UNOS CIENTÍFICOS ISRAELÍES AFIRMAN:
"LA BIBLIA ESTÁ DIVÍNAMENTE INSPIRADA"
(Fenómenos numéricos en la Biblia)
Traducción de la revista "Keren Israel"
por Yaël THOBOlS, Sabine RIHET y Julia LADRÓN DE QUEVARA
(Editado por Keren Israel, "La trompeta de Israel")
Este documento lo realizó el equipo de "Keren Israel", asociación evangélica de ayuda a Israel, situada en Bretaña (Francia) para la rama hispánica de la embajada cristiana internacional de Jerusalén.
Para todo encargo y correspondencia, dirigirse a:
España: Francia:
E.C.I. JERUSALÉN Keren Israël
Apartado 12 Petit Molac
45080 TOLEDO 56610 ARRADON
Prefacio
Cuando pienso en el pasado, una de las imágenes que recuerdo con más claridad es la de mi abuela leyendo la Biblia y comentándosela, cuando estaba prohibido hacerlo, a todos los que se cruzaban en su camino, aunque fueran guardias civiles.
Cuando encontró "el tesoro de los tesoros", se lo comunicó a su madre y a la mía. Las tres la escudriñaron y la pusieron en práctica. El resultado fue radical: ellas y sus hogares dejaron de ser los mismos porque, al leerla, encontraron al Dios de la Biblia que les dio "vida y vida en abundancia". No solo eso, mucho más aún. Las sacó de la ignorancia, de los miedos y de las supersticiones que las rodeaban. Ellas y muchos más lo pagaron muy caro por hacerlo. Hoy, si queremos, lo podemos hacer con toda libertad. ¡Qué privilegio el de esta generación y qué responsabilidad!
En ese contexto y en un hogar donde se leía la Biblia tuve el gran privilegio de nacer, un hogar pobre según la opinión humana, pero inmensamente rico, multimillonario diría yo. ¿La razón? Otra vez -no hay otra-: la lectura del Libro.
Uno de los primeros versículos que mi madre me enseñó fue el que se encuentra en el libro de Josué 1:8. Ella y otros me enseñaron a leerla, a estudiarla, memorizarla, escudriñarla y a ponerla en práctica ya que, según ellas, en este Libro "estaba el secreto para que todo me saliera bien". Tenían razón y por eso, ahora que lo sé, recomiendo su lectura a todo aquel que quiera ser más feliz.
Ningún otro libro ha aportado tanto para el bien de la humanidad en el plano físico, psíquico y espiritual, como lo ha hecho la Biblia.
Aunque parezca extraño, es el libro más amado y al mismo tiempo el más odiado. Es el más traducido en el mundo entero. Ha sido quemado, excomulgado y prohibido.
Don Quijote nos dice que, "en una gran hoguera lo quemaron", quedándose España sin sabiduría y sin luz. Nuestro país escogió la religión y rechazó a La Vida. (Así interpretó Cervantes el error más grande que España ha cometido, es decir: la expulsión de los judíos en el año 1492 y el rechazo al libro de instrucciones que Dios nos dio a través de ellos.)
Estando consciente del precio que han pagado a través de todos los siglos, quiero dar las gracias al pueblo del Libro, Israel, por haber ofrecido a las naciones su Dios, la Biblia y con ella a su Mesías sin el cual millones y millones de gentiles no hubiéramos podido conocer al Dios vivo, al Unico que es.
Expulsados de su país, fueron a todo el mundo ofreciendo la Biblia y su mensaje de Salvación para la humanidad perdida, al nuestro también llegaron.
Por muchas palabras que tenga o por mucho que quiera hacer para agradecérselo, jamás podremos pagarles, yo y mi familia, la deuda que tenemos pendiente con ellos.
Por encima de todo, hoy más que nunca y desde lo más profundo de mi corazón, quiero dar las gracias al Autor de la Biblia por guardar a salvo al Libro de los libros y a Su pueblo Israel. Sin lo uno o lo otro, me sería difícil poner mi confianza en Él, ya que para mí son, si no la mayor, una de las pruebas más evidentes de Su existencia.
Este libro que tiene en las manos le ayudará a descubrir algunos de los muchos secretos que encierra la Biblia. Espero que le despierte el interés de leerla. En ella encontrará muchos más tesoros. Pido a Dios que al leerla pueda encontrar, si no lo tiene ya, al tesoro de los tesoros, al mismo Autor.
Gracias a todos los que habéis colaborado para que nos llegue a nuestras manos. Su lectura nos ha confirmado lo que hace 2000 años dijo el rabino Yehoshua de Nazaret... "Tu Palabra es verdad". ¡Que Dios les bendiga!
Samuel del Coso Román
(Pte. de la E.C.I. Jerusalén en España)
Habéis sido injertados en el olivar de Israel... Rom. 11 v 17-20:
17 "Y si algunas de las ramas fueron desgajadas y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado entre ellas y has sido hecho copartícipe de la raíz, es decir, de la abundante savia del olivo,
18 no te jactes contra las demás ramas. Pero aunque te jactes en contra de ellas, no eres tú quien sustentas a la raíz, sino la raíz a ti.
19 Entonces dirás: "Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado."
20 Está bien; por su incredulidad fueron desgajadas. Pero tú por tu fe estás firme. No te ensoberbezcas, sino teme."
Un toque de trompeta¡
8 Científicos israelíes trabajando con ordenadores afirman:
"La Biblia no es obra de hombres"
Este número especial presenta un descubrimiento excepcional. Cuando estuvimos investigando en Israel, fuimos llevados providencialmente hacia un descubrimiento conmovedor realizado por ocho científicos israelíes que han trabajado con el texto bíblico por medio de los ordenadores más perfeccionados.
Estos trabajos pusieron en evidencia una estructura numérica subyacente al texto bíblico, de una intención humana, y que escapa por supuesto, incluso a la conciencia de los autores bíblicos que, evidentemente no disponían de ordenadores.
Los científicos israelíes que hicieron este descubrimiento se turbaron tanto, que quisieron andar con muchísima cautela en lo que apareció muy pronto como una "tierra santa", especialmente al no publicar sino resultados ciertos al cien por cien.
En efecto lo que está en juego es mucho más importante que un simple debate académico, puesto que se trata de la prueba matemática verificable, e indiscutible científicamente, del carácter extraordinario del texto bíblico: "Nuestra explicación declara el profesor Wiener, es que Dios mismo es el autor de la Biblia." De golpe, estos descubrimientos son susceptibles de traer a millones de hombres y de mujeres a la fe en la inspiración y la autoridad de la Biblia. De esto, son conscientes los científicos israelíes.
Al principio del estudio encontramos dos equipos de científicos que empezaron a trabajar sobre el texto del Pentateuco independientemente el uno del otro.
El primer equipo era el del profesor Wiener trabajando en la Universidad de Haifa (Technion), Universidad laica con un cuerpo de enseñanza más bien agnóstico. El segundo equipo era el del profesor Moshe Katz, de la Universidad Bar Ilán en Tel-Aviv, Universidad privada cuyo cuerpo de enseñanza se compone mayormente de creyentes.
Ahora bien, cuando de ambos lados se empezaron a publicar los primeros resultados de las investigaciones, los dos grupos se dieron cuenta de que, sin haberse puesto de acuerdo, trabajaban sobre los mismos asuntos y llegaban a las mismas conclusiones.
Entonces decidieron, en vez de seguir trabajando de manera separada, unir sus esfuerzos y coordinar sus investigaciones. Lo que es notable, es que desde entonces las creencias personales, a veces diametralmente opuestas de los dos grupos de científicos, no tuvieron ninguna influencia sobre esta colaboración; lo que confirma que se trata aquí de un trabajo realmente científico.
Sin embargo, lo esencial de estas conclusiones se ha guardado casi en secreto hasta estos últimos tiempos. Porque no sólo se volvían a poner en entredicho ideas preconcebidas sobre la Biblia, que son las de nuestros contemporáneos sino que tendrían repercusiones incalculables sobre el modo de vivir actual de la mayor parte de los no creyentes, particularmente en cuanto a lo que se refiere al carácter profético de la tercera parte de los descubrimientos.
