometió especialmente en los días del Profeta Joel, un derramamiento de Su Espíritu sobre toda carne, donde cambiaría el corazón de piedra, por uno de carne y daría a través de éste espíritu grandes manifestaciones, visiones y profecías, con prodigios en el cielo, y señales en la tierra: Sangre, fuego y vapor de humo, Éste poder serviría para que todo aquel que invocare el nombre del Señor, sea salvo, Hch. 2:17-21.
1- EL OS BAUTIZARÁ EN ESPÍRITU SANTO Y FUEGO
No se equivocó Juan el Bautista... No soy yo, Él es, yo solo los puedo bautizar en agua, hagan frutos dignos de arrepentimiento, su aventador está en su mano; limpiará el grano de la paja y Él, Jesús, los bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Seguramente Juan ignoraba los alcances de éste poder, había sido lleno desde el vientre de su madre y estaba en un escalón más arriba que los demás profetas, pero, hablaba proféticamente pues no había venido sobre él la manifestación completa del Espíritu de Dios. ¿Qué hubiera sido Juan el Bautista, si hubiese vivido luego de Pentecostés? ¡Piénselo!
2- SI ALGUNO TIENE SED... VENGA A MÍ Y BEBA
En el último y gran día de la fiesta, Jesús comenzó a desafiar a los religiosos, el que cree en mi, como dice la escritura: De su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu Santo, que recibirían los que creyesen en Él, pues aún no había venido el Espíritu Santo, Jn. 7:37-39.
A Nicodemo le dijo: Es necesario nacer de nuevo, del agua y del espíritu, lo que es nacido de la carne, carne es, lo que es nacido del espíritu, espíritu es. A la mujer samaritana le dijo: Si conocieres el don de Dios, tú me pedirías y yo te daría aguas vivas, y el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, más la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque El Padre busca tales adoradores que le adoren, Jn. 4:1-24.
Como anticipo de lo glorioso que vendría, Jesús sopló sobre sus discípulos y les dijo: ¡Recibid el Espíritu Santo! Pero la manifestación llegó unos días más tarde.
Luego de mil años de profecías, por fin, llegó la venida del Espíritu Santo. Dios eligió el día de Pentecostés, éste era un día de fiesta para los judíos, que significa cincuenta, pues llega cincuenta días después de la pascua y tenía relación con las cosechas; ahora vendría la verdadera cosecha espiritual, no de granos, sino de vidas para Dios. ¡Que orgulloso me siento de ser llamado pentecostal! ¡Y de haber nacido en la época de la gracia, de las grandes manifestaciones del poder de Dios!
A- Todos unánimes: Obedeciendo al mandato del Señor que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del padre. De los quinientos, quedaba un grupo como de ciento veinte congregados unánimes, en oración y ruego. Notemos que no era opcional el esperar la venida del Espíritu Santo... Pero no todos obedecieron.
B- Un estruendo como de un viento recio: En griego, la palabra viento, significa espíritu. Al principio Dios sopló sobre un cuerpo inerte de barro y el hombre fue un ser viviente; el espíritu lleva en sí la vida. Luego Cristo sopló sobre sus discípulos, comunicándoles su vida resucitada y a ese soplo lo aumentó aún más, y fue como un viento recio, un estruendo. Dios alentó vida a un cuerpo inerte, ahora alentó vida a otro cuerpo, La Iglesia, y vino a morar a su cuerpo. ¡Somos un organismo viviente! Fuerza de Dios y comunicación divina. Sin éste viento de Dios, seríamos como los huesos secos que vio Ezequiel, donde solo había ruina y destrucción, Dios le dijo: Profetiza, espíritu ven de los cuatro vientos y sopla... Y vivirán... Y entró el espíritu en ellos y fue formado un ejército, grande en extremo, Ez. 37:1-10.
C- Llenó la casa donde estaban sentados: ¡Qué soplo divino! ¡Qué estruendo! Después de tantos días y en actitud pasiva, los creyentes seguramente saltaron de sus sillas, y nunca más estuvieron sentados. Había que evangelizar un mundo sin Dios. El evangelio no es cosa de vagos: ¡El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza!
