Un sustituto es una persona que reemplaza a otra en el cumplimiento de una tarea u orden; por ejemplo un maestro suplente, sustituye al titular, si este esta enfermo o de vacaciones.
Ahora supongamos que alguien tiene una deuda y no la puede pagar, pero un amigo que le quiere mucho va en su lugar (lo sustituye) y la paga. ¿No es este, acaso un acto de amor muy grande?.
Pues bien, cuando Dios creó al mundo, puso leyes para lograr un orden. Algunas son las leyes naturales, que hacen que la tierra gire alrededor del sol, y no se aparte de él, o que la luna gire en torno de la tierra sin colisionar.
También existen leyes que regulan el orden entre los moradores del planeta; ya sea en el reino animal y vegetal, y por supuesto también entre los hombres.
Una de esas leyes de Dios dice que si el hombre pecare morirá y no importa si es que pecamos contra otros hombres, o contra uno mismo, siempre que uno peca, lo hace contra Dios y la paga del pecado es muerte.
Ahora, puesto que todos cometemos pecados tendríamos que pagar con nuestras vidas, pero el problema es que no tenemos un solo pecado sino un muchos acumulados a lo largo de nuestras vidas, en otras palabras tenemos una deuda que no podemos pagar.
Mira a tu alrededor, mira tu vida; ¿te das cuenta? ; estas atrapado en tus vicios, en tus pecados, no puedes pagar, quieres cambiar las cosas, pero no puedes, quieres vivir mejor, pero no encuentras la salida.
Una salida
Si vamos a buscar una salida, lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta de nuestra "insolvencia", no podemos pagar nuestras deudas con Dios.
Por eso un amigo tuyo quiere sustituirte, pagar por ti el precio de tus culpas.
¿Sabes quien es ese amigo?. Jesús, sí, Él te ofrece su amor, su amistad, y pagar con su muerte el precio de todos tus pecados.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53: 5)
¿Quieres Tú ser su amigo, o vas a ignorarlo, como hasta ahora?¿Ocultaras de Él tu rostro, vas a ser indiferente, con quien entrego su vida por la tuya?
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado y no lo estimamos. (Isaías 53:3)
Amigo, no desprecies al Señor, acepta su amistad, toma su mano él quiere sacarte, Él quiere salvarte.
No escondas tu rostro tras las excusas, porque el no ignoró tu padecer, y más que eso, sufrió grandemente y murió por ti.
Si supieras que todo esto fue hecho para ti, pero tú no te das cuenta, no quieres entender, y cargas con un peso que Cristo se ofrece a llevar en tu lugar.
¿Sufres, por no aceptar al Señor? ¿No es mejor dejar que Él cargue con tus penas y pecados? ¿No es mejor dejar que Él te limpie?
Acepta hoy mismo al Señor y Él te dará una vida nueva. Paz para con Dios. Limpieza y libertad de pecados.
Pero si no le aceptas, Él no podrá pagar por ti, y entonces la deuda queda, te persigue y te asfixia, condenando entonces tu alma.
No intentes seguir solo, no trates de seguir haciendo las cosas a tu modo, porque eso no funciona, no te alcanza.
¿Crees que puedes salvar tu alma haciendo buenas obras?
Pues no es así, solo Cristo salva.
El que cree, no es condenado; mas el que no cree ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Juan 3:18)
Ahora, pues si crees en el Señor Jesucristo, nada ni nadie te condena, porque Él pagó tu deuda; pero si no crees, tú mismo te condenas, porque sabiendo que eres incapaz de justificarte, aun así rechazas su salvación.
Es tan fácil, solo tienes que creer y aceptar a Cristo y todo cambia, y eres libre, y ya nunca mas te dejará el Señor.
Ahora, tienes en tus manos la posibilidad de cambiar tu vida, y a tu alcance la salvación; pero nadie puede decidir por ti. Tienes que tomar una decisión hoy, tal vez mañana sea demasiado tarde....
Si has decidido seguir a Cristo háblale, díselo; Él no espera de ti, un gran discurso, ni palabras elevadas, Él solo busca un corazón arrepentido.
Dile a Cristo que sabes que eres un pecador, que no puedes justificarte y que quieres que Él te salve. Dile que crees en Él, que quieres que venga a morar en tu corazón. Entonces el Señor te hará una nueva persona.
¿Qué estas esperando?
Hernán S. Cardozo.
