TEMA: LA LLUVIA DEL ESPÍRITU SANTO


TEXTO: 1 Reyes Caps. 12-22

Introducción:

Una gran lluvia se escucha (1 Reyes 18:41). Dios quiere derramar de su Espíritu Santo sobre toda carne; pero podemos aprender a través de la vida de Elías, cómo puede el Señor llenarnos de su Espíritu Santo.
1. Elías se dio cuenta de que el altar estaba caído (1 Re. 18: 30) y decide reconstruírlo. La pregunta es ¿cómo está nuestro altar personal? El fundamento del altar es el calvario, reconocer que por medio de Jesús podemos tener una relación con el Padre. Reedifiquemos nuestro altar.

2. Elías hizo una zanja alrededor el altar (1 Re. 18: 32) esta zanja simboliza separación, santidad, mas no aislamiento. Debemos estar separados del mundo, pero no aislados, por que somos la luz de este mundo, si nos aislamos ¿cómo vamos a brillar en medio de las tinieblas?.

3. Puso la leña (1 Re. 18: 33) Simboliza sacrificio. Nuestra vida tiene que ser un sacrificio vivo para Dios. Jesús nos dio un gran ejemplo de sacrificio.

4. El agua (1 Re. 18: 34-35) Símbolo de la palabra de Dios. No podemos servir al Señor, si no lo conocemos, y no podemos conocerlo, si no leemos su palabra. La Biblia es el único libro vivo. Dios envió de su fuego y consumió todo lo que había, el altar, la leña, el agua; Dios los fundió en uno solo, y consiste en la presencia de Dios en nuestra vida. ¿Estaremos dispuestos a buscar la lluvia del Espíritu Santo? A medida que lo busquemos, él empezará a darnos más de Él o lo que es peor aún, perdernos de Dios.

Muchas veces se nos enseña como acercarnos a Dios, pero muy pocas veces, reparamos como es que podemos separarnos de Él:

1. No escuchando su Palabra.

2. Escuchando las opiniones de los demás.

3. Confiando en uno mismo, en nuestra propia prudencia

4. Simplemente no obedezco.


Procuremos no seguir estos pasos sino buscar cada vez más a Dios.

OBEDIENCIA: 7 Pasos para obedecer a Dios:

1. Esperar en Dios en oración.

2. Meditar a diario en su palabra. (Salmo 119: 9-10)

3. Estar dispuestos a caminar aún en un camino incierto, como lo hizo Abraham (Heb. 11: 8)

4. Estar dispuestos a sufrir conflictos.

5. Someternos a nuestra autoridad (Ef. 6:5).

6. Dejar las consecuencias en manos de Dios.

7. Aceptar con buena disposición su voluntad.

CONCLUSIÓN:

Es cierto, la obediencia cuesta, Jesús de Nazaret lo sabe muy bien, El se hizo obediente hasta la muerte y muerte de Cruz, así que Él sabe lo que significa obedecer. Pero a él lo motivó algo especial, la vida de cada uno de nosotros. Hay situaciones que tendremos que escoger o hacer la voluntad de Dios o la nuestra. Y esto se hace más difícil si obedecer implica el beneficio para otros (“no mirando cada uno lo suyo propio sino el de los demás”) y es allí cuando cuesta más. Para Jesús esto no fue ajeno, cuando decidió poner su vida por nosotros, en eso consistió su amor en que nos amó antes de que nosotros le conociéramos.

NOMBRE: AMÉRICO DÁVILA ZAMORA
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