D- Y aparecieron lenguas como de fuego repartidas: El fuego es otro símbolo del Espíritu Santo. No vino como una bola incandescente, eso sería un figura representativa en La Iglesia. Fueron lenguas repartidas sobre cada uno; esto demuestra que es una experiencia individual, en cada corazón, es para todos, ¡Para cada uno! Además éste fuego: Ilumina, da luz, guía, purifica, comunica, da color, quema lo sucio, separa la escoria del metal. El fuego es un agente purificador.
· SOBRE CRISTO: Descendió una paloma, pues era puro, limpio y sin pecado, Mt. 3:16-17.
· SOBRE ISAIAS: Hizo falta un carbón encendido sobre sus labios, Is. 6:6-7.
· SOBRE JEREMIAS: Había en su corazón, como un fuego ardiente metido hasta los huesos, trató de sufrirlo pero no pudo, Jer. 20:9.
· SOBRE NOSOTROS: Hace falta mucho fuego del Espíritu Santo ¡¡Manda fuego señor!!
E- Y fueron todos llenos del Espíritu Santo: Este viento y fuego cayeron sobre cada uno de los congregados; ¡lástima los que se fueron! Los trescientos ochenta desobedientes no lo pudieron recibir, seguramente son los que formaron denominaciones frías e indiferentes al mover de Dios, pues se perdieron la experiencia de Pentecostés. Esta promesa es para todos, judíos y gentiles a todos se nos dio de beber de un mismo espíritu, 1 Co. 12:13. Dios en éstos días está derramado su Espíritu sobre hermanos católicos, llamados carismáticos. El Espíritu Santo, es para toda carne... Él lo quiso así.
F- Y comenzaron a hablar en lenguas: El viento y el fuego son fenómenos en el plano de la naturaleza. Las lenguas en el plano humano y sobrenatural. Gn. 11:1, dice que todos tenían una misma lengua y unas mismas palabras; en su soberbia y rebeldía contra la voluntad de Dios. El Señor muestra su poder dominando sus lenguas. Ahora en Pentecostés, Dios vuelve a controlar las lenguas, pues la lengua es un miembro difícil, ofende... No tiene freno, lleva al hombre a la ruina, está lleno de odio, chismes, palabras groseras, enciende rencillas, tiene rencores, un mundo de maldad, llena de veneno mortal, Stg. Cáp. 3. Dios en Pentecostés domó lo indomable, ¡la lengua! Si pudo con el peor miembro, podrá con el resto. ¿No lo crees así?
Cuando los discípulos hablaron en otras lenguas, dieron a entender que otro los gobernaba; estaban poseídos por el Espíritu Santo. ¿Y qué hablaban? Maravillas, grandezas de Dios, revelaban sus misterios, ¡¡bendecían!!
G- Las lenguas son por señal. Especialmente las lenguas son una señal a los incrédulos. En Pentecostés había 15 naciones presentes, oyeron, se convencieron que hay un poder. Tanto a judíos, cretenses y árabes les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios, y estaban atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros ¿Qué quiere decir esto? Así que las lenguas son por señal a los incrédulos, 1 Co. 14:22, Y también el que habla en lenguas, a sí mismo se edifica, 1 Co. 14:4.
CONCLUSION: Todo creyente que recibió el bautismo del Espíritu Santo, debe tener los frutos del espíritu, de otra manera de nada le serviría, vendría a ser, como metal que resuena o címbalo que retiñe. Quién habla en lenguas y no practica el amor simplemente es un: PESTECOSTAL
Viento... Fuego... Lenguas, todo ocurrió en Pentecostés. ¡Hoy puede volver a ocurrir! ¿Cómo? ¡Dando Dios un nuevo derramamiento del Espíritu Santo!
¡¡SOPLA ABUNDANTEMENTE SEÑOR!!
