Por medio de este escrito quiero mostrarte la forma como entiendo y veo los reinos y batallas espirituales que a nuestro alrededor y en nuestro espíritu tienen lugar. Usaré ilustraciones y símbolos, acompañados de algunas frases bíblicas para que puedas entender mejor.

 
Si en lo que lees este escrito notas algo que haga conflicto con lo que tú entiendes cuando lees las Escrituras, entonces es aconsejable que te dejes llevar por el Espíritu, ya que somos imperfectos y solo El te puede dar ayuda y doctrina sin defectos. “Oídlo todo, retened lo bueno”.

Yo veo el reino espiritual dividido en tres grandes campos, los cuales ilustro como: El Santuario, El Valle de la Decisión y El Abismo. A continuación paso a describirte mi entender sobre cada campo:

El Santuario:

Aquí encontramos al Padre (Dios), sus Ángeles y todas sus criaturas que no han caído en pecado. También pertenecen al Santuario los muertos que murieron en amor y justicia, los cuales en la resurrección ocuparan sus lugares de paz y justicia por toda la eternidad.

En el Santuario además están los que han aceptado la verdad y han pasado un estrecho y largo camino de pruebas, sufrimientos y oprobio, por seguir al Maestro Jesús. Estos son los valientes de Dios, que han puesto al Buen Pastor en primer lugar y están decididos a no dar marcha atrás en este
venturoso camino con y hacia la justicia eterna.

El Padre consuela y ayuda a los pequeñuelos que llegan al Santuario. Estos niños de la fe, tienen la buena ayuda de sus hermanos mayores (los ángeles, apóstoles, profetas, etc.).

Quien verdaderamente ha llegado a los predios del Santuario es llamado Escogido de Dios, y desde ahí en adelante, aunque tenga dificultades y sufra injusticias, no hay nada que pueda arrebatar la vida eterna de su mano.

En todo los términos del Santuario hay paz, justicia, amor y esperanza.

Aquí los interese materiales cambian radicalmente a intereses espirituales, donde todas las cosas le son en común a los hermanos y quien da recibe el doble y más.

En el Santuario no hay gentes infelices. Este lugar irradia buena energía y positivismo por todos lados. Solo hay un Pastor y un Maestro, Jesús.

Nadie se siente mejor que nadie, y el mayor deseo de sus miembros es trabajar ayudando y liberando a los demás hermanos que todavía no han llegado a él, o tienen dificultades en la vida cotidiana. Aquellos con más dones y bendiciones, se dedican mansa y amorosamente a ayudar a sus hermanos.

“Cuan dulces son tus moradas, oh Dios”.

“Bienaventurados los que habitan en tu Santuario, perpetuamente te alabarán”.

El Valle de la Decisión:

Este es un terreno medio donde nacen y crecen todas las criaturas terrenales. Todo habitante del Valle de la Decisión tendrá alguna vez en su vida que decidirse por el Santuario o por el Abismo.

Los que habitan en este Valle están entre dos aguas. Aman y odian, ríen y lloran, predican y tuercen, se arrepienten y caen, etc.

La mayor parte de los del Valle de la Decisión van a para al abismo, porque así lo deciden, y no quieren enfrentar los retos que implica el decidirse y encaminarse hacia el Santuario. Son menos los requisitos que hay que llenar
para calificar para el Abismo.

“El reino de los cielos (Santuario), solo los valientes lo arrebatan”.

El Abismo:

Es la área más poblada de este universo espiritual local en que vivimos.

Esta gran multitud esta conformada por los pueblos de los idolatras, blasfemos, incrédulos, mentirosos, adúlteros, ricos opresores, asesinos, ladrones, etc. Pero a pesar de que tiene una inmensa población, su gran extensión aguanta mucho más.

En el Abismo está el Diablo (su jefe), los demonios (ángeles caídos), y los hombres que rechazan la verdad y prefieren las injusticias.

