TEXTO: Job 1:9-10 ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición, por tanto sus bienes se han aumentado sobre la tierra.

ORACIÓN: Señor... Gracias te doy por todo lo que me das; Te amo, e-res mi Dios, fortaleza y escudo.
 
INTRODUCCIÓN: Vimos en el capítulo anterior, la vida de éste patriarca, su consagración, fe y sacerdocio, como así también su familia e hijos.

Veamos ahora su desgracia y pruebas registradas en la Biblia, lo que será de gran enseñanza para nuestras vidas.

1- ¿NO HAS CONSIDERADO A MI SIERVO JOB?

Aquí se corre un velo hacia lo espiritual. No hay libro en la Biblia que hable tan claro del mundo que no vemos. Muchas veces ignoramos que al orar o alabar a Dios, somos trasladados hasta su propio trono. Estamos rodeados de un mundo de ángeles, como así también de un reino de poderes de maldad. Cada movimiento que hacemos es observado; el Señor conoce nuestro caminar, cuando le alabamos sinceramente de corazón y cuando somos tentados y esta tentación nos lleva a cometer o transgredir las leyes del Señor. Jesús dijo en la parábola del mayordomo malo, que éste fue acusado por disipar, malgastar lo que no era suyo, Lc. 16:1. Satanás es el acusador de nuestras acciones; el solo viene a robar, matar y destruir y cada día se presenta delante de Dios para acusarnos. Pero Job era íntegro, varón perfecto, recto y temeroso de Dios, tanto, que E1 Señor le dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él? ¿Podrá Dios decir lo mismo de nuestra consagración? ¿Cuántos escalones nos aventaja Job? ¿Podemos llegar a vivir una vida tan espiritual como Job? ¡La Biblia dice que si! Somos perfeccionados para llegar a la unidad de la fe, y al conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo Ef.4:12-13. Ahora si, es más fácil pues estamos por la fe, escondidos en Cristo y Cristo en Dios. Mientras no te apartes de Cristo, no existirá diablo que te acuse... No te puede encontrar, porque tu vida es guardada en Él!

2- ¿ACASO TEME JOB A DIOS DE BALDE?

A Job se le hacía más difícil que a nosotros. Sus acciones estaban al descubierto. Satanás no tenía forma de acusarle; lo habrá observado día y noche, hasta el más mínimo detalle, por la mañana era santo, por la tarde era santo, por la noche era santo, no hay caso, no puedo con él; pero como enemigo del hombre puso en duda su integridad ante Dios; El te adora por todo lo que Tu le das... Quítale lo que tiene y te blasfemará en tu misma presencia. Que desafío para Dios; provoca al Señor a probar la integridad de Job. Dios tenía toda su confianza en él cuando dijo: ¿No has considerado a mi siervo?

Ya no se podía echar atrás; pobre Job, en una contienda espiritual que él ignoraba, su fe y pureza fueron puestas a la máxima prueba por la que hombre alguno pasó.

Adán no pasó la prueba, tampoco Abram, ni Moisés o David el salmista: Pero sí Noé, un hombre íntegro, también Daniel el Profeta. Ahora Job sería probado. Ningún hombre fue exigido a tal punto... Solo Cristo en los días de su carne y este hombre es figura de Jesús. Otros hombres soportaron padecimientos tales como Adán, cuando fue echado del huerto, Abram cuando Dios le pidió su hijo, Moisés al guiar un pueblo duro de cerviz. ¿Que diríamos de Daniel en el pozo de los leones o Jeremías en una cisterna con el barro hasta el cuello? ¿Que diríamos de Juan el Bautista en la cárcel y luego decapitado? Así también murió Jacob y el Apóstol Pablo, Esteban murió apedreado. Estos eran hombres de Dios, que tenían su mirada puesta en lo prometido, aunque lo miraban de lejos lo creían y confesaban que solo eran peregrinos en esta tierra, que aunque padecían, esperaban una Patria Celestial, He.11:13.

