ISAÍAS 53:11


“VERA EL FRUTO DE LA AFLICCIÓN DE SU ALMA, Y QUEDARA SATISFECHO; POR SU CONOCIMIENTO JUSTIFICARA MI SIERVO JUSTO A MUCHOS, Y LLEVARA LAS INIQUIDADES DE ELLOS”
Entendiendo el sufrimiento, parece ser una de las cosas más difíciles que a nosotros los cristianos nos toca comprender y más aún compartir a otro que está sufriendo.

Casi siempre, nos gusta más hablar de las bendiciones, pero cuando se toca el tema del sufrimiento preferimos obviar y pasar por alto este tema.

Jesús de Nazaret no fue ajeno al sufrimiento. Él lo vivió en carne propia.

a) La Biblia dice que su alma fue afligida. Es cierto Jesús como hombre sufrió penalidades él dijo en una oportunidad: MI ALMA ESTA MUY TRISTE, HASTA LA MUERTE. Marcos 14.34.

b) Sin embargo, su actitud no fue de estar a espaldas al sufrimiento, como querer olvidarlo. En Getsemaní podemos observar cómo lo enfrentó. Orando, no negó lo que sentía y lo expresó diciendo lo que sentía en su alma.

c) Su padecimiento no terminó en Getsemaní. Siguió inclusive en la misma cruz del Calvario. Y allí se cumplió lo que dice la Escritura que quedó satisfecho.

d) ¿Por qué quedó satisfecho?. Sabía muy bien que fruto de su padecimiento momentáneo muchos vendríamos a los pies de Jesús y alcanzaríamos salvación para nuestras almas. “MAS NO RUEGO SOLAMENTE POR ESTOS, SINO TAMBIÉN POR LOS QUE HAN DE CREER EN MI POR LA PALABRA DE ELLOS”. Juan 17:20. Allí estamos tú y yo. Sí él sabía que su sacrificio no sería en vano.

e) Es difícil regocijarnos en medio del sufrimiento. Nuestra manera de ver el sufrimiento no debe estar orientando al presente ni mucho menos al pasado; sino al futuro.

f) La Biblia dice que por su conocimiento justificará a muchos. La Biblia dice que hemos sido justificados por la fe, y ahora tenemos paz para con Dios por medio de nuestro amado Señor Jesucristo. Romanos 5:1


Jesucristo, pues, llevó nuestras iniquidades. Su obra en la cruz no sólo se circunscribe al perdón de pecados sino también a libertad de espíritu y de las aflicciones del alma. Todo lo que él padeció no fue de balde, sino que nos dejó ejemplo de cómo podemos reaccionar ante la adversidad.

Muchas veces pensamos que tal situación es de Dios si nos sentimos en paz. Me pregunto ¿cuánta paz tuvo en Getsemaní? Ninguna. Es que asociamos mal la paz con la comodidad y el confort.

Jesús sufrió la cruz y menospreció el oprobio, es decir, le dio al oprobio un valor pequeño.

Nos conviene imitar a nuestro Maestro.

NOMBRE: AMÉRICO DÁVILA ZAMORA
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