Entre a:
http://www.palabrafiel.com.ar
FORO DE PREGUNTAS: Donde podrá consultar cualquier tema referente a la salvación, la Biblia o vida cristiana.
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¡SI USTED HA ACEPTA A CRISTO POR MEDIO DE ESTA PUBLICACION POR FAVOR NO DUDE EN ESCRIBIRNOS PARA COMUNICARNOS TAN GRATA NOTICIA!
Pues bien, cuando Dios creó al mundo, puso leyes para lograr un orden. Algunas son las leyes naturales, que hacen que la tierra gire alrededor del sol, y no se aparte de él, o que la luna gire en torno de la tierra sin colisionar.
También existen leyes que regulan el orden entre los moradores del planeta; ya sea en el reino animal y vegetal, y por supuesto también entre los hombres.
Una de esas leyes de Dios dice que si el hombre pecare morirá y no importa si es que pecamos contra otros hombres, o contra uno mismo, siempre que uno peca, lo hace contra Dios y la paga del pecado es muerte.
Ahora, puesto que todos cometemos pecados tendríamos que pagar con nuestras vidas, pero el problema es que no tenemos un solo pecado sino un muchos acumulados a lo largo de nuestras vidas, en otras palabras tenemos una deuda que no podemos pagar.
Mira a tu alrededor, mira tu vida; ¿te das cuenta? ; estas atrapado en tus vicios, en tus pecados, no puedes pagar, quieres cambiar las cosas, pero no puedes, quieres vivir mejor, pero no encuentras la salida.
Una salida
Si vamos a buscar una salida, lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta de nuestra "insolvencia", no podemos pagar nuestras deudas con Dios.
Por eso un amigo tuyo quiere sustituirte, pagar por ti el precio de tus culpas.
¿Sabes quien es ese amigo?. Jesús, sí, Él te ofrece su amor, su amistad, y pagar con su muerte el precio de todos tus pecados.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53: 5)
¿Quieres Tú ser su amigo, o vas a ignorarlo, como hasta ahora?¿Ocultaras de Él tu rostro, vas a ser indiferente, con quien entrego su vida por la tuya?
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado y no lo estimamos. (Isaías 53:3)
Amigo, no desprecies al Señor, acepta su amistad, toma su mano él quiere sacarte, Él quiere salvarte.
No escondas tu rostro tras las excusas, porque el no ignoró tu padecer, y más que eso, sufrió grandemente y murió por ti.
Si supieras que todo esto fue hecho para ti, pero tú no te das cuenta, no quieres entender, y cargas con un peso que Cristo se ofrece a llevar en tu lugar.
¿Sufres, por no aceptar al Señor? ¿No es mejor dejar que Él cargue con tus penas y pecados? ¿No es mejor dejar que Él te limpie?
Acepta hoy mismo al Señor y Él te dará una vida nueva. Paz para con Dios. Limpieza y libertad de pecados.
Pero si no le aceptas, Él no podrá pagar por ti, y entonces la deuda queda, te persigue y te asfixia, condenando entonces tu alma.
No intentes seguir solo, no trates de seguir haciendo las cosas a tu modo, porque eso no funciona, no te alcanza.
¿Crees que puedes salvar tu alma haciendo buenas obras?
Pues no es así, solo Cristo salva.
El que cree, no es condenado; mas el que no cree ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Juan 3:18)
Ahora, pues si crees en el Señor Jesucristo, nada ni nadie te condena, porque Él pagó tu deuda; pero si no crees, tú mismo te condenas, porque sabiendo que eres incapaz de justificarte, aun así rechazas su salvación.
Es tan fácil, solo tienes que creer y aceptar a Cristo y todo cambia, y eres libre, y ya nunca mas te dejará el Señor.
Ahora, tienes en tus manos la posibilidad de cambiar tu vida, y a tu alcance la salvación; pero nadie puede decidir por ti. Tienes que tomar una decisión hoy, tal vez mañana sea demasiado tarde....
Si has decidido seguir a Cristo háblale, díselo; Él no espera de ti, un gran discurso, ni palabras elevadas, Él solo busca un corazón arrepentido.
Dile a Cristo que sabes que eres un pecador, que no puedes justificarte y que quieres que Él te salve. Dile que crees en Él, que quieres que venga a morar en tu corazón. Entonces el Señor te hará una nueva persona.
¿Qué estas esperando?
Hernán S. Cardozo.
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