3- DIOS PERMITE QUE JOB SEA PROBADO

Si Dios no lo permite nadie te puede dañar. Todo tipo de padecimientos encierra un misterio en Dios. El Apóstol Pablo decía que las tribulaciones producen paciencia y la paciencia, prueba y la prueba esperanza y la esperanza no avergüenza. Un amigo, decía al ser probado: Dale mas fuerte Señor. Si Dios lo permite es para nuestro bien.

Satanás arremetió y en un solo día Job perdió todas sus: riquezas materiales y sus diez hijos, y ¿Sabes que hizo en su terrible dolor? Rasgó sus ropas, rasuró su cabeza y postrado en tierra adoró a Dios, diciendo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá, Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito.

Pobre diablo, no podía con Job. Él sabía en quien había creído y mucho; no atribuyó a Dios despropósito alguno.

4- NUEVAMENTE JOB ES PROBADO

Este diablo maligno no se quedó conforme. Ahora dijo: Piel por piel todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Extiende tu mano y toca su hueso y carne y verás sino blasfema en tu propia presencia. Satanás quiso probar a Dios incitándolo a herir a Job. Este condenado ladrón se olvidó que Dios no tienta a nadie, ni puede ser tentado, Sg. 1:13. Pero una vez mas permite que Job sea probado para demostrarle al enemigo de nuestras almas que vendrían hombres como Job, tan íntegros de justicia y tan llenos de pureza espiritual; que sin ser máquinas o robots, con un libre albedrío y poder de decisión, en un cuerpo como el nuestro, agradaron a Dios mas allá de sus fuerzas.

Señor... Como quisiera ser como éste y otros hombres que te agradaron, aún en sus más terribles pruebas.

Nuevamente Satanás arremete contra Job, contra casi lo último que le quedaba; su esposa y amigos no fueron tocados, Satanás los dejó para herir su mente y sentimientos a través de ellos. Job, fue herido con una sarna maligna desde la planta de sus pies, hasta la coronilla de su cabeza y sentado sobre cenizas, se rascaba con un tiesto. Job estaba sentado un poco distante de su casa y en una terrible soledad. Sin entender nada de lo que le sucedía. Todos se pusieron en su contra; la mujer amada le dijo: ¿Aún retienes tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete! Job le respondió: Hablas como una mujer fatua (Pecadora) ¿recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos? Con todo esto, Job no pecó con sus labios. Pobre Job... Estaba confundido, no entendía nada, creía que Dios lo despreciaba, era tanto su dolor y sufrimiento que llegó a maldecir el día de su nacimiento. También llegaron sus tres amigos vecinos, a condolerse con él, los que alzando sus ojos desde lejos no le conocieron y lloraron a gritos, cada uno rasgó su manto y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo y se sentaron con él en la tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque su dolor era muy grande.

5- EL SUFRIMIENTO DE JOB, AUNQUE TERRIBLE...

FUE SUPERADO POR EL DE JESÚS

Job conoció pecado, era gentil y salvo por la misericordia de Dios; fue probado como ningún otro hombre en la tierra (además de Cristo) y salió victorioso no pecando contra Dios.

Jesús siendo el hijo de Dios, viviendo como Job en un cuerpo como el suyo, de carne y hueso, pero sin pecado y tentado en todo según nuestra semejanza; ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente y aunque era hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia y habiendo sido perfeccionado y vino a ser autor de eterna salvación, a todos los que le obedecen, He. 5:7-10. Parecería que Job sufrió mas que todos los hombres, pero Jesús tuvo un grado mas en cuanto a cualquier sufrimiento, pues su rostro fue desfigurado de los hombres de tal manera, que perdió su parecer y su hermosura, mas que la de los hijos de los hombres, Is. 52:14.

¡Cuánto le debemos! ¡Cuánto sufrió por nuestra salvación!

Job sufrió solo por si mismo. Jesús sufrió por nosotros

Ámale como El nos amó a nosotros

Dios te bendiga
DANIEL REGONDI
CÓRDOBA, SEPTIEMBRE DE 1999
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