En efecto, los científicos israelíes, que sin embargo eran todos matemáticos de alto nivel, quisieron que sus cálculos fueran verificados por uno de los más grande matemáticos del mundo no judío y totalmente ajeno a sus investigaciones; por lo tanto no implicado emocionalmente y en consecuencia totalmente neutral y objetivo. Este científico, especialista en cuatro disciplinas matemáticas en la Universidad de Harvard en Los EE.UU., vino a pasar un mes en Israel a petición de sus colegas israelíes para examinar sus cálculos, particularmente lo relativo a la tercera parte más conmovedora. Todos los cálculos se revelaron exactos y el científico americano, turbado a su vez, ¡quiso volver a su país con el informe para compartirlo con sus colegas! A esta hora la mayor parte de los principales matemáticos del mundo están al corriente de este descubrimiento.
La difusión de estos descubrimientos empezó con grandes precauciones, puesto que los israelíes quieren preparar al público para aceptar la puesta en duda total de los prejuicios y a-priori la del gran público, sobre el valor de la Biblia y sobre las consecuencias que resultarán de ello, en cuanto al modo de vida y a la concepción del mundo, que se encontrarán por ello profundamente modificadas. Por eso es que la publicación de estas cosas sólo puede ser progresiva.
Tuvimos el privilegio de conocer lo esencial de este trabajo, y aunque no tengamos la autorización para desvelarlo todo, sabemos lo suficiente para poder afirmar que una vez la totalidad de las conclusiones llegue a oídos del gran público el efecto será considerable. Eso no significa que todos van a volverse hacia Dios, ¿algunos fariseos acaso no se negaron a aceptar las consecuencias lógicas de la resurrección de Lázaro, hecho sin embargo indiscutible e indiscutido? (Juan 11:47-50). Pero la interpelación será general y no podrá ser ignorada.
Las dos primeras partes que aquí publicamos sucintamente confirman la inspiración total del texto bíblico, mientras que la tercera parte toca al carácter profético de la Biblia y deja entrever para nuestro tiempo cosas extraordinarias.
Hay que precisar aún que los profesores Wiener y Katz tuvieron precursores que, sin ir tan lejos por falta de medios informáticos, hoy en día disponibles, vislumbraron sin embargo lo esencial. Citamos al matemático ruso I. Panine en el siglo pasado, así como a sus coetáneos Bullinger y el judío Oscar Goldberg. En homenaje a estos predecesores, publicamos un resumen de la obra de I. Panine.
Este tema podrá parecer poco atractivo a muchos de nuestros lectores. Sin embargo, el esfuerzo que representa la lectura de este ejemplar valdrá la pena. Nos hemos esforzado en simplificarlo al máximo. Evidentemente las cosas son mucho más complejas, sobre todo la tercera parte. Esta revista no hace sino tocar el asunto. Ojalá pueda sin embargo avisar a nuestros lectores sobre la importancia de lo que se está revelando en Israel.
__________________P.S. Señalamos la reimpresión del libro de Panine - André Canet, Uzeman 88220 Xertigny.
Un encuentro asombroso, En el golfo de Morbihan en Bretaña (Francia)
"¿Acaso son ustedes Israelíes?"
Todo empezó en Septiembre, al final de la época turística, en un barco repleto de turistas que venían de L’Ile-aux-Moines (isla cerca de la costa bretona.) Una puericultora, miembro de la Comunidad de Vannes, volvía de una visita que había hecho en la isla, cuando de repente oyó a tres jóvenes dialogar en hebreo. Muy sorprendida, les abordó: "Sí, contestó uno de los tres turistas, somos israelíes."
Así es como, esa misma noche, Emanuel, Raanán y Mical hablaban conmigo, saboreando algunos crepés que mi mujer les había preparado.
La presencia de israelíes en Bretaña es más bien extraña. Nuestros tres nuevos amigos explicaron que eran estudiantes en la Universidad de Bar Ilán de Tel-Aviv. Durante la conversación, llegamos a hablar de los trabajos que se estaban realizando en esta misma universidad, sobre la estructura numérica de la Biblia. Había oído hablar de estas cosas a través de mis contactos con la embajada de Israel. Esto me había interesado profundamente y había decidido investigar más a fondo en el tema durante mi próxima visita a Israel. Había tomado las referencias necesarias para eso y pensaba no encontrar dificultades especiales para llevar a cabo está investigación. Así que cuando Raanán me propuso presentarme al profesor Katz a quien conocía, le di las gracias por educación, pensando no tener necesidad de sus servicios, pero le pedí, más bien, reunir para mí lo que se había publicado sobre los trabajos de este profesor, particularmente en las revistas de la universidad. Así es que convinimos ponernos de nuevo en contacto a mi llegada a Israel.
El carácter providencial de este encuentro quedaba palpable y (sin entender el porqué todavía), sospechaba que debía haber una razón en ello.
Confrontado al muro del silencio.
Así, cuando unas semanas más tarde llegaba yo a Israel, uno de mis primeros deberes fue tomar contacto con Raanán. ¡Ay! Me dijo, las cosas no se presentan bien, el profesor Katz y sus colaboradores se niegan a dar la mas mínima entrevista a periodistas, sobre todo a periodistas "extranjeros" hasta que lleven a cabo sus trabajos.
- ¿Al menos has podido conseguir sus publicaciones?
- ¡Ni siquiera eso! En efecto, de momento estas no se venden libremente tampoco.
Relativamente sorprendido por esas revelaciones que modificaban mis planes, empezaba a entender por qué unas semanas antes me había encontrado con Raanán, y que si debía tener acceso a esos trabajos me daba cuenta que quedaban sellados por el secreto, Raanán sería la llave que, de una manera o de otra, me abriría la puerta.
Yo insistía para que él tomase cita con el profesor Katz, acerca del cual tenía acceso como estudiante y que abogase por mi causa lo que hizo. Unos días más tarde me decía que el profesor Katz, de manera totalmente excepcional y porque había sido recomendado por él aceptaba recibirme bajo reserva de la aceptación de sus otros siete colaboradores principales, de los cuales se hacía solidario. Después de una nueva espera de unos días, la respuesta definitiva llegaba de nuevo a mí: era negativa, volvíamos al punto cero.
Sorprendido y desconcertado, me preguntaba como sortear el obstáculo, cuando Raanán me volvió a llamar por teléfono.
Las puertas se abren
En efecto, su madre era profesora de Biblia en un establecimiento secundario y conocía personalmente al portavoz del grupo con el que había participado en varios seminarios. Se proponía pedirle una entrevista para mí.
Más tarde, Raanán me informaba del acuerdo de esta última. ¡Pero aún no se habían terminado mis problemas!
El día anterior a la cita me fui a casa de Raanán. Entonces, le pregunté, ¿Todo se ha arreglado por fin? - No del todo, me respondió, ya que es a titulo personal que M.G. acepta encontrarse contigo. ¡No es seguro que estés autorizado a publicar algo referente a sus trabajos!
Había estado hablando con la madre de Raanán hasta una hora avanzada de la noche acosado por sus preguntas a las cuales yo respondía de forma sorprendente para ella, viniendo de un gentil (no judío).
Al día siguiente nos fuimos los tres a la cita. Desgraciadamente el tráfico intenso de Tel-Aviv no nos permitió encontrar sitio para aparcar el coche. La Señora Nedivi tuvo que subir sola a casa de nuestro huésped para excusarnos y rogarle que esperara hasta que hubiésemos resuelto el problema del aparcamiento, lo que le permitió hablar a solas con M.G. y presentarme con más detalle. Así es que, cuando por fin llegamos, me encontré con un hombre maravillosamente dispuesto que me dio los documentos que había pedido en vano a Raanán, antes de explicarme lo esencial de los trabajos de su equipo, llegando incluso a darme pruebas asombrosas de los trabajos de la tercera parte. Fue sin dificultad como me dio permiso para utilizar con sabiduría estas cosas según mi criterio (salvo lo relacionado con la tercera parte) mientras que a Raanán se le negó rotundamente la posibilidad de tomar apuntes. Cuando éste expuso brevemente a nuestro huésped las casualidades providenciales que nos habían llevado) hasta él, M.G. contestó: "No hay casualidades."