Dios te bendiga
DANIEL REGONDI
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INTRODUCCION: Hubo muchas profecías acerca de la venida del Espíritu de Dios. Dios no estaba conforme con que algunos solamente en el tiempo antiguo gozaran de esta bendición, y prometió especialmente en los días del Profeta Joel, un derramamiento de Su Espíritu sobre toda carne, donde cambiaría el corazón de piedra, por uno de carne y daría a través de éste espíritu grandes manifestaciones, visiones y profecías, con prodigios en el cielo, y señales en la tierra: Sangre, fuego y vapor de humo, Éste poder serviría para que todo aquel que invocare el nombre del Señor, sea salvo, Hch. 2:17-21.
1- EL OS BAUTIZARÁ EN ESPÍRITU SANTO Y FUEGO
No se equivocó Juan el Bautista... No soy yo, Él es, yo solo los puedo bautizar en agua, hagan frutos dignos de arrepentimiento, su aventador está en su mano; limpiará el grano de la paja y Él, Jesús, los bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Seguramente Juan ignoraba los alcances de éste poder, había sido lleno desde el vientre de su madre y estaba en un escalón más arriba que los demás profetas, pero, hablaba proféticamente pues no había venido sobre él la manifestación completa del Espíritu de Dios. ¿Qué hubiera sido Juan el Bautista, si hubiese vivido luego de Pentecostés? ¡Piénselo!
2- SI ALGUNO TIENE SED... VENGA A MÍ Y BEBA
En el último y gran día de la fiesta, Jesús comenzó a desafiar a los religiosos, el que cree en mi, como dice la escritura: De su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu Santo, que recibirían los que creyesen en Él, pues aún no había venido el Espíritu Santo, Jn. 7:37-39.
A Nicodemo le dijo: Es necesario nacer de nuevo, del agua y del espíritu, lo que es nacido de la carne, carne es, lo que es nacido del espíritu, espíritu es. A la mujer samaritana le dijo: Si conocieres el don de Dios, tú me pedirías y yo te daría aguas vivas, y el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, más la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque El Padre busca tales adoradores que le adoren, Jn. 4:1-24.
Como anticipo de lo glorioso que vendría, Jesús sopló sobre sus discípulos y les dijo: ¡Recibid el Espíritu Santo! Pero la manifestación llegó unos días más tarde.
Luego de mil años de profecías, por fin, llegó la venida del Espíritu Santo. Dios eligió el día de Pentecostés, éste era un día de fiesta para los judíos, que significa cincuenta, pues llega cincuenta días después de la pascua y tenía relación con las cosechas; ahora vendría la verdadera cosecha espiritual, no de granos, sino de vidas para Dios. ¡Que orgulloso me siento de ser llamado pentecostal! ¡Y de haber nacido en la época de la gracia, de las grandes manifestaciones del poder de Dios!
A- Todos unánimes: Obedeciendo al mandato del Señor que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del padre. De los quinientos, quedaba un grupo como de ciento veinte congregados unánimes, en oración y ruego. Notemos que no era opcional el esperar la venida del Espíritu Santo... Pero no todos obedecieron.
B- Un estruendo como de un viento recio: En griego, la palabra viento, significa espíritu. Al principio Dios sopló sobre un cuerpo inerte de barro y el hombre fue un ser viviente; el espíritu lleva en sí la vida. Luego Cristo sopló sobre sus discípulos, comunicándoles su vida resucitada y a ese soplo lo aumentó aún más, y fue como un viento recio, un estruendo. Dios alentó vida a un cuerpo inerte, ahora alentó vida a otro cuerpo, La Iglesia, y vino a morar a su cuerpo. ¡Somos un organismo viviente! Fuerza de Dios y comunicación divina. Sin éste viento de Dios, seríamos como los huesos secos que vio Ezequiel, donde solo había ruina y destrucción, Dios le dijo: Profetiza, espíritu ven de los cuatro vientos y sopla... Y vivirán... Y entró el espíritu en ellos y fue formado un ejército, grande en extremo, Ez. 37:1-10.
