17Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ell os hay, por la dureza de su corazón; 19los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 20Mas vosotros no habéis apren dido así a Cristo, 21si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojao s del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
25Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al diablo. 28El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29Ninguna palabra corrompi da salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la re dención.
En el A. T. se utiliza los términos "qadash" que se relaciona con "chadash" que sig. "brillar" el aspecto cualitativo de la idea bíblica es el de "pureza" la derivació n de la palabra (qad) que significa "cortar" esto hace que la idea original fuera la de "separación". En el N. T. el verbo "hagios" se utiliza en varios diferentes sentidos, se aplica a personas o cosas. Otras veces se utiliza para designar la operación divina mediante la cual Dios produce de manera especial en el hombre mediante su Espíritu la cualidad subjetiva de la santidad.
Hechos 26:18:
18Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
1 Corintios 1:2:
2A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
1 Tesalonicenses 5:23:
23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24Fiel es el que os llama, el cual tambi&ea cute;n lo hará.
Hebreos 9:13:
13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual medi ante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
En N. T. otro adjetivo que se usa es el de "Hosios" describe estar libres de impurezas y corrupción en el sentido ético y moral.
1 Timoteo 2:8:
8Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
5:22: No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.
En el N. T. otro adjetivo que se usa es el de "Hagios" "Que describe la cualidad que se necesita para mantener una relación estrecha con Dios y para servirle de forma aceptable."
Efesios 1:4:
4Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
1 Pedro 1:15:
15Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.
"Hagiasmo" Indica Santificación "la separación del espíritu de toda impureza y corrupción y una renunciación de los pecados hacia los que nos llevan los deseos de la carne y de la mente& quot;
Romanos 6:19:
19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para s ervir a la justicia.
1 Tesalonicenses 4:3:
3Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5no en pasión de concupiscen cia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7Pues no nos ha llamado Dios a inmund icia, sino a santificación.
Hebreos 12:14:
14Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
2 Corintios 7:1:
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
La Santificación en la Historia
Antes de la reforma existían tres preocupaciones.
a. la relación que en la santificación guarda la gracia de Dios con la fe;
b. la relación de la santificación con la justificación.
c. Hasta que grado de santificación se puede llegar.
Un brote de moralismo se hacia muy manifiesto en que se enseñaba al hombre que su salvación dependía de la fe y de buenas obras. Los pecados manifiestos antes del bautismo quedaban lavados por el bautismo; pero para los que se cometían después, tenían que recurrir a la penitencia y a las buenas obras.
Para realizar una confesión privada, el penitente se acerca al confesionario, y, de rodillas, o sentado, dice al sacerdote cuánto tiempo ha pasado desde su última confesión. Luego, el penitente confiesa todos pecados graves cometidos desde la última confesión, y expresa su dolor y deseo de arrepentimiento por ellos. El sacerdote puede entonces ofrecer unas palabras de consejo o ánimo antes de imponer al penitente alguna forma de reparaci& oacute;n o penitencia sacramental por los pecados. Puede consistir en el rezo de oraciones o alguna acción específica (por ejemplo, la restitución de bienes robados en caso de hurto). Después, el sacerdote da la absolució ;n y despide al penitente.
San Agustín definió algo, pero, no distinguió con claridad entre justificación y Santificación y manifestó una tendencia metafísica de que es deposito de Dios en el hombre; el problema de esto es que definió lo que es la transformación de la vida del Cristiano y tiene una tendencia hacia los sacramentos.
Después de la Reforma
Los reformadores diferenciaron la Justificación de la Santificación considerando la primera como un acto legal de la gracia que afecta o tiene que ver con el status judicial del hombre y la Santificación la defi nen como una obra moral re-creadora que cambia la naturaleza interna del hombre. Aunque son diferentes son inseparables.
Es una obra sobre natural y bondadosa del Espíritu Santo, hecha principalmente por la palabra, y nos separamos más del poder del pecado y nos capacita para hacer buenas obras.
Bajo la influencia del racionalismo, y del moralismo dejo de considerarse a la santificación como una obra de sobrenatural del E. S. en la renovación de los pecadores y se le rebajó hasta nivel de un mero mejoramien to moral mediante los poderes naturales del hombre.
En el A. T. la santidad se aplica ante todo a Dios; de varias manera reveló su santidad,
a. Con juicios: Éxodo 15:11. 11¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses; ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? 12Extendiste tu diestra; La tierra los tragó.
b. Separando un pueblo para él: Éxodo 19:4. 4Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5Ahora, pues, si diereis o&i acute;do a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.
En el N. T. hay una notable diferencia; la santidad se presenta como una característica del E. S. por quién los creyentes son santificados y capacitados para servir y ser conducidos a su eterno destino.
2 Tesalonicenses 2:13:
3Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Esp&iacu te;ritu y la fe en la verdad.
Tito 3:5:
5Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
La santidad no es una mera rectitud moral, se puede definir como la operación bondadosa y continua del E. S. mediante ÉL, al pecador justificado lo liberta de la corrupción del pecado, y renueva toda su naturaleza a su imagen y lo capacita para hacer buenas obras.
La Naturaleza de la Santificación
Consiste fundamentalmente y principalmente en una operación divina en el alma, por medio de la cual, aquella disposición santa nacida de la regeneración queda fortalecida y aumenta su santa actividad. Se tra ta de una obra que en esencia es de Dios, aunque hasta donde ÉL emplea medios, el hombre puede cooperar y se espera que ponga su parte, pero la obra la hace Dios.
