ORACIÓN: Señor... Sean pocas mis palabras cuando estoy delante de Ti; quiero acercarme más para oír, que para ofrecer palabras sin sentido.
INTRODUCCIÓN: Vimos en los capítulos anteriores, la felicidad de Job, las terribles pruebas a su fe y a sus amigos consoladores. Veamos ahora la conclusión de este personaje digno de estudiar y su feliz final.
1- DIOS RESPONDE A JOB DESDE UN TORBELLINO
Job, provoca a Dios para que se presente. Sus amigos le causaron aún mas dolor a su enfermedad diciéndole en cada discurso: Sos un pecador, confiesa tu pecado, a lo que él les respondió: No he pecado, soy justo e íntegro a los ojos de Dios. La terrible preocupación de Job, ya no era la pérdida de sus hijos o sus riquezas; Dios estaba en su vida de un modo tan grande que ni siquiera podía concebir perder su amistad.
En cada una de sus defensas pide la intervención divina.
Parece que el Señor se demora, las acusaciones de sus amigos se hacen insoportables a tal punto que dice gritando: ¡Me matan! Sus palabras son huecas y sin sentido: Quiero un abogado, alguien tiene que haber en el cielo que me atienda, que venga algún intermediario, pariente cercano a defenderme, quiero hablar cara a cara con Dios. Job no solo quería hablar con Dios, sino discutir con Él y acusarlo de gobernar mal el mundo con injusticia y al maltratarlo. Job, había hablado con gran orgullo, como si fuera un príncipe, como si delante del Señor fuera tan importante que Dios tendría que dejar todo para atenderle. Sin dudas somos amados y tenidos en cuenta por Dios, pero, Él es más importante que todos pues es Dios! Nadie puede explicar el tiempo que duró su sufrimiento; quizás fueron dos, cuatro o seis meses.
A esta altura, el enemigo Satanás ha quedado por demás avergonzado delante de Dios. El Señor, no quiere dejar a Job solo con su dolor y de repente llega a él como un HURACÁN, no viene en el silbo apacible, usa otro tipo de vehículo, Job lo necesita y en un despliegue de gran poder y gloria viene; en un torbellino para hablar, responder a Job y librarlo de su pena.
Aunque nosotros somos infieles, Él permanece fiel y no dejará que seamos tentados mas de lo que podamos resistir, sino que dará juntamente con la tentación, la salida para que podamos soportar, l Co.10:13. Ahora Dios viene, no a responder como Job pedía, sino lo hace con una serie de preguntas, a través de una nueva visión del poderoso y gran Dios que está tras las maravillas de la naturaleza. La palabra de la visión convenció a Job que solo podía confiar en un Dios así. En el primer discurso de Dios a Job, este es reducido a silencio. El pecado de Job consistía en interpretar erróneamente su experiencia, juzgan-do a Dios por meras apariencias. Dijo el Señor: ¿Quién es este que oscurece el consejo sin sabiduría? ¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? ¿Cuándo extendí sus medidas? ¿Cuándo puse la piedra angular? ¿Cuándo las estrellas me alaban y se regocijan todos los hijos de Dios? (Lea Job, 38 y 39).
2- DIOS HABLA POR SEGUNDA VEZ
Además respondió Dios: ¿Es sabiduría contender con el omnipotente? El que dispute con Dios responda. Dijo Job: He aquí que soy vil ¿Qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé, aún dos veces mas no volveré a hablar. Pues se da cuenta que no esta a la altura del Señor para discutir.
Notemos que Dios no habla a sus tres amigos, ni a Eliú el cuarto; Ellos son censurados por proferir juicio, sin conocer el propósito del Señor.
Además agrega Dios desde el torbellino, si te preguntare y tu me respondieres ¿Invalidarás tu también mi juicio? ¿Me condenarás para justificarte ¿Tienes un brazo como el de Dios? ¿Truenas con tu vos como yo? Job 40 y 41 ¿Quién me ha dado a mi primero para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío! Respondiendo sus últimas palabras Job, dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. Por tanto yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. De a oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza, Job 42:3-6.
3- DIOS REPRENDE A LOS AMIGOS
Dijo a Elifaz, mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mi lo recto, como mi siervo Job. Tomen siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros; porque de cierto a él atenderé, para no afrontarlos, por cuanto no habéis hablado como mi siervo Job. E hicieron como Jehová dijo y aceptó Jehová la oración de Job.
Hermano y amigo, no te apures a apuntar o hablar mal de tu hermano, no sea que este tenga luego que orar por ti. Lo que no conoces, lo oculto, déjaselo para el Señor.
Job, oró por sus amigos aún estando en su postura de enfermedad, estaba enfermo en su cuerpo, su alma estaba sana y relucía ante los ojos del Señor.
4- DIOS RESTABLECE A JOB
Luego que Job oró por sus amigos, Él quitó su aflicción. A veces Dios se toma su tiempo; nunca se dejará a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y alegría nuestros corazones, Hch.14:17.