El Abismo manda sus mensajeros a que hagan su trabajo en contra de las almas que se debaten en el Valle de la Decisión. Estos mensajeros del infierno enfrentan y hacen oposición a los pocos obreros del Santuario que vienen a ayudar y tratar de liberar a sus hermanos. Pero aún siendo
pocos, los siervos del Santuario hacen su trabajo y el mensaje del Señor llega a toda alma.

Terrenos Intermedios:

A parte de estos tres grandes reinos o mundos espirituales, existen terrenos intermedios o situaciones que consideramos de relevancia citar en este texto:

El Cielo:

Aparte de ser un lugar tangible y físico, lo ilustramos aquí como el lugar del Santuario donde están los que nunca han estado en el Valle de la Decisión, ni en el Abismo; también los que han llegado desde el Valle al Santuario y han ascendido a tal relación en el Espíritu con el Señor, que ya
son llamados Los Escogidos de Dios, y “es imposible que puedan volver a caer” a las penurias del Valle de la Decisión.

Los habitantes de este reino “todo lo pueden en Cristo, quien los fortalece”.

Las Aguas Turbulentas:

Es el terreno medio o camino desde el Valle de la Decisión hacia el Santuario. Es un camino frecuentado por solo una manada pequeña. Quien elige seguir este pedregoso camino, recibe la oposición y amenazas de todos los del Abismo y de la mayor parte de los del Valle de la Decisión.

A casi todos los que miran o consideran por primera vez el cruzar las Aguas Turbulentas, les parece una idea loca tal viaje; ven los linderos del Santuario como inaccesibles. Pero los que frecuentan las difíciles Aguas y llegan al Santuario dan testimonio del gozo y paz que tienen en sus corazones mientras más se acercan al Santuario.

En este lugar existen lagos y mares con tormentas y tinieblas tan tenebrosas y difíciles, que hacen que cualquier embarcación o marinero que no tenga a la vista o este conectado al Gran Faro que alumbra desde el Santuario, pueda caer de nuevo al Valle de la Decisión o directamente al
Abismo. Existen además aquí, muchos arrecifes peligrosos para embarcaciones dudosas y grandes monstruos que intentan hacer crecer la cobardía en el corazón de los marineros y hacerlos volver más atrás del Valle de la Decisión, al Abismo.

Hay quienes caen y se equivocan de camino. Otros se levantan muchas veces, hasta que llegan a la paz y tranquilidad del Santuario.

Quien se adentra por las Aguas Turbulentas con decisión y firmeza, recibe la ayuda de sus hermanos mayores y de mismo Dios del Santuario a través de su Espíritu.

Una vez el discípulo cruza las Aguas Turbulentas, se vuelve diestro y seguro en todos sus sub-terrenos; de tal manera que se lanza a ellas cada vez que quiere brindar ayuda a sus hermanos menores que vienen en camino al
Santuario. Después de llegar al Santuario, las Aguas Turbulentas, El Valle y el Abismo, pierden su peligrosidad para los heraldos celestiales, y sus dardos no conmueven a los valientes del Señor.

“El que habita al abrigo de Dios, morará bajo la sombra del Omnipotente”.

El Valle de Seda:

Esta es una llanura bien extensa; aquí no hay montañas difíciles de subir, ni tormentas que dañen su agradable y cómodo clima.

Este valle se extiende desde el Valle de la Decisión hasta el Gran Abismo.

Si nos colocamos en un sitio alto y miramos hacia el Valle de Seda y el Abismo, podremos ver las largas y gruesas caravanas de cobardes e incrédulos que van hacia el Abismo.

Hay quienes miran desde el Valle de Seda hacia el Abismo y ven una especie de Paraíso, pero después que se llega cerca de esa posición, alguien quita el velo y aparecen feos mundos deforestados de toda justicia y amor, y un gran Dragón que lo quema todo. Otros ven y oyen a lo lejos imágenes y murmullos, vistas e imágenes que quitan la culpa al culpable, la predicación del no-infierno o del Santuario para todos, sin condiciones.

Casi todos oyen la doctrina infernal de la no-condenación y la del Dios siempre perdona, no importando lo que hagamos..

