· “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová” PROVERBIOS 18:22.
· “La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala como carcoma en sus huesos” PROVERBIOS 12:4.
“Si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.” 1 CORINTIOS 7:13-14.
Dios estableció que la mujer se sujetara al hombre y que, en silencio y con su conducta, se ganara para Él a su marido. Una sujeción producto, no del temor sino de respeto; y un silencio, no de mudez permanente, sino aprender a callar en aquellos momentos en que el hablar podría traer conflicto. “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido.” PROVERBIOS 17:27-28.
· “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.” 1 PEDRO 3:1-2.
La palabra: asimismo, con la cual comienza este verso bíblico está directamente relacionada a los versos que le anteceden, en 1 PEDRO 2:13-23, donde Pedro comienza diciendo: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana …”, “Porque esta es la voluntad del Señor …”, “Criados, estad sujetos a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.”, “ Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas…” “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” v. 2:23.
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” MATEO 11:29.
· Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador. Así, que como la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. EFESIOS 5:22-24.
Dios estableció un orden para la familia para que ésta pudiera funcionar adecuadamente. “...Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.” 1CORINTIOS 11:3 - O sea, que Cristo debe ser el centro de todo hogar y el que ocupe el primer lugar en el corazón de cada miembro de la familia; el varón debe estar sujeto a Cristo y la mujer sujeta a su marido y los hijos sujetos a sus padres. ¿Por qué hay tantos hogares disfuncionales y tantas familias en crisis? ... - Cristo no es el centro del hogar y por lo tanto el orden para la familia se ha tergiversado; cada cual camina según su propia opinión y prudencia, no tomando en cuenta la ordenanza divina establecida para bendición. “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.” PROVERBIOS 10:22.
¿Y qué si el hombre es inconverso, tendrá la mujer que sujetarse a su marido de todas maneras? Siempre y cuando no le demande a su mujer alguna cosa que vaya en contra de la Ley de Dios, la mujer deberá sujetarse a su marido. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” COLOSENSES 3:23-24.
Hay bendición en la sujeción, tanto para la mujer misma como para su esposo y sus hijos. Dios honra a aquellos que le obedecen, y ¿qué mayor recompensa que aquella que supone la estabilidad de nuestro hogar, tanto espiritual como emocional? Lo hacemos para el Señor y de Él recibiremos la recompensa. “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor JESUS, dando gracias a Dios por medio de Él.” COLOSENSES. 3:17.
¿Significa esto que la mujer tenga que estar subyugada a su marido, perdiendo su propia libertad e identidad, y abstenerse de opinar y decidir por sí misma en cualquier asunto? De ninguna manera, sino todo lo contrario es lo que esto supone. La mujer es especial para Dios quien la creó con unas virtudes propias y características de su naturaleza y tan es así que cuando Dios creó a la primera mujer, usó una costilla del varón, para que el hombre la tenga siempre en gran estima. “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.” EFESIOS 5:28.
La mujer que tiene temor de Dios y se respeta a sí misma permanece en esa posición de dignidad y altura en la cual el mismo Creador la colocó. Al llevar a cabo este mandamiento voluntariamente está agradando a Dios y elevándose al sitial de privilegio para lo cual fue creada. El sujetarse la mujer a su marido supone la verdadera libertad porque está obedeciendo el mandato divino. “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” JUAN 8:32. Y esto no quiere decir que se abstenga la mujer de participar en todo lo que concierne a su hogar, por supuesto que no, sino que sus intervenciones en cada situación las lleve a cabo con sabiduría, no sabiduría producto de la astucia planificada, sino aquella que comienza en el temor de Dios, dirigida por el Espíritu Santo quien está para: “Ennoblecer las pasiones, iluminar el intelecto y fortalecer la voluntad” entre otras cosas. [Principio que escuché y aprendí de un siervo de Dios dotado en la Palabra cuando disertaba sobre el tema: Cuerpo, Alma y Espíritu].