"La Biblia es verdadera hasta la última palabra"
Nos declara el portavoz del grupo de los ocho científicos
He aquí lo esencial de la entrevista que éste nos concedió.
¿Puede Ud. decirnos, en pocas palabras, cuál es el alcance esencial de sus trabajos?
Es un golpe mortal dado a la crítica bíblica y al ateísmo. Eso podría conducir a millones de hombres a la fe. Por eso es que hasta ahora difundimos estas cosas con prudencia. Preparamos a la elite del país, para que a su vez ella prepare al pueblo para que acepten psicológicamente las consecuencias que resultan de nuestros descubrimientos. Desde hace algún tiempo, hemos empezado a publicar estas conclusiones con pruebas tan ciertas como dos y dos son cuatro. Entonces, cada uno podrá decir lo que quiera pero no podrá negar la verdad.
Este trabajo es una tarea matemática sobre la Biblia. Abre un nuevo campo de investigaciones entre las ciencias bíblicas. Utilizamos computadoras y estamos seguros de nuestras conclusiones. Pero no sólo es un trabajo académico; para nosotros las conclusiones de este trabajo tienen consecuencias vitales. En efecto, o la Biblia es cierta o no tiene ningún valor: esto es lo que está en juego en el debate. Por eso es que algunos rehusan interesarse en nuestros trabajos, porque no quieren revisar su postura respecto al tema. Pero hemos logrado probar con una certeza del cien por cien que la Biblia es verdadera. Y eso es lo realmente revolucionario.
Un poco de historia
Es en el siglo pasado, en Alemania, cuando un judío llamado Oscar Goldberg se manifestó contra la crítica bíblica que pretende que el Pentateuco es un conjunto de cuatro fuentes escritas, por cuatro escritores distintos en cuatro épocas distintas, y luego armonizadas al volver del exilio por un compilador desconocido para formar una obra única que se atribuyó a Moisés. Los promotores de esta teoría se apoyaban en los distintos nombres de Dios, en las diferencias de estilo y en los dobletes, es decir las repeticiones de acontecimientos próximos, es decir similares.
Así es que, por ejemplo, en Génesis 5 que relata los orígenes del genero humano desde Adán a Noé, está escrito. "Va ih ie enosh..." (vivió Enosh...) y de repente esta expresión: "Va ihie" que vuelve a cada generación transformándose en "Vaih iu". Para la crítica bíblica, este cambio de estilo y de forma gramatical es prueba de que tenemos aquí dos fuentes escritas por dos autores distintos, y luego armonizados. Tenemos el mismo fenómeno con los descendientes de Noé. Ahora bien, Goldberg hizo una observación interesante. Notó que la primera expresión "Va ihie" vuelve siete veces y catorce veces si se coge el conjunto de las dos genealogías. A partir de esta constatación, observó que todo el Pentateuco es sistemáticamente construido alrededor de la cifra siete. Y los cambios de estilo en los cuales se apoyaban los críticos para atribuir los distintos pasajes a diversas fuentes se explicaban por la necesidad de respetar esta "ley de los siete".
Entonces sacó las leyes siguientes:
La ley de los siete
En un texto que forma un todo, el nombre de un personaje principal o de un tema principal del pasaje se cita siete veces en los mismos términos (O según un múltiplo de siete).
Cuando es necesario citar este personaje o este tema más de siete veces, la Biblia cambia de estilo, de forma gramatical o de expresión para que se respete la "ley de los siete". Así en Gn 1:1-31 y 2:1-4 (que forman un solo texto - una unidad literaria) el nombre de Dios vuelve 35 veces (5 x 7). En el relato del diluvio, la expresión "toda carne", que es la expresión-clave del pasaje, vuelve 7 veces y la palabra "arca" 14 veces. Es como un hilo conductor que atraviesa en filigrana toda la Biblia. No hay ningún texto en el que esto no se halle. Por ejemplo, un escéptico me pidió en uno de nuestros seminarios en Bar-Ilán: "Encuéntrame que habló Mirían siete veces con Moisés". Busqué y siete veces la palabra "hablar" apareció. Pero esta palabra aparece también con variantes 14 veces. También es interesante constatar que el nombre divino que tiene un valor numérico de 26 (como cada letra hebraica tiene un significado numérico, puede hacerse la suma de los valores numéricos de las letras de una palabra, ejemplo: el nombre divino Y=10, H=5, W=6, H=5, total: 26) este nombre vuelve 1820 veces en la Thorá, o sea 26 x 70.
Lo que es de notar, es que no sólo hay palabras que obedecen a esta ley de los siete, sino frases enteras, lo que permite poner de relieve una estructura interna de toda la Biblia. Ahora bien, este fenómeno puede aplicarse en cinco o seis ideas dentro de un mismo texto, estas ideas vuelven a aparecer luego como múltiplos de siete en el conjunto de la Biblia, como armónicas de una nota musical, lo que prueba que no es obra humana. Para hombres, realizar intencionadamente tal estructura numérica hubiera superado el marco de una vida entera, debido al tiempo que esto habría exigido, - sin mencionar la suma global de esta estructura en el conjunto de la Biblia.
Por ejemplo, la expresión "Jehová habló a Moisés y dijo" vuelve 21 veces en cada una de las dos partes del libro del Exodo (cap. 1 a 12 antes de la liberación del pueblo, cap. 12 al final.) En el conjunto del libro, la frase citada vuelve 42 veces, sea 6 x 7. Todavía en el conjunto del libro del Exodo, la expresión "soy Jehová" aparece 7 veces pero si se parte desde el libro del Génesis con Abraham, esta misma expresión aparece un múltiplo de siete, lo que significa que la ley se aplica tanto a nivel de un texto particular como de una globalidad de textos. En el relato de Abraham y en toda la Biblia, notamos que esta expresión está siempre vinculada con una promesa divina.
Otro ejemplo, en Núm. 31 se trata de las fronteras del país prometido. Esta palabra aparece allí 14 veces y la palabra "mar" 7 veces. En los textos legislativos, encontramos de la misma manera palabras como "voto" e incluso expresiones como "si... también..."
Esta ley es muy nítida, particularmente en el Deuteronomio. Así mostró ya Goldberg que todas las formas que estaban en singular tenía que ver con septenas. Lo mismo ocurre con el empleo de la palabra Elohim y Jhwh para designar a Dios. Esto no tiene nada que ver con fuentes diferentes como lo afirman las críticas, sino que se relaciona con la ley de los siete.
¿Qué prueba todo esto? Primero que el Pentateuco es UNO, en contradicción con la teoría de las fuentes que afirma que es un conjunto de documentos diferentes dentro del cual cada uno designa a Dios bajo un nombre distinto. El profesor Cassuto ya lo había percibido, al mostrar la unidad de los dos primeros capítulos del Génesis, mostrando como los nombres de Dios se empleaban según el caso, ya fuera con materia inanimada (cuando Dios se llama Elohim), o bien en relación con el hombre (cuando es designado bajo el nombre de Jhwh).
Hemos verificado los trabajos de Goldberg aquí en Bar-Ilán, y hemos descubierto que es matemáticamente exacto: será nuestro punto de partida.
Tomamos otro ejemplo. En el relato de la Creación, la palabra "Dios" vuelve 35 veces, o sea 5 x 7, la palabra "tierra" 21 veces, o sea 3 x 7, las palabras "firmamento, alma viviente y agua" 7 veces, la expresión "sobre la tierra" 7 veces, y otras dos veces donde se dice: "en la faz de la tierra" para respetar la ley. En el relato del don del maná, "pan del cielo" aparece 7 veces, "hijo de Israel" 7 veces y "Dios quien da el pan" 21 veces.
Pero esto vale también al nivel de las letras. El primer versículo de la Biblia tiene 7 palabras en hebreo y 28 letras (4x7), el segundo versículo tiene 14 palabras. Solo en el primer versículo de la Biblia hay 12 estructuras de 7. Solo a nivel de las palabras, por ejemplo en el relato de la boda de Isaac, hay 50 estructuras de 7, de momento sólo hemos estudiado 20 de ellas.