C- Llenó la casa donde estaban sentados: ¡Qué soplo divino! ¡Qué estruendo! Después de tantos días y en actitud pasiva, los creyentes seguramente saltaron de sus sillas, y nunca más estuvieron sentados. Había que evangelizar un mundo sin Dios. El evangelio no es cosa de vagos: ¡El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza!
D- Y aparecieron lenguas como de fuego repartidas: El fuego es otro símbolo del Espíritu Santo. No vino como una bola incandescente, eso sería un figura representativa en La Iglesia. Fueron lenguas repartidas sobre cada uno; esto demuestra que es una experiencia individual, en cada corazón, es para todos, ¡Para cada uno! Además éste fuego: Ilumina, da luz, guía, purifica, comunica, da color, quema lo sucio, separa la escoria del metal. El fuego es un agente purificador.
· SOBRE CRISTO: Descendió una paloma, pues era puro, limpio y sin pecado, Mt. 3:16-17.
· SOBRE ISAIAS: Hizo falta un carbón encendido sobre sus labios, Is. 6:6-7.
· SOBRE JEREMIAS: Había en su corazón, como un fuego ardiente metido hasta los huesos, trató de sufrirlo pero no pudo, Jer. 20:9.
· SOBRE NOSOTROS: Hace falta mucho fuego del Espíritu Santo ¡¡Manda fuego señor!!
E- Y fueron todos llenos del Espíritu Santo: Este viento y fuego cayeron sobre cada uno de los congregados; ¡lástima los que se fueron! Los trescientos ochenta desobedientes no lo pudieron recibir, seguramente son los que formaron denominaciones frías e indiferentes al mover de Dios, pues se perdieron la experiencia de Pentecostés. Esta promesa es para todos, judíos y gentiles a todos se nos dio de beber de un mismo espíritu, 1 Co. 12:13. Dios en éstos días está derramado su Espíritu sobre hermanos católicos, llamados carismáticos. El Espíritu Santo, es para toda carne... Él lo quiso así.
F- Y comenzaron a hablar en lenguas: El viento y el fuego son fenómenos en el plano de la naturaleza. Las lenguas en el plano humano y sobrenatural. Gn. 11:1, dice que todos tenían una misma lengua y unas mismas palabras; en su soberbia y rebeldía contra la voluntad de Dios. El Señor muestra su poder dominando sus lenguas. Ahora en Pentecostés, Dios vuelve a controlar las lenguas, pues la lengua es un miembro difícil, ofende... No tiene freno, lleva al hombre a la ruina, está lleno de odio, chismes, palabras groseras, enciende rencillas, tiene rencores, un mundo de maldad, llena de veneno mortal, Stg. Cáp. 3. Dios en Pentecostés domó lo indomable, ¡la lengua! Si pudo con el peor miembro, podrá con el resto. ¿No lo crees así?
Cuando los discípulos hablaron en otras lenguas, dieron a entender que otro los gobernaba; estaban poseídos por el Espíritu Santo. ¿Y qué hablaban? Maravillas, grandezas de Dios, revelaban sus misterios, ¡¡bendecían!!
G- Las lenguas son por señal. Especialmente las lenguas son una señal a los incrédulos. En Pentecostés había 15 naciones presentes, oyeron, se convencieron que hay un poder. Tanto a judíos, cretenses y árabes les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios, y estaban atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros ¿Qué quiere decir esto? Así que las lenguas son por señal a los incrédulos, 1 Co. 14:22, Y también el que habla en lenguas, a sí mismo se edifica, 1 Co. 14:4.
CONCLUSION: Todo creyente que recibió el bautismo del Espíritu Santo, debe tener los frutos del espíritu, de otra manera de nada le serviría, vendría a ser, como metal que resuena o címbalo que retiñe. Quién habla en lenguas y no practica el amor simplemente es un: PESTECOSTAL
Viento... Fuego... Lenguas, todo ocurrió en Pentecostés. ¡Hoy puede volver a ocurrir! ¿Cómo? ¡Dando Dios un nuevo derramamiento del Espíritu Santo!
¡¡SOPLA ABUNDANTEMENTE SEÑOR!!
Dios te bendiga
DANIEL REGONDI
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