Muchas mujeres están en contra de la sujeción por experiencias personales vividas, pero las experiencias, propias o ajenas, no marcan ni establecen ni son el fundamento para que un hogar funcione adecuadamente. Solamente el mandamiento de Dios llevado a cabo en obediencia nos garantiza la estabilidad tanto espiritual como emocional del hogar, la institución más importante para Dios.
Al fin y al cabo, y llegando a una conclusión, no solamente las mujeres deben de sujetarse, en tal caso, a la cabeza del hogar que es el hombre, sino que todos y cada uno de los seres humanos dondequiera que se mueven están sujetos a una autoridad. La sociedad está compuesta por instituciones de diferentes naturalezas y todas están organizadas y regidas por leyes y reglamentos, los cuales designan a unos líderes a quienes hay que obedecer para su buen funcionamiento. Dice en ROMANOS 13:1-2 - “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”
Y si en la sociedad hay sujeción a las autoridades y se considera razonable y necesario, trayendo recompensas a los que se ciñen a ella, ¿cuánto más debemos de sujetarnos a Dios que es la Autoridad máxima, y que está para recompensar a todo el que le obedece, no solo con la paz en esta tierra sino con la vida eterna? ¿Por qué hay resistencia a la orden divina?
Hay una virtud que Dios quiere hacer resaltar en nosotros y que es vital y fundamental, no solo para vivir en esta tierra sino para asegurarnos la vida eterna, y esta es la humildad. “…Y todos, sumisos unos a otros, revestios de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” 1 PEDRO 5:5.
“Haya, pues en vosotros, este sentir que hubo también en Cristo JESUS, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un Nombre que es sobre todo nombre, para que en el Nombre de JESUS se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” FILIPENSES 2:5-11.
Repito un verso citado anteriormente en la exposición de este tema: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” MATEO 11:29. Aprendamos todos de JESÚS; en Él está la vida.
· “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba.” PROVERBIOS 14:1.
· “La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.” PROVERBIOS 15:4.
· “El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios” “Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina a los huesos” PROVERBIOS 16:23-24.
.
· “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.” v. 31:10-12.
· “Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo porvenir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.” v. 26.
· “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” v. 28-30.
Si Dios dice que es la mujer sabia la que edifica su casa, y no el hombre, es porque ya Él dotó a la mujer con las virtudes esenciales y necesarias para que, siendo ella la ayuda idónea del hombre, pueda con su sabiduría, hacer que en su casa reine la paz y el orden. No es casualidad entonces, que en la mayoría de los casos, es la mujer la primera que se dispone a entregar su vida al Señor, convirtiéndose en el instrumento de Dios para que su casa sea restaurada y edificada. O sea que, JESUS hace su entrada triunfal a la mayoría de los hogares de la mano de la mujer. Tan pronto Él entra las tinieblas tienen que disiparse, pues Él es la luz. “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.” JUAN 1:5 “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” 2 CORINTIOS 4:6.
La paciencia es necesaria para alcanzar las promesas de nuestro Dios que es Fiel y Verdadero. Dios le dijo a Abraham: “De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente” Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. HEBREOS 6:14-15.
· “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.” HEBREOS 10:35.
No es una tarea fácil para la mujer; hay que pagar un precio, pero éste, por elevado que sea no lo es más que el que Cristo JESUS pagó por nosotras. Aunque haya batalla, en medio de la prueba confesamos que somos “más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.” Si la meta es la salvación de los nuestros y la victoria para nuestro hogar vale la pena el intento. Después de todo, no estamos solas, Dios envió al Consolador para ayudarnos a obtener la victoria, el Espíritu Santo que está para ayudarnos en nuestra debilidad.
· “Nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” EFESIOS 6:11-13
· “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” SANTIAGO 1:5
· “Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado. Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará.” PROVERBIOS 4:7-9
Tengamos siempre muy presente en nuestra mente y en nuestro corazón que “el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.”
· “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” PROVERBIOS 2:3-6.