En efecto se sabe la importancia de la cifra 7 en la Biblia, pero también en la naturaleza. Philon de Alejandría había escrito ya un libro sobre el tema.
Ahora la cuestión que se plantea es saber si humanamente es posible escribir un libro, teniendo en cuenta una estructura tan compleja. ¡La respuesta es no! Existe pues una potencia espiritual y sobrenatural que, por razones espirituales, condujo misteriosamente a los autores bíblicos a introducir tal estructura sin saberlo ellos. Hablé de estas cosas con alguien muy interesado en ellas, cuando de repente entendió a donde esto le iba a llevar, exclamó: "¡Cada uno puede encontrar en la Biblia lo que quiera!" Entonces dije que no, porque aquí no es una cuestión filosófica, sino matemática. De hecho, esto es la parte más visible de esta estructura, ¡pero hay mucho más!
Y ya en este punto, las cosas son convincentes. Por ejemplo no encontramos nada similar en Víctor Hugo. Era un hombre normal, cuando escribió sus obras, era él quien escribía. Se puede, es cierto, tratar de escribir así un relato similar al de la creación, en el cual el nombre de Dios aparece 35 veces, pero en cuanto se introduzca uno o dos factores más, ¡es, por decirlo así, humanamente imposible escribir un texto coherente!
- ¿Entonces quién introdujo esto? ¿Moisés?
- No. Dios es quien ha revelado lo que escribió y quien introdujo esta estructura. Unos amigos americanos intentaron escribir un texto con tres factores que respetaran la ley de los siete. ¡Les costó más de 6 meses para escribir 10 líneas! Cuando los trabajos de Goldberg se publicaron en el siglo pasado, no se le prestó demasiada atención. ¡Pero todavía hay algo más prodigioso!
La ley de los cincuenta y los mensajes codificados
Fue un rabino judío llamado Weismendel, originario de Checoslovaquia y quien además era un monstruo en matemáticas, el que descubrió el principio mientras estaba prisionero en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Consiguió escaparse mientras se le trasladaba a otro lugar y refugiarse en Suiza. Pero, totalmente quebrantado por lo que había vivido, no pudo continuar sus investigaciones. Son aquellos trabajos los que hemos recogido de nuevo en Bar-Ilán. He aquí de lo que se trata:
La Biblia contiene verdaderos mensajes codificados. Se los encuentra eliminando cierto número de letras según una frecuencia fija que se llama "código": Así se selecciona una letra, sea cada 7 letras, sea sobre todo cada cincuenta letras (7x7+1). En efecto, en la tradición judía, 50 es el número de la revelación. Fue, 50 días después de la salida de Egipto, cuando los Israelitas recibieron, el día de Pentecostés, el don de la Thorá, revelación de Dios. También fue en el quincuagésimo año que los esclavos eran liberados y volvían a poseer su herencia (porque la revelación de Dios libera). Por último, otro código a menudo utilizado es 26, por ser el valor numérico del nombre divino. Así se ven aparecer palabras hasta aquí invisibles y que se relacionan con el texto dentro del cual se encuentran, y a menudo añaden algo para la comprensión de dicho texto. Para terminar, otro fenómeno extraño aparece mucho: el punto de enganche de estas palabras codificadas se hace dentro de las palabras a las cuales se refieren. He aquí varios ejemplos.
Así en Génesis 4:13-15, el nombre de Caín aparece en código de 50 letras a partir del nombre de Caín mismo, tal como aparece en el v. 13. Otro ejemplo en Gn 11:1-5, el relato de la torre de Babel aparece en código de 50.
Pero a partir de estos ejemplos sencillos, hay que precisar que este fenómeno presenta una complejidad muy grande en ciertos pasajes, sobre todo cuando se combina y enlaza con la ley de los 7 que vimos más arriba. Hemos comprobado por ordenador, por medio del cálculo de las probabilidades, si esto era debido al azar. Es algo que el ordenador puede hacer en unos segundos. La respuesta es clara: no es debido al azar. Ahora bien este fenómeno aparece a lo largo de toda la Biblia. Sin ordenador, es difícil de ponerlo en evidencia, ¡pero el ordenador nos permite hacer cosas increíbles!
Por supuesto, este tipo de lectura en códigos puede encontrarse en cualquier libro. Por ej. en "Los Miserables" de Víctor Hugo, ¡se puede encontrar lo que se quiera! Pero aquí el milagro es que encontramos palabras que se relacionan con el texto. Por ejemplo, cogimos las obras de Bialik y d’Agnon (escritores hebraicos contemporáneos). Por este medio salieron toda clase de palabras por códigos muy grandes, en orden de centenas y hasta de millares de letras, mientras que en la Biblia esto va por unidades y decenas. ¡Pero tanto en Bialik como en Agnon, las palabras que salieron no tenían ninguna relación con el texto!
Cosa más extraordinaria aún: en el relato de la muerte de Adán, el nombre Adán aparece 6 veces en el texto, pero aparece también una séptima vez en código de 50. En otro tipo de código se encuentra la palabra "castigo del hombre" (recordemos que todo el pasaje habla de la muerte de Adán) y las letras que forman en código la palabra Adán se enganchan en las distintas menciones de la palabra Adán en el texto, lo cual supone una complicación suplementaria. Lo mismo en la bendición de Judá, cuando Jacob agonizante bendice a sus hijos. Empezamos a leer en el texto desde donde se dice que ata a su asno. Ahora bien la palabra asno está escrita con una letra inútil que no se lee. Incluso se podría pensar que se trata de una falta de ortografía. Pero a partir de esta letra que los copistas retransmitieron fielmente, sin entender su utilidad se puede formar la palabra "Judá". Esto nos muestra como en la Thorá todas las letras tienen su sitio.
Otro ejemplo magnífico. Si tomamos el principio del Génesis, nos damos cuenta que cada cincuenta letras aparece la palabra Thorá (Pentateuco). Este mismo fenómeno se encuentra en el libro del Exodo.
En cambio, en Levítico esto cambia y con un código de 7 encontramos, esta vez el nombre divino que aparece desde el principio hasta el final del libro, Yhwh. En el libro de los Números se vuelve al código 50 y encontramos la palabra Thorá que aparece como en Deuteronomio pero al revés y esto, aunque el libro del Deuteronomio es un libro muy diferente.
Así, entre los 5 libros de Moisés, discernimos una gran simetría. El ordenador mostró que ésta última no podía ser fruto del azar.
Pero vayamos más allá. Teniendo en cuenta la teoría de las fuentes, el primer autor desconocido que hubiera escrito el primer documento hubiese debido tener en cuenta el trabajo futuro de los demás, acerca del cual ignoraba todo, para introducir una estructura numérica que tuviese en cuenta los trabajos de aquellos. ¡Lo que por supuesto es imposible! ¡Sobre todo si se tiene en cuenta los cambios ocasionados por el exilio! Para mis conferencias pensé en dar a esta estructura la forma de un candelabro que alumbra el camino del hombre hacia Dios. El problema del Creador es extender la luz de su palabra por el mundo. Ahora ha llegado el tiempo para el pueblo de recibir una luz más grande. A partir de aquí, se pueden descubrir cosas conmovedoras que tienen carácter profético, respecto a acontecimientos que deben de cumplirse de tal manera, que aún los ateos deberán admitir que los autores bíblicos no lo podían ni imaginar. Desde luego, ¡para ponerlo en evidencia se debe recurrir al ordenador!
Los mensajes codificados resuelven ciertos enigmas bíblicos
Así por ejemplo Levítico 23 nos manda celebrar la fiesta de los Tabernáculos con cuatro especies de árboles, de los cuales dos no se citan explícitamente. Ahora bien, en un sistema de códigos, logramos poner en evidencia las palabras: limón, palmera, sauce, boj. Ahora bien, ¡desde siempre la tradición judía identificó las cuatro especies de Sucot (tabernáculos) con estos cuatro árboles! ¿Esta tradición, transmitida oralmente de generación en generación, se remontaría entonces a los orígenes?
