Después de estudiar la doctrina cristiana, Mahatma Ghandi, el carismático líder hindú, dijo algo que hirió el amor propio del mundo cristiano: "Yo me haría cristiano si no fuese por culpa de los cristianos."
¿Que sucedió a lo largo del camino? ¿Es el cristianismo una religión fracasada? ¿Es el sueño moralista de un loco revolucionario? ¿Es una teoría imposible de hacerse realidad? ¿Es puro idealismo?
Jesús, el fundador del cristianismo, no fue como muchos piensan, un idealista, fue un hombre práctico.
Jesús nunca expuso un discurso sobre la santidad de la maternidad; Se alimentó del pecho de su madre y santificó así, para siempre, la maternidad.
No argumentó sobre el desarrollo de la vida y del carácter, "creció en estatura y sabiduría, delante de Dios y de los hombres."
No discutió sobre el misterio de la tentación humana. La enfrentó y después de 40 días, en el desierto, regresó victorioso "en el poder del Espíritu".
No encontrarás un discurso suyo, acerca de la dignidad del trabajo, pero si vas a la Biblia, descubrirás que Él trabajó en el taller de carpintero, consagrando así para siempre la dignidad del trabajo.
Lee toda su biografía en los cuatro evangelios y piensa: ¿Trató alguna vez de probar la existencia de Dios? No. Él trajo al Padre consigo. Él vivió en comunión y dependencia de su Padre. Él enseñó con su ejemplo que el mayor argumento en favor del cristianismo somos nosotros, los propios cristianos.
Jesús no argumentó como Sócrates, sobre la inmortalidad del alma. Salió de la teoría: resucitó a los muertos. No discutió ni hizo emotivos discursos sobre los derechos de los niños: los levantó en sus brazos y los bendijo.
No escribió volúmenes sobre la respuesta de Dios a las oraciones humanas: pasó algunas veces la noche entera en oración y a la mañana siguiente el poder de su Padre fue capaz de devolver la vida a los muertos.
¿Lo ves describiendo de manera admirable, las bellezas de la amistad y la necesidad de simpatía que los hombres deben tener unos con otros? No, claro que no, pero lo encuentras llorando en la tumba de su amigo Lázaro.
Ningún discurso feminista salió de sus labios, pero Él trató a las mujeres con respeto infinito, y al resucitar, fue a ellas a quienes primero se presentó.
No enseñó en alguna aula de clases, lecciones de humildad; se ciñó con una toalla y lavó los pies de los discípulos.
Es de esta práctica que el cristianismo esta necesitando. Cristianismo no es simplemente teología o filosofía, es práctica, es vida, eres tú viviendo una experiencia de amor con Cristo y comunicando ese amor a las personas a través de tu testimonio, de tus actos y de tu vida. Ese tipo de cristianismo nunca podrá ser el opio de los pueblos. Ese tipo de cristianismo es la única salida que nuestro turbulento mundo tiene.
Por Edgar (Publicado en el Foro de la Web Cristiana.)
¿Que sucedió a lo largo del camino? ¿Es el cristianismo una religión fracasada? ¿Es el sueño moralista de un loco revolucionario? ¿Es una teoría imposible de hacerse realidad? ¿Es puro idealismo?
Jesús, el fundador del cristianismo, no fue como muchos piensan, un idealista, fue un hombre práctico.
Jesús nunca expuso un discurso sobre la santidad de la maternidad; Se alimentó del pecho de su madre y santificó así, para siempre, la maternidad.
No argumentó sobre el desarrollo de la vida y del carácter, "creció en estatura y sabiduría, delante de Dios y de los hombres."
No discutió sobre el misterio de la tentación humana. La enfrentó y después de 40 días, en el desierto, regresó victorioso "en el poder del Espíritu".
No encontrarás un discurso suyo, acerca de la dignidad del trabajo, pero si vas a la Biblia, descubrirás que Él trabajó en el taller de carpintero, consagrando así para siempre la dignidad del trabajo.
Lee toda su biografía en los cuatro evangelios y piensa: ¿Trató alguna vez de probar la existencia de Dios? No. Él trajo al Padre consigo. Él vivió en comunión y dependencia de su Padre. Él enseñó con su ejemplo que el mayor argumento en favor del cristianismo somos nosotros, los propios cristianos.
Jesús no argumentó como Sócrates, sobre la inmortalidad del alma. Salió de la teoría: resucitó a los muertos. No discutió ni hizo emotivos discursos sobre los derechos de los niños: los levantó en sus brazos y los bendijo.
No escribió volúmenes sobre la respuesta de Dios a las oraciones humanas: pasó algunas veces la noche entera en oración y a la mañana siguiente el poder de su Padre fue capaz de devolver la vida a los muertos.
¿Lo ves describiendo de manera admirable, las bellezas de la amistad y la necesidad de simpatía que los hombres deben tener unos con otros? No, claro que no, pero lo encuentras llorando en la tumba de su amigo Lázaro.
Ningún discurso feminista salió de sus labios, pero Él trató a las mujeres con respeto infinito, y al resucitar, fue a ellas a quienes primero se presentó.
No enseñó en alguna aula de clases, lecciones de humildad; se ciñó con una toalla y lavó los pies de los discípulos.
Es de esta práctica que el cristianismo esta necesitando. Cristianismo no es simplemente teología o filosofía, es práctica, es vida, eres tú viviendo una experiencia de amor con Cristo y comunicando ese amor a las personas a través de tu testimonio, de tus actos y de tu vida. Ese tipo de cristianismo nunca podrá ser el opio de los pueblos. Ese tipo de cristianismo es la única salida que nuestro turbulento mundo tiene.
Por Edgar (Publicado en el Foro de la Web Cristiana.)