Zaida C. de Ramón
Maran-ata.Net
http://www.maran-ata.net/
2000
· “La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala como carcoma en sus huesos” PROVERBIOS 12:4.
“Si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.” 1 CORINTIOS 7:13-14.
Dios estableció que la mujer se sujetara al hombre y que, en silencio y con su conducta, se ganara para Él a su marido. Una sujeción producto, no del temor sino de respeto; y un silencio, no de mudez permanente, sino aprender a callar en aquellos momentos en que el hablar podría traer conflicto. “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido.” PROVERBIOS 17:27-28.
· “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.” 1 PEDRO 3:1-2.
La palabra: asimismo, con la cual comienza este verso bíblico está directamente relacionada a los versos que le anteceden, en 1 PEDRO 2:13-23, donde Pedro comienza diciendo: “Por causa del Señor someteos a toda institución humana …”, “Porque esta es la voluntad del Señor …”, “Criados, estad sujetos a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.”, “ Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas…” “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” v. 2:23.
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” MATEO 11:29.
· Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador. Así, que como la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. EFESIOS 5:22-24.
Dios estableció un orden para la familia para que ésta pudiera funcionar adecuadamente. “...Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.” 1CORINTIOS 11:3 - O sea, que Cristo debe ser el centro de todo hogar y el que ocupe el primer lugar en el corazón de cada miembro de la familia; el varón debe estar sujeto a Cristo y la mujer sujeta a su marido y los hijos sujetos a sus padres. ¿Por qué hay tantos hogares disfuncionales y tantas familias en crisis? ... - Cristo no es el centro del hogar y por lo tanto el orden para la familia se ha tergiversado; cada cual camina según su propia opinión y prudencia, no tomando en cuenta la ordenanza divina establecida para bendición. “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.” PROVERBIOS 10:22.
¿Y qué si el hombre es inconverso, tendrá la mujer que sujetarse a su marido de todas maneras? Siempre y cuando no le demande a su mujer alguna cosa que vaya en contra de la Ley de Dios, la mujer deberá sujetarse a su marido. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” COLOSENSES 3:23-24.
Hay bendición en la sujeción, tanto para la mujer misma como para su esposo y sus hijos. Dios honra a aquellos que le obedecen, y ¿qué mayor recompensa que aquella que supone la estabilidad de nuestro hogar, tanto espiritual como emocional? Lo hacemos para el Señor y de Él recibiremos la recompensa. “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor JESUS, dando gracias a Dios por medio de Él.” COLOSENSES. 3:17.
¿Significa esto que la mujer tenga que estar subyugada a su marido, perdiendo su propia libertad e identidad, y abstenerse de opinar y decidir por sí misma en cualquier asunto? De ninguna manera, sino todo lo contrario es lo que esto supone. La mujer es especial para Dios quien la creó con unas virtudes propias y características de su naturaleza y tan es así que cuando Dios creó a la primera mujer, usó una costilla del varón, para que el hombre la tenga siempre en gran estima. “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.” EFESIOS 5:28.
La mujer que tiene temor de Dios y se respeta a sí misma permanece en esa posición de dignidad y altura en la cual el mismo Creador la colocó. Al llevar a cabo este mandamiento voluntariamente está agradando a Dios y elevándose al sitial de privilegio para lo cual fue creada. El sujetarse la mujer a su marido supone la verdadera libertad porque está obedeciendo el mandato divino. “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” JUAN 8:32. Y esto no quiere decir que se abstenga la mujer de participar en todo lo que concierne a su hogar, por supuesto que no, sino que sus intervenciones en cada situación las lleve a cabo con sabiduría, no sabiduría producto de la astucia planificada, sino aquella que comienza en el temor de Dios, dirigida por el Espíritu Santo quien está para: “Ennoblecer las pasiones, iluminar el intelecto y fortalecer la voluntad” entre otras cosas. [Principio que escuché y aprendí de un siervo de Dios dotado en la Palabra cuando disertaba sobre el tema: Cuerpo, Alma y Espíritu].