Existe también una tradición en el judaísmo según la cual, cuando Moisés recibió la Thorá, sin que tuviese espacios entre las palabras (como era el caso para las lenguas antiguas, p.ej. el egipcio antiguo), de forma que había varias maneras de leer la Biblia, sobre todo al igual que el egipcio antiguo, se podía leer de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, de abajo-arriba o de arriba-abajo. Más tarde el Santo, bendito sea mostró a Moisés el sitio exacto en el que debían separarse las palabras.
Hemos vuelto a tomar este procedimiento de "lecturas con varias dimensiones" de la Biblia, aquí en Bar-llán, y descubrimos cosas fantásticas. Por ejemplo los sueños de José, José soñó que el sol la luna y once estrellas se prosternaban ante él. Su padre le reprendió diciendo: "¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo tendremos que prosternarnos ante ti?" Interpretó correctamente el sueño: el sol representaba al padre, la luna a la madre y las estrellas a los hermanos. Pero aquí hay un problema, es que la madre de José, Raquel, había muerto cuando José tuvo el sueño. La tradición Judía examinó este problema y dio la explicación siguiente. Después de la muerte de Raquel es Bilha, sierva de Jacob, la que recogió a los hijos de su ama, José y Benjamín, y los crió como sus hijos. De manera que José la consideraba como su madre. Y aquí la luna representa no a Raquel sino a Bilha. Ahora bien en este pasaje precisamente aparece en código la palabra "Bilha". Pero si se añade a esto un tercer elemento: la lectura a 2 dimensiones cuyo principio he explicado más arriba, he aquí lo que se puede leer. "Raquel muerta". Así, en el mismo pasaje, hay combinación de los dos sistemas que responden al enigma planteado por el texto el cual, sin este esclarecimiento es incomprensible.
Así pues se ve como la Biblia no está escrita como un libro ordinario, sino que lo ha sido por el Creador. Ya que es posible hacer de ella una lectura interna mucho más profunda que la lectura superficial a la cual muchos se limitan. Cuanto más se investiga; más descubrimos cosas fantásticas.
Pruebas indiscutibles
Tomemos otra vez el primer capítulo de Levítico que habla de los sacrificios. En primer lugar, encontramos la Ley de los siete que se aplica a un gran número de elementos: (...) sacrificios, sacerdotes, etc... pero si la expresión "hijo de Aarón" aparece cuatro veces, el nombre de Aarón propiamente dicho, el padre de los sacrificios, no aparece. Pero en código aparece 25 veces en el pasaje. Ahora bien, teniendo en cuenta el número de letras que contiene este texto y la frecuencia con la cual cada una de ellas vuelve, el ordenador mostró que el nombre de Aarón en este pasaje, no debería volver más de 6 ó 7 veces. Y además las letras que forman el nombre "Aarón" deberían aparecer en desorden (ej. ANARO o ARNOA etc...)
Ahora bien, el hecho es que en este texto la palabra "Aarón" aparece 2 veces en el orden normal: se trata aquí de un milagro, en efecto. Se hizo una contra-peritación. Mezclamos las letras del texto sin cambiarlas, y entonces no funcionaba, la estructura del texto se había roto. Se intentó también otra cosa. Se quitó una sola letra (lo que corresponde en hebreo a la letra L) ya nada funcionaba. Pasaba lo mismo si se añadía una letra. Entonces tomemos otro texto de la Biblia: el texto del Pentateuco samaritano escrito en hebreo antiguo con unas variantes muy ligeras, sobre todo ortográficas o gramaticales, allí ya no funcionaba tampoco. Nos dimos cuenta que funcionaba sólo en el marco y los límites del texto tradicional. Y esto va así de lejos, porque significa que podemos confiar en el texto tradicional de la Biblia, que es un texto EXACTO.
Cuanto más avanzamos en nuestro trabajo, más descubrimos la complejidad de este enlace de estructuras y su interdependencia. Para que fuera una obra humana, se hubiera necesitado generaciones de supergenios matemáticos trabajando durante millones de años, después de haberse puesto de acuerdo para respetar un enlace fantástico de leyes matemáticas con una complejidad infinita.
Otro ejemplo: a partir del texto en el que se dice que el hombre comió del árbol del conocimiento, aparece la palabra "serpiente" en código de 613. Ahora bien 613 es el número de mandamientos de la Thorá. El día en que encontremos fenómenos similares en "Tartarin de Tarascon" de Alphonse Daudet se podrá decir que hemos topado con un libro divino. ¡Porque es sobrenatural, es divino!
Para terminar, quiero decir que esto no es un trabajo especulativo, es un trabajo científico y matemático. Y al menos que se trate de mala fe manifiesta, uno no puede sustraerse a las cuestiones que plantean estos descubrimientos.
Uno de los aspectos más extraordinarios de esta investigación es la naturaleza fonética de las palabras así reveladas en los textos, lo que tendería a reforzar la teoría del profesor Katz, según la cual el antiguo Testamento y otros escritos sagrados posteriores no son debidos a la mano humana. El profesor Katz da como ejemplo el Libro de Ester, leído con ocasión de la fiesta del Purím para conmemorar la salvación de los Judíos de Persia durante el reinado del rey Asuero (Xerxes).
Habiendo concedido el rey a uno de sus ministros, Amán, el permiso de exterminar a los Judíos de su reino, la reina Ester, una Judía, logró desbaratar el complot. Esta inversión de la situación es ocasión de grandes regocijos celebrados hasta hoy durante la fiesta del Purím. Los diez hijos de Amán fueron ahorcados; su nombre está mencionado en el libro de Ester. Después del ahorcamiento, pregunta el rey a Ester lo que puede hacer por ella y su pueblo. Esta pide. "Qué los diez hijos de Amán sean colgados en la horca" (Libro de Ester 9:13). Los eruditos se intrigaron durante siglos por esta respuesta, ya que los diez habían sido ya ahorcados. Una indicación de la clave del misterio se consigue en las tres letras hebraicas "taf", "chin" y "zahin", escritas con letras de molde más pequeñas que las demás en la enumeración de los diez hijos de Amán. El valor numérico de estas tres corresponde al año del calendario judío paralelo en el calendario gregoriano al año 1946. Mostrando una diapositiva de la portada del "Herald Tribune" del 16 de octubre de 1946, que menciona la ejecución por ahorcamiento en esta fecha de diez nazis juzgados y condenados por el tribunal de Nuremberg, el profesor Katz explica que en realidad, los condenados eran once, pero como Herman Goering escapó al ahorcamiento dándose la muerte por envenenamiento una hora antes de la ejecución. Sin razón aparente, uno de los condenados, Julios Streicher, murmuró antes de que le pusiesen la cuerda alrededor del cuello. "Fiesta de Purím 1946". Goering y Streicher se habían convertido en instrumentos de la profecía del libro de Ester, concluye el profesor Katz.
Añadan a esta ocurrencia, todavía dice el profesor Katz, el hecho de que, según el calendario judío, "Hochana-Raba"’ considerado por la tradición como el último día del perdón a continuación de los días austeros, que incluyen a Roch Hachana y Kippur, el período del juicio divino, caía en 1946, el 16 de octubre. Esta coincidencia purim-nazi fue, sin duda, de todos los ejemplos de alusiones proféticas encerradas en la Biblia y otros escritos santos citados por los investigadores israelíes, la más chocante.
"Tales coincidencias no pueden hallar explicación racional", subraya el informático, profesor Wiener; "sólo las satisface una explicación sobrenatural. La nuestra reside en el hecho de que la Biblia ha sido escrita por Dios usando la mano de Moisés."
La estructura numérica de la Biblia...
Por más extraordinarios que sean los descubrimientos que relatamos, el principio de ellos había sido descubierto ya al final del siglo pasado por Ivan Panine. En aquella época, el ordenador era por supuesto desconocido, Panine no tenía sino su cerebro. Trabajó 50 años sobre la estructura numérica de la Biblia y lo que es más, trabajó sobre el Nuevo Testamento, mostrando que los mismos fenómenos numéricos aparecen en las dos partes de la Biblia. Por el contrario, pudo probar que estos fenómenos no se aplicaban para los libros apócrifos y entonces que éstos no eran inspirados. Justo es que en homenaje al trabajo de este precursor que, por desgracia, fue olvidado pronto a pesar del trabajo notable que fue el suyo, evoquemos lo que fue esencial de su obra. Esto es lo que hace para nosotros Luc Burguin que examinó los escritos de Panine y saca para nosotros las lecciones esenciales.