Desde el Valle de Seda le Llegan mensajes negros, burlas y oprobios a quienes quieren dejar el Valle de la Decisión o están en Las Aguas Turbulentas. Para muchos, su vida de comodidad y pocos problemas es una atracción casi irresistible, y por esto la mayoría siguen esas siniestras
caravanas, donde se roban, se matan y se difaman unos con otros.

Las Colonias del Abismo:

Los lideres del Abismo han puesto pueblos y gentes en todos lugares, menos dentro el Santuario. Estas fuerzas las llamamos Las Colonias del Abismo.

Las podemos ver en las Aguas Turbulentas, en el Valle de la Decisión, en el Valle de Seda y hasta al Atrio del Santuario llegan sus prepotentes y necios arlequines de maldad y falsedad.

Estos militantes del infierno están entrenados en toda obra mala e injusta; muchos son expertos en tratar de dislocar o falsear el Manual de los Hijos del Santuario (La Biblia), las cuales son la guía segura para conocer que
hacer y por donde ir al Santuario.

Los heraldos de Satanás son injustos, mentirosos, falsos profetas, etc.

Han elegido el camino de muerte y también arrastrar a otros.

“Hay de aquel que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mi”.

Mensaje Final:

Espero que hayas comprendido esta sencilla ilustración y seas o te decidas por el Santuario.

La bondad de Dios, su justicia y la vida eterna, no pueden ser cambiados por las más grandes riquezas en este mundo de injusticias. Quien se acobarda y decide por el camino del mal, toma la decisión más necia de su vida, la que le cuesta la perdición de su alma.

Hoy la ciencia, los ricos, los incrédulos y muchos más, intentan ocultar y falsear la voluntad y los justos juicios de Dios, y hasta su propia existencia. Pero nos consuela saber que Dios a nadie deja de mostrarle los dos caminos y le permite decidir; el hombre tiene libre albedrío. Es por
ese libre pensar y decidir, que quien elija cualquiera de los dos caminos (no hay otro), recibirá exactamente las consecuencias y finalidad que conlleva cada uno.

“Cada cual será juzgado conforme a sus obras”.

Llamado:

A los miembros del Santuario:

Preparémonos y luchemos en la ultima batalla. Todavía hay unos pocos hermanos que están el Valle de la Decisión y en las Aguas Turbulentas. La cosecha final ya la tenemos aquí; los obreros son pocos, por eso debemos trabajar más. El Espíritu va delante de nosotros ablandando los corazones
de los escogido y testificando a los del bando contrario, la decisión que toman y sus consecuencias.

“¿A quien enviare y quien ira por nosotros? Heme aquí, envíame a mí”.

“El Señor viene pronto”.

CAMINO DEL SANTUARIO
(Tras la senda de la vida)

Poesía

Hay un camino de espinas
que es también de justicia,
por el cual se encamina
quien de Dios es la primicia.

Un camino con oprobio,
un camino de ansiedad
pero huyendo el hoyo,
del odio y la maldad.

Camino del Santuario
hermano, queremos llevarte;
y allá darte el pago,
vida y justicia triunfante.

No ames de aquí las riquezas,
ni tampoco el poder;
mira la gloria inmensa,
pues Cristo ha de volver.

Tendrás mucha oposición
de amigos y familia,
mas seguro el galardón,
mansión y eterna vida.

Que no seas tú de los cobardes.
que le temen al camino,
los que andan por las calles
con un corazón perdido.

Lucha la batalla final,
no temas tribulación;
el fin ya llega del mal,
Jesús es tu ayudador.

Y tendrás eterna vida,
Paz y justicia sin fin.
Ven que el Maestro nos cuida,
te quiere a ti y a mí.

Ayudemos al hermano
que al Santuario quiere ir,
y lo que a ti te han dado
compártelo en tu vivir.

El cristiano vence al mundo,
no le teme a la muerte,
pues tiene un lugar seguro
con Cristo eternamente.


Del libro SALID DE ELLA, PUEBLO MIO, de Félix Lantigua Paulino (+)
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