No solo que Dios sana a su siervo sino que además aumenta al doble todas las cosas que había tenido anteriormente. Te imaginas que si en un comienzo fue el más rico de todos los orientales, como sería ahora? Y bendijo el postrer estado de Job más que el primero! Y tuvo siete hijos y tres hijas. Aún Dios le restituyó su familia. Y como si esto fuera poco, le dio las hijas más lindas de toda la tierra, Job 42:13-15.
Eran tan bellas como sus nombres:
Jemima - significa: Paloma
Cesia - significa: Canela
Keren-hapuc - significa: Cosméticos de belleza facial.
Ahora Job es nuevamente un héroe ante la sociedad, era tanta la riqueza de Job, que la herencia que estaba solo destinada para sus hijos varones, alcanzó también para sus hijas, cumpliéndose en él, el proverbio de Salomón: El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos, Pr.13:22.
Vivió Job ciento cuarenta años mas después de su padecimiento y vio a sus hijos y los hijos de ellos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días.
5- ¿QUÉ ENSEÑANZA NOS DEJA ESTE LIBRO?
Aprendamos que el padecimiento es parte de la estructura del universo, algo indispensable en la providencia de Dios.
Misterios que no se resuelven en la razón del hombre, sino en el plan divino de Dios. Debemos ser sujetos a los designios de nuestro Señor, sin pedir razones por ello. Considerando que la aflicción es un misterio, y no todo padecimiento es castigo por el pecado; no debemos aventurar juicio de culpabilidad al que sufre.
Los justos no son eximidos del sufrimiento de este mundo. De esta manera no serviremos a Dios por interés. Pues a través de muchas tribulaciones entraremos al reino de Dios, Hch.14:22. Muchas veces este padecimiento, de alguno de los justos, es un desenlace de la lucha entre el adversario y Dios. Recuerda: El padecimiento permitido por Dios, puede llegar a ser como un instrumento para nuestro bien!
Dios es digno de nuestra confianza absoluta, amor total, culto y alabanza. Merece nuestra admiración por su sabiduría infinita, su poder y perfección. Es un privilegio incomparable haberle conocido y contemplar la grandeza de su divinidad. Lo que debemos hacer es simplemente confiar en El aún cuan-do no entendamos lo que hace. Digamos como Job 13:15 ¡¡¡Aunque él me matare, en él esperaré!!!
Dios te bendiga
DANIEL REGONDI
CÓRDOBA, SEPTIEMBRE DE 1999
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
INTRODUCCIÓN: Vimos en los capítulos anteriores, la felicidad de Job, las terribles pruebas a su fe y a sus amigos consoladores. Veamos ahora la conclusión de este personaje digno de estudiar y su feliz final.
1- DIOS RESPONDE A JOB DESDE UN TORBELLINO
Job, provoca a Dios para que se presente. Sus amigos le causaron aún mas dolor a su enfermedad diciéndole en cada discurso: Sos un pecador, confiesa tu pecado, a lo que él les respondió: No he pecado, soy justo e íntegro a los ojos de Dios. La terrible preocupación de Job, ya no era la pérdida de sus hijos o sus riquezas; Dios estaba en su vida de un modo tan grande que ni siquiera podía concebir perder su amistad.
En cada una de sus defensas pide la intervención divina.
Parece que el Señor se demora, las acusaciones de sus amigos se hacen insoportables a tal punto que dice gritando: ¡Me matan! Sus palabras son huecas y sin sentido: Quiero un abogado, alguien tiene que haber en el cielo que me atienda, que venga algún intermediario, pariente cercano a defenderme, quiero hablar cara a cara con Dios. Job no solo quería hablar con Dios, sino discutir con Él y acusarlo de gobernar mal el mundo con injusticia y al maltratarlo. Job, había hablado con gran orgullo, como si fuera un príncipe, como si delante del Señor fuera tan importante que Dios tendría que dejar todo para atenderle. Sin dudas somos amados y tenidos en cuenta por Dios, pero, Él es más importante que todos pues es Dios! Nadie puede explicar el tiempo que duró su sufrimiento; quizás fueron dos, cuatro o seis meses.
A esta altura, el enemigo Satanás ha quedado por demás avergonzado delante de Dios. El Señor, no quiere dejar a Job solo con su dolor y de repente llega a él como un HURACÁN, no viene en el silbo apacible, usa otro tipo de vehículo, Job lo necesita y en un despliegue de gran poder y gloria viene; en un torbellino para hablar, responder a Job y librarlo de su pena.