.... Existe también en el Nuevo Testamento
I. Panine nació el 12 de diciembre de 1855, en Rusia. Nihilista, conspiró contra el Zar, por lo que tuvo que refugiarse en Alemania, luego en los EE.UU. Estudió en Harvard. Fue durante estos años que siendo agnóstico se convirtió a Jesucristo, luego descubrió primero que el texto griego del N. Testamento tenía una estructura numérica absolutamente única. Este descubrimiento trastornó su vida. En griego como en hebreo, así como se ha explicado más arriba, cada letra también es una cifra. Se puede entonces cambiar en el texto bíblico cada letra por una cifra correspondiente, y leer así el texto de forma matemática.
Ahora bien Panine notó como curiosos fenómenos matemáticos aparecían entonces en el Nuevo Testamento cuando se adicionaba el valor numérico de una palabra, de una frase, de un versículo, etc...
Así es como los números obtenidos eran a menudo múltiplos de 7. Había notado ya Panine que por ejemplo el primer versículo de la Biblia se componía en hebreo de siete palabras de 28 letras (4 x 7). Así puso en evidencia sólo en el primer versículo de la Biblia 14 figuras de 7. Panine aún puso en evidencia muchas otras figuras. Según el cálculo de las probabilidades, existe una posibilidad entre 3,5 billones que sea el fruto del azar (o sea ninguna) y concluyó Panine que solamente una inteligencia sobrenatural condujo, sin saberlo ellos, a los autores de la Biblia a introducir tal estructura numérica.
Así por ejemplo, notó Panine que el nombre de Jeremías es escrito en hebreo bajo 7 formas distintas cuya suma es 279 x 7... 1953. Este nombre aparece 147 veces, o sea 21 x 7, y esto en 7 libros en los que 9 figuras de 7 aparecen.
Lo que vale a nivel de 7 libros se halla también para otros grupos de libros los cuales tienen a veces en común palabras, o nombres, o frases, o hechos que en su conjunto aparecen según la ley de los 7 dentro de un grupo dado de libros, o a veces en toda la Biblia misma. ¿Cómo, pregunta Panine, los distintos autores de estos libros se hubieran podido poner de acuerdo para puntualizar y armonizar esta estructura numérica?
Mostró también Panine que cada autor bíblico tiene su propia "firma numérica". Se encuentran en su libro estructuras numéricas que sólo le pertenecen a él. Así Panine pudo probar la autenticidad de algunos libros cuyos críticos impugnaban al autor, por ejemplo las epístolas de Juan o el Apocalipsis, en los cuales se encuentran las estructuras numéricas de Juan el apóstol.
En el Nuevo Testamento por ejemplo, Panine, trabajando en los dos primeros capítulos de Mateo, muestra que los relatos de la niñez y de la natividad están repletos de figuras de 7 y esto a pesar de la construcción distinta de cada párrafo.
El mismo fenómeno aparece en el Evangelio de Marcos y así es como los doce primeros versículos de su Evangelio (a menudo considerados como no auténticos por los críticos) presentan por ellos mismos 60 figuras de 7. Para los siete autores del Nuevo Testamento puede decirse lo mismo.
Panine también analizó de la misma manera las siete fábulas de Esopo, poeta griego, y el primer capítulo de la apología de Sócrates por Platón. El resultado le hizo avergonzarse por haber dedicado tanto de su precioso tiempo a tal empresa.
Panine pudo así demostrar que el canon de la Biblia es matemáticamente exacto, ya sea en cuanto al número de libros que componen el Libro Santo, su número de orden, (a propósito los trabajos de Panine mostraron que el orden exacto es el orden de la Biblia hebraica y no el de la Biblia griega o de la mayoría de las traducciones que vinieron después), el empleo de los nombres, de los autores bíblicos luego de su identidad. En cuanto a los escritos anónimos, la estructura numérica permite remontar hasta el autor.
Panine pudo así por este medio resolver ciertas preguntas controvertidas en la interpretación de los textos bíblicos o en lo que se refiere a las variaciones de un manuscrito a otro, y definir qué variación era el reflejo del texto original. Por eso incluso pudo publicar una edición del Nuevo Testamento griego que tenía en cuenta estos resultados.
Para Panine existe un paralelo cierto entre la armonía del universo y la armonía matemática de la Biblia.
Aunque reconocido por numerosos teólogos de su época como el autor de un descubrimiento de primera importancia en el campo de las ciencias bíblicas, Panine cayó casi en el olvido, salvo en algunos medios evangélicos. Sin embargo, los que en su tiempo examinaron sus trabajos debieron admitir el carácter indiscutible de su intuición básica. Esto es lo que los científicos israelíes acaban de descubrir de nuevo sin conocer por lo tanto a Panine. Así se encontrará rehabilitado un hombre que fue un gran científico y un gran doctor de la Escritura Santa.
L.B.
La historia profética de la Humanidad en la estructura matemática de la Biblia
La tercera parte del descubrimiento de los científicos israelíes se hace pública.
Más pronto de lo que se había previsto, los ocho científicos israelíes a los cuales otros se juntaron desde aquel entonces, decidieron hacer conocer el resultado de sus trabajos.
De hecho esperaban para hacerlo, a que todo hubiera sido cuidadosamente comprobado por algunos de los mayores matemáticos del mundo.
Habiendo sido hechas estas comprobaciones y siendo inatacables las pruebas científicas, juzgaron que nada ya se oponía a su difusión.
No buscando ningún sensacionalismo, y conscientes de la amplitud y de las consecuencias de este descubrimiento, publicaron sin publicidad, hace poco tiempo una primera obra en hebreo.
Podemos pues ahora dar a los lectores de "Keren Israel" eco de esta tercera parte que concierne a la historia de la Humanidad.
Respetando la línea de conducta de los científicos y la que habíamos respetado desde el principio, presentaremos de manera sobria lo que es necesario hacer para entender bien la magnitud de estos trabajos, sin más.
Lo que leerán Udes está traducido del hebreo y proviene, tanto de documentos diversos como de entrevistas.
Para quien aborda con objetividad este extraordinario testimonio rendido a la Biblia, la conclusión es evidente: solamente el Creador de los cielos y de la tierra, él por cuyas leyes todo existe y todo subsiste, podía realizar esta obra inmensa arquitectural y profética.
Y solamente en esta época, gracias a los ordenadores más perfeccionados, es posible tener conocimiento de ello.
Los ordenadores permitieron averiguar que si una sola letra es cambiada del texto bíblico, todas las leyes matemáticas que rigen el texto hebreo ya no son respetadas, que ninguno de los otros libros profanos o religiosos probados responde a estas leyes, y tampoco el Pentateuco Samaritano que sin embargo es tan cercano al texto hebreo.
La Biblia es única y contiene en sí-misma la firma del Creador más allá de lo que los hombres de Dios más llenos de fe podían imaginar.
El método utilizado por los científicos israelíes no es una construcción artificial y arbitraria. Corresponde a lo que hacen los servicios militares especializados en la descodificación de los mensajes codificados. Los matemáticos y estadísticos famosos que efectuaron o averiguaron este gran trabajo pertenecen a las universidades de Harvard, Yale, Haifa, Jerusalén y Tel-Aviv.
En Israel, algunas informaciones nos fueron dadas al origen mismo...
Contamos en el n.38 de "Hashomer Israel" de qué manera providencial tuvimos acceso a estas revelaciones. Las relaciones entabladas en aquella época permanecen. He aquí lo esencial de las conversaciones que hemos recogido.
Este trabajo es el fruto de una operación matemática a nivel del conjunto de la Biblia. Ha aportado una nueva dimensión al estudio del Libro.
La conseguimos con la ayuda de ordenadores.
No quisimos publicar estos trabajos en los medios de comunicación o en la prensa antes de que estuviesen acabados. No queremos decir sino cosas que sean sólidas, comprobadas.