Muchas mujeres están en contra de la sujeción por experiencias personales vividas, pero las experiencias, propias o ajenas, no marcan ni establecen ni son el fundamento para que un hogar funcione adecuadamente. Solamente el mandamiento de Dios llevado a cabo en obediencia nos garantiza la estabilidad tanto espiritual como emocional del hogar, la institución más importante para Dios.
Al fin y al cabo, y llegando a una conclusión, no solamente las mujeres deben de sujetarse, en tal caso, a la cabeza del hogar que es el hombre, sino que todos y cada uno de los seres humanos dondequiera que se mueven están sujetos a una autoridad. La sociedad está compuesta por instituciones de diferentes naturalezas y todas están organizadas y regidas por leyes y reglamentos, los cuales designan a unos líderes a quienes hay que obedecer para su buen funcionamiento. Dice en ROMANOS 13:1-2 - “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”
Y si en la sociedad hay sujeción a las autoridades y se considera razonable y necesario, trayendo recompensas a los que se ciñen a ella, ¿cuánto más debemos de sujetarnos a Dios que es la Autoridad máxima, y que está para recompensar a todo el que le obedece, no solo con la paz en esta tierra sino con la vida eterna? ¿Por qué hay resistencia a la orden divina?
Hay una virtud que Dios quiere hacer resaltar en nosotros y que es vital y fundamental, no solo para vivir en esta tierra sino para asegurarnos la vida eterna, y esta es la humildad. “…Y todos, sumisos unos a otros, revestios de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” 1 PEDRO 5:5.
“Haya, pues en vosotros, este sentir que hubo también en Cristo JESUS, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un Nombre que es sobre todo nombre, para que en el Nombre de JESUS se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” FILIPENSES 2:5-11.
Repito un verso citado anteriormente en la exposición de este tema: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” MATEO 11:29. Aprendamos todos de JESÚS; en Él está la vida.
· “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba.” PROVERBIOS 14:1.
· “La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.” PROVERBIOS 15:4.
· “El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios” “Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina a los huesos” PROVERBIOS 16:23-24.
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· “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.” v. 31:10-12.
· “Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo porvenir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.” v. 26.
· “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” v. 28-30.
Si Dios dice que es la mujer sabia la que edifica su casa, y no el hombre, es porque ya Él dotó a la mujer con las virtudes esenciales y necesarias para que, siendo ella la ayuda idónea del hombre, pueda con su sabiduría, hacer que en su casa reine la paz y el orden. No es casualidad entonces, que en la mayoría de los casos, es la mujer la primera que se dispone a entregar su vida al Señor, convirtiéndose en el instrumento de Dios para que su casa sea restaurada y edificada. O sea que, JESUS hace su entrada triunfal a la mayoría de los hogares de la mano de la mujer. Tan pronto Él entra las tinieblas tienen que disiparse, pues Él es la luz. “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.” JUAN 1:5 “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” 2 CORINTIOS 4:6.
La paciencia es necesaria para alcanzar las promesas de nuestro Dios que es Fiel y Verdadero. Dios le dijo a Abraham: “De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente” Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. HEBREOS 6:14-15.
· “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.” HEBREOS 10:35.
No es una tarea fácil para la mujer; hay que pagar un precio, pero éste, por elevado que sea no lo es más que el que Cristo JESUS pagó por nosotras. Aunque haya batalla, en medio de la prueba confesamos que somos “más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.” Si la meta es la salvación de los nuestros y la victoria para nuestro hogar vale la pena el intento. Después de todo, no estamos solas, Dios envió al Consolador para ayudarnos a obtener la victoria, el Espíritu Santo que está para ayudarnos en nuestra debilidad.
· “Nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” EFESIOS 6:11-13
· “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” SANTIAGO 1:5
· “Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Engrandécela y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado. Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará.” PROVERBIOS 4:7-9
Tengamos siempre muy presente en nuestra mente y en nuestro corazón que “el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.”
· “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.” PROVERBIOS 2:3-6.
Zaida C. de Ramón
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