Aunque nosotros somos infieles, Él permanece fiel y no dejará que seamos tentados mas de lo que podamos resistir, sino que dará juntamente con la tentación, la salida para que podamos soportar, l Co.10:13. Ahora Dios viene, no a responder como Job pedía, sino lo hace con una serie de preguntas, a través de una nueva visión del poderoso y gran Dios que está tras las maravillas de la naturaleza. La palabra de la visión convenció a Job que solo podía confiar en un Dios así. En el primer discurso de Dios a Job, este es reducido a silencio. El pecado de Job consistía en interpretar erróneamente su experiencia, juzgan-do a Dios por meras apariencias. Dijo el Señor: ¿Quién es este que oscurece el consejo sin sabiduría? ¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? ¿Cuándo extendí sus medidas? ¿Cuándo puse la piedra angular? ¿Cuándo las estrellas me alaban y se regocijan todos los hijos de Dios? (Lea Job, 38 y 39).
2- DIOS HABLA POR SEGUNDA VEZ
Además respondió Dios: ¿Es sabiduría contender con el omnipotente? El que dispute con Dios responda. Dijo Job: He aquí que soy vil ¿Qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé, aún dos veces mas no volveré a hablar. Pues se da cuenta que no esta a la altura del Señor para discutir.
Notemos que Dios no habla a sus tres amigos, ni a Eliú el cuarto; Ellos son censurados por proferir juicio, sin conocer el propósito del Señor.
Además agrega Dios desde el torbellino, si te preguntare y tu me respondieres ¿Invalidarás tu también mi juicio? ¿Me condenarás para justificarte ¿Tienes un brazo como el de Dios? ¿Truenas con tu vos como yo? Job 40 y 41 ¿Quién me ha dado a mi primero para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío! Respondiendo sus últimas palabras Job, dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. Por tanto yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. De a oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza, Job 42:3-6.
3- DIOS REPRENDE A LOS AMIGOS
Dijo a Elifaz, mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mi lo recto, como mi siervo Job. Tomen siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros; porque de cierto a él atenderé, para no afrontarlos, por cuanto no habéis hablado como mi siervo Job. E hicieron como Jehová dijo y aceptó Jehová la oración de Job.
Hermano y amigo, no te apures a apuntar o hablar mal de tu hermano, no sea que este tenga luego que orar por ti. Lo que no conoces, lo oculto, déjaselo para el Señor.
Job, oró por sus amigos aún estando en su postura de enfermedad, estaba enfermo en su cuerpo, su alma estaba sana y relucía ante los ojos del Señor.
4- DIOS RESTABLECE A JOB
Luego que Job oró por sus amigos, Él quitó su aflicción. A veces Dios se toma su tiempo; nunca se dejará a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y alegría nuestros corazones, Hch.14:17.
No solo que Dios sana a su siervo sino que además aumenta al doble todas las cosas que había tenido anteriormente. Te imaginas que si en un comienzo fue el más rico de todos los orientales, como sería ahora? Y bendijo el postrer estado de Job más que el primero! Y tuvo siete hijos y tres hijas. Aún Dios le restituyó su familia. Y como si esto fuera poco, le dio las hijas más lindas de toda la tierra, Job 42:13-15.
Eran tan bellas como sus nombres:
Jemima - significa: Paloma
Cesia - significa: Canela
Keren-hapuc - significa: Cosméticos de belleza facial.
Ahora Job es nuevamente un héroe ante la sociedad, era tanta la riqueza de Job, que la herencia que estaba solo destinada para sus hijos varones, alcanzó también para sus hijas, cumpliéndose en él, el proverbio de Salomón: El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos, Pr.13:22.
Vivió Job ciento cuarenta años mas después de su padecimiento y vio a sus hijos y los hijos de ellos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días.
5- ¿QUÉ ENSEÑANZA NOS DEJA ESTE LIBRO?
Aprendamos que el padecimiento es parte de la estructura del universo, algo indispensable en la providencia de Dios.
Misterios que no se resuelven en la razón del hombre, sino en el plan divino de Dios. Debemos ser sujetos a los designios de nuestro Señor, sin pedir razones por ello. Considerando que la aflicción es un misterio, y no todo padecimiento es castigo por el pecado; no debemos aventurar juicio de culpabilidad al que sufre.
Los justos no son eximidos del sufrimiento de este mundo. De esta manera no serviremos a Dios por interés. Pues a través de muchas tribulaciones entraremos al reino de Dios, Hch.14:22. Muchas veces este padecimiento, de alguno de los justos, es un desenlace de la lucha entre el adversario y Dios. Recuerda: El padecimiento permitido por Dios, puede llegar a ser como un instrumento para nuestro bien!
Dios es digno de nuestra confianza absoluta, amor total, culto y alabanza. Merece nuestra admiración por su sabiduría infinita, su poder y perfección. Es un privilegio incomparable haberle conocido y contemplar la grandeza de su divinidad. Lo que debemos hacer es simplemente confiar en El aún cuan-do no entendamos lo que hace. Digamos como Job 13:15 ¡¡¡Aunque él me matare, en él esperaré!!!
Dios te bendiga
DANIEL REGONDI
CÓRDOBA, SEPTIEMBRE DE 1999
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.