Unos matemáticos y estadísticos del mundo entero están al corriente de estos trabajos. Las han comprobado y han afirmado que va en serio. (Ver más adelante).
Hemos llegado a conclusiones fantásticas. Son hechos a los que nada puede cambiar. Aquí nos encontramos ante una estructura matemática... dos y dos son cuatro para todo el mundo. No se puede creer lo que se quiera en este campo.
Otro matemático, el profesor Kach, también de Harvard, uno de los mayores especialistas del mundo, declaró: "El hecho existe, no hay nada que decir." Tenemos pues aquí pruebas indiscutibles de la inspiración de la Thorá. Va en serio.
La tercera parte...
En lo que se refiere a la tercera parte de nuestros trabajos, es uno de nuestros colaboradores, experto en matemáticas y cálculo de probabilidades, que en unos minutos encontró el fundamento de la técnica que permitió estos descubrimientos.
Cualquier palabra puede aparecer en saltos de letras en el Génesis, cualquier palabra puede aparecer en una guía telefónica; pero lo que es específico del libro del Génesis, es que el nombre aparece allí mediante frecuencias regulares, y por otra parte, en textos que se relacionan con el sentido de la palabra.
Las frecuencias utilizadas son generalmente desde varias decenas hasta varias centenas de letras. El ordenador saca casillas con líneas de 200 letras o según la frecuencia que ha sido indicada.
Se encuentra en esta casilla el nombre que se busca y constatamos que alrededor de este nombre aparecen detalles que aportan algo a la palabra principal y que se llaman por esta razón "palabras-satélites".
"La historia humana es como un metro que se desenrolla..."
Así hemos encontrado los detalles relativos a la historia de los Judíos y de los pueblos extranjeros, la historia de justos y de malos con su fecha de fallecimiento y de nacimiento y los acontecimientos importantes de su vida. Hemos encontrado también unas leyes científicas y medícales, matemáticas, nombres de enfermedades...
El primer ejemplo en el cual nos hemos detenido se refiere a la historia francesa. Hemos encontrado palabras satélites como "La revolución francesa", "La Bastilla", "La Marsellesa", "Luis", "La casa de Borbón". La palabra "Bastilla" por ejemplo se encuentra en el versículo del Génesis donde José había sido llevado a la cárcel, donde se dice: "El sitio en el que los prisioneros del rey estaban encarcelados".
El que descubrió este fenómeno por primera vez pensó que era imposible. Guardó estas cosas para él durante meses. Después de haber hecho numerosas verificaciones decidió hablarlo con sus colegas. Juntos hicieron otros ensayos, todos igual de contundentes.
Cuando llegamos a estas conclusiones tuvimos miedo, y nos dijimos "a lo mejor no es más que un juego o una construcción artificial, o entonces es algo infinitamente santo."
Claro, Rambam, el famoso rabino del siglo XII dice que todo está escrito en la Thorá, pero ¿acaso se equivoca? Seguimos nuestras investigaciones en silencio, pero cada vez más llegábamos a la conclusión de que allí había un fenómeno sorprendente.
El libro del Génesis es el libro de la historia del hombre. La palabra "toldot" no sólo significa el origen del hombre sino también la historia del género humano. Así la historia humana es como un metro que se desenrolla. Todo está ahí dentro pero sólo es en el tiempo y por etapas que se ha ido revelando.
De la misma manera, en el texto en que está escrito "y Faraón dice a José" aparece la expresión "Franz Joseph (Francisco José), nombre del rey" y cuando se cambia la frecuencia de las palabras satélites se añaden, por ejemplo. "Un rey de Austria", "Habsburgo" siempre al lado del nombre de José. Cambiando aún las frecuencias encontramos "Franz Joseph (Francisco José) en la ciudad de Viena, en la ciudad de Jerusalén". Investigamos, y constatamos que el rey Francisco José es el primer soberano europeo que visitó Jerusalén en el siglo XIX.
Es evidente que todo esto no puede ser el fruto del azar.
¿Pueden hacerse los mismos descubrimientos en otros libros?
No. Voy a explicar por qué, pero primero daré aún más ejemplos.
Encontramos también los reyes de naciones tales como Suecia o también, por ejemplo hombres de estado como "Tomás Masaryk" con las palabras satélites "un presidente... Praga... 1948".
En otros sitios aparecen "Dreyfus", "Emilio Zola", "Acuso" (título del artículo de prensa que desembocó en el asunto Dreyfus) etc...
Sobre Israel también hay muchos detalles. Encontramos por ejemplo, los nombres "Herzl", "Balfour", luego en otro sitio "Arafat, terrorista, terror", etc...
En el texto aparecen también leyes matemáticas, teoremas y los nombres de los que los descubrieron tales como Proudhon, Newton, Koch, etc...
Se pueden ver aparecer también las palabras "enfermedad, virus". Así por ejemplo en el cuadro donde aparece la palabra diabetes, se encuentran igualmente "nombre de la enfermedad", "diabetes", "descripción de la enfermedad", "páncreas", "nombre del remedio, insulina".
En otros cuadros figuran también "Hitler en la ciudad de Berlín", "Nazi y Shoa" (destrucción de los Judíos por los Nazis). Encontramos la fecha del fin de la guerra según el calendario judío y según el calendario común: "8 de Mayo de 1945", con numerosos detalles. "Eichmann" aparece al lado de "Auschwitz", "Mengele" aparece también, es citado cuatro veces, y al lado de su nombre encontramos: "selección" y "no se encontrará". En otro sitio con otro código encontramos la palabra "Brasil". Sabemos que Mengele después de la guerra se refugió en Brasil y le buscaron durante mucho tiempo en vano. Además encontramos el nombre de un hombre que ha sido exhumado en su lugar en Brasil. De hecho se pensó durante un tiempo que se había encontrado su tumba; luego se supo que era la de uno llamado Rakow. Ahora bien, el nombre Rakow se menciona igualmente en una de las palabras satélites vecinas a la de Mengele.
Para el SIDA hay numerosos detalles, esencialmente en tres textos: Génesis cap. 5, vers. 1, Gn 6:12, Gn 19:5...
Los ejemplos podrían multiplicarse
Es evidente que todo esto no es arbitrario, uno no puede encontrar lo que quiera, pero hace falta estudios muy profundos para llegar a estas conclusiones.
Hemos probado también otro experimento. Hemos tomado una enciclopedia en cuatro volúmenes de los hombres famosos de la historia del pueblo Judío. En esta enciclopedia cogimos por azar una lista de 34 nombres de personajes famosos, en tres columnas su fecha de nacimiento, con los acontecimientos importantes de su vida y su fecha de fallecimiento. Introdujimos en el ordenador cada uno de estos 34 nombres cogidos al azar. No hay ni un solo fallo. Cada vez el nombre ha salido con la fecha de nacimiento, la fecha de fallecimiento, y en algunos de ellos, con los acontecimientos principales de su vida.
Tomo el ejemplo de Ramahal, famoso rabino de la Edad-Media, en el que encontramos esto. "En el país de Acco durante una epidemia"; sabemos que este hombre murió en una epidemia de peste que diezmó la ciudad de Acco (San Juan de Acro). Los ejemplos podrían multiplicarse.
¿Cómo se puede comprobar este trabajo?
Es un trabajo matemático muy exacto. Tratamos de ver si era el producto del azar, si podíamos hacerlo mismo con cualquier libro. Cogimos primero el libro del Génesis y mezclamos las letras, cambiamos la forma escrita, y entonces ya no funcionaba; la misma constatación si añadíamos o si quitábamos una sola letra.
Es la prueba de que se trata en efecto aquí de un libro divino. Lo intentamos también en otros libros, y no daba resultados.
En lo que se refiere al libro del Génesis la conclusión es nítida: es sobrenatural, no es humano. Haría falta un super-genio literario para escribir una obra maestra como el libro del Génesis, cuando se sabe que bajo los estratos de este libro están unos detalles como la biografía de los grandes hombres de Israel, la Revolución Francesa, el asunto Dreyfus etc... Uno se pregunta cómo esto no altera el estilo, ni el idioma, ni la sintaxis del libro de manera que uno no se da cuenta al leer el texto que estos estratos existen.