Como una obra de Dios:
1 Tesalonicenses 5:23:
23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24Fiel es el que os llam a, el cual también lo hará.
Hebreos 13:20:
20Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
En el A. T. se utiliza los términos "qadash" que se relaciona con "chadash" que sig. "brillar" el aspecto cualitativo de la idea bíblica es el de "pureza" la derivació n de la palabra (qad) que significa "cortar" esto hace que la idea original fuera la de "separación". En el N. T. el verbo "hagios" se utiliza en varios diferentes sentidos, se aplica a personas o cosas. Otras veces se utiliza para designar la operación divina mediante la cual Dios produce de manera especial en el hombre mediante su Espíritu la cualidad subjetiva de la santidad.
Hechos 26:18:
18Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
1 Corintios 1:2:
2A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
1 Tesalonicenses 5:23:
23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24Fiel es el que os llama, el cual tambi&ea cute;n lo hará.
Hebreos 9:13:
13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual medi ante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
En N. T. otro adjetivo que se usa es el de "Hosios" describe estar libres de impurezas y corrupción en el sentido ético y moral.
1 Timoteo 2:8:
8Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
5:22: No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.
En el N. T. otro adjetivo que se usa es el de "Hagios" "Que describe la cualidad que se necesita para mantener una relación estrecha con Dios y para servirle de forma aceptable."
Efesios 1:4:
4Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
1 Pedro 1:15:
15Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.
"Hagiasmo" Indica Santificación "la separación del espíritu de toda impureza y corrupción y una renunciación de los pecados hacia los que nos llevan los deseos de la carne y de la mente& quot;
Romanos 6:19:
19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para s ervir a la justicia.
1 Tesalonicenses 4:3:
3Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5no en pasión de concupiscen cia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7Pues no nos ha llamado Dios a inmund icia, sino a santificación.
Hebreos 12:14:
14Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
2 Corintios 7:1:
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
La Santificación en la Historia
Antes de la reforma existían tres preocupaciones.
a. la relación que en la santificación guarda la gracia de Dios con la fe;
b. la relación de la santificación con la justificación.
c. Hasta que grado de santificación se puede llegar.
Un brote de moralismo se hacia muy manifiesto en que se enseñaba al hombre que su salvación dependía de la fe y de buenas obras. Los pecados manifiestos antes del bautismo quedaban lavados por el bautismo; pero para los que se cometían después, tenían que recurrir a la penitencia y a las buenas obras.
Para realizar una confesión privada, el penitente se acerca al confesionario, y, de rodillas, o sentado, dice al sacerdote cuánto tiempo ha pasado desde su última confesión. Luego, el penitente confiesa todos pecados graves cometidos desde la última confesión, y expresa su dolor y deseo de arrepentimiento por ellos. El sacerdote puede entonces ofrecer unas palabras de consejo o ánimo antes de imponer al penitente alguna forma de reparaci& oacute;n o penitencia sacramental por los pecados. Puede consistir en el rezo de oraciones o alguna acción específica (por ejemplo, la restitución de bienes robados en caso de hurto). Después, el sacerdote da la absolució ;n y despide al penitente.
San Agustín definió algo, pero, no distinguió con claridad entre justificación y Santificación y manifestó una tendencia metafísica de que es deposito de Dios en el hombre; el problema de esto es que definió lo que es la transformación de la vida del Cristiano y tiene una tendencia hacia los sacramentos.
Después de la Reforma
Los reformadores diferenciaron la Justificación de la Santificación considerando la primera como un acto legal de la gracia que afecta o tiene que ver con el status judicial del hombre y la Santificación la defi nen como una obra moral re-creadora que cambia la naturaleza interna del hombre. Aunque son diferentes son inseparables.
Es una obra sobre natural y bondadosa del Espíritu Santo, hecha principalmente por la palabra, y nos separamos más del poder del pecado y nos capacita para hacer buenas obras.
Bajo la influencia del racionalismo, y del moralismo dejo de considerarse a la santificación como una obra de sobrenatural del E. S. en la renovación de los pecadores y se le rebajó hasta nivel de un mero mejoramien to moral mediante los poderes naturales del hombre.
En el A. T. la santidad se aplica ante todo a Dios; de varias manera reveló su santidad,
a. Con juicios: Éxodo 15:11. 11¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses; ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? 12Extendiste tu diestra; La tierra los tragó.
b. Separando un pueblo para él: Éxodo 19:4. 4Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5Ahora, pues, si diereis o&i acute;do a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.
En el N. T. hay una notable diferencia; la santidad se presenta como una característica del E. S. por quién los creyentes son santificados y capacitados para servir y ser conducidos a su eterno destino.
2 Tesalonicenses 2:13:
3Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Esp&iacu te;ritu y la fe en la verdad.
Tito 3:5:
5Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
La santidad no es una mera rectitud moral, se puede definir como la operación bondadosa y continua del E. S. mediante ÉL, al pecador justificado lo liberta de la corrupción del pecado, y renueva toda su naturaleza a su imagen y lo capacita para hacer buenas obras.
La Naturaleza de la Santificación
Consiste fundamentalmente y principalmente en una operación divina en el alma, por medio de la cual, aquella disposición santa nacida de la regeneración queda fortalecida y aumenta su santa actividad. Se tra ta de una obra que en esencia es de Dios, aunque hasta donde ÉL emplea medios, el hombre puede cooperar y se espera que ponga su parte, pero la obra la hace Dios.
Como una obra de Dios:
1 Tesalonicenses 5:23:
23Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24Fiel es el que os llam a, el cual también lo hará.
Hebreos 13:20:
20Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.