Pero además haría falta que este super-genio literario conociera de antemano toda la historia futura de la humanidad y la vida de los individuos hasta los detalles, y tendría que haber introducido toda esta información superando problemas técnicos enormes. Porque siempre se puede introducir una palabra codificada en un sitio determinado... pero cuando se trata de introducir juntas un número grande de informaciones conjuntas, donde cada una aporta algo nuevo respecto a la que la precede, eliminando a la vez la aparición accidental de fenómenos fortuitos que vendrían a falsear el conjunto, el problema es completamente imposible. ¿Quién ha escondido estas informaciones en el Libro? La respuesta se impone por sí misma.
"Trabajos serios dirigidos por investigadores serios..."
Los científicos confiaron también sus trabajos a varios grandes matemáticos israelíes y americanos. Los profesores H. Furstenberg, I Piatetski-Shapiro, y de la Universidad de Yale: D. Kazhdan; de la Universidad de Harvard: J. Bernstein, hicieron una declaración común en relación a estos descubrimientos, he aquí algunos extractos:
El fenómeno estudiado en la presente obra ha sido descubierto hace varias decenas de años por el rabbi Ch. Weismandel.
A lo largo de los años, personas que se inspiraron directamente en los descubrimientos de Weismandel acumularon numerosos otros ejemplos. Por más impresionantes que fueran éstos, no había entonces ningún medio seguro de determinar que estos hechos observables no eran simplemente la consecuencia normal de la enorme cantidad de palabras y expresiones que es posible obtener cuando se estudia en el texto bíblico la progresión matemática.
El profesor Doron Witzum, y sus colaboradores, los profesores Iliyas Rips y Yoav Rosenberg intentaron llevar un estudio sistemático del fenómeno, con la ayuda de ordenadores ultra-rápidos. La meta de su investigación es demostrar que este fenómeno es auténtico, es decir, que su frecuencia no se puede explicar simplemente por medio de unas combinaciones que serían debidas al azar.
Dentro de esta perspectiva, el autor presenta un cierto número de sujetos todos vinculados a una serie de palabras afines (satélites). Muestra después que para cada uno de estos sujetos existe un número impresionante de apariciones de palabras satélites siempre según la progresión matemática.
Para facilitar un criterio lo más objetivo posible respecto a las interconexiones de los grupos de palabras, el autor y sus colaboradores describen una experiencia cuyos resultados son particularmente interesantes: estudian la medida de proximidad que hay entre los nombres de personajes históricos judíos de primer plano y las fechas de fallecimiento de éstos.
Estas investigaciones son trabajos serios, dirigidos por investigadores serios...
"LA BIBLIA ESTÁ DIVÍNAMENTE INSPIRADA"
(Fenómenos numéricos en la Biblia)
Traducción de la revista "Keren Israel"
por Yaël THOBOlS, Sabine RIHET y Julia LADRÓN DE QUEVARA
(Editado por Keren Israel, "La trompeta de Israel")
Este documento lo realizó el equipo de "Keren Israel", asociación evangélica de ayuda a Israel, situada en Bretaña (Francia) para la rama hispánica de la embajada cristiana internacional de Jerusalén.
Para todo encargo y correspondencia, dirigirse a:
España: Francia:
E.C.I. JERUSALÉN Keren Israël
Apartado 12 Petit Molac
45080 TOLEDO 56610 ARRADON
Prefacio
Cuando pienso en el pasado, una de las imágenes que recuerdo con más claridad es la de mi abuela leyendo la Biblia y comentándosela, cuando estaba prohibido hacerlo, a todos los que se cruzaban en su camino, aunque fueran guardias civiles.
Cuando encontró "el tesoro de los tesoros", se lo comunicó a su madre y a la mía. Las tres la escudriñaron y la pusieron en práctica. El resultado fue radical: ellas y sus hogares dejaron de ser los mismos porque, al leerla, encontraron al Dios de la Biblia que les dio "vida y vida en abundancia". No solo eso, mucho más aún. Las sacó de la ignorancia, de los miedos y de las supersticiones que las rodeaban. Ellas y muchos más lo pagaron muy caro por hacerlo. Hoy, si queremos, lo podemos hacer con toda libertad. ¡Qué privilegio el de esta generación y qué responsabilidad!
En ese contexto y en un hogar donde se leía la Biblia tuve el gran privilegio de nacer, un hogar pobre según la opinión humana, pero inmensamente rico, multimillonario diría yo. ¿La razón? Otra vez -no hay otra-: la lectura del Libro.
Uno de los primeros versículos que mi madre me enseñó fue el que se encuentra en el libro de Josué 1:8. Ella y otros me enseñaron a leerla, a estudiarla, memorizarla, escudriñarla y a ponerla en práctica ya que, según ellas, en este Libro "estaba el secreto para que todo me saliera bien". Tenían razón y por eso, ahora que lo sé, recomiendo su lectura a todo aquel que quiera ser más feliz.
Ningún otro libro ha aportado tanto para el bien de la humanidad en el plano físico, psíquico y espiritual, como lo ha hecho la Biblia.
Aunque parezca extraño, es el libro más amado y al mismo tiempo el más odiado. Es el más traducido en el mundo entero. Ha sido quemado, excomulgado y prohibido.
Don Quijote nos dice que, "en una gran hoguera lo quemaron", quedándose España sin sabiduría y sin luz. Nuestro país escogió la religión y rechazó a La Vida. (Así interpretó Cervantes el error más grande que España ha cometido, es decir: la expulsión de los judíos en el año 1492 y el rechazo al libro de instrucciones que Dios nos dio a través de ellos.)
Estando consciente del precio que han pagado a través de todos los siglos, quiero dar las gracias al pueblo del Libro, Israel, por haber ofrecido a las naciones su Dios, la Biblia y con ella a su Mesías sin el cual millones y millones de gentiles no hubiéramos podido conocer al Dios vivo, al Unico que es.
Expulsados de su país, fueron a todo el mundo ofreciendo la Biblia y su mensaje de Salvación para la humanidad perdida, al nuestro también llegaron.
Por muchas palabras que tenga o por mucho que quiera hacer para agradecérselo, jamás podremos pagarles, yo y mi familia, la deuda que tenemos pendiente con ellos.
Por encima de todo, hoy más que nunca y desde lo más profundo de mi corazón, quiero dar las gracias al Autor de la Biblia por guardar a salvo al Libro de los libros y a Su pueblo Israel. Sin lo uno o lo otro, me sería difícil poner mi confianza en Él, ya que para mí son, si no la mayor, una de las pruebas más evidentes de Su existencia.
Este libro que tiene en las manos le ayudará a descubrir algunos de los muchos secretos que encierra la Biblia. Espero que le despierte el interés de leerla. En ella encontrará muchos más tesoros. Pido a Dios que al leerla pueda encontrar, si no lo tiene ya, al tesoro de los tesoros, al mismo Autor.
Gracias a todos los que habéis colaborado para que nos llegue a nuestras manos. Su lectura nos ha confirmado lo que hace 2000 años dijo el rabino Yehoshua de Nazaret... "Tu Palabra es verdad". ¡Que Dios les bendiga!
Samuel del Coso Román
(Pte. de la E.C.I. Jerusalén en España)
Habéis sido injertados en el olivar de Israel... Rom. 11 v 17-20:
17 "Y si algunas de las ramas fueron desgajadas y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado entre ellas y has sido hecho copartícipe de la raíz, es decir, de la abundante savia del olivo,
18 no te jactes contra las demás ramas. Pero aunque te jactes en contra de ellas, no eres tú quien sustentas a la raíz, sino la raíz a ti.
19 Entonces dirás: "Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado."
20 Está bien; por su incredulidad fueron desgajadas. Pero tú por tu fe estás firme. No te ensoberbezcas, sino teme."
Un toque de trompeta¡
8 Científicos israelíes trabajando con ordenadores afirman:
"La Biblia no es obra de hombres"
Este número especial presenta un descubrimiento excepcional. Cuando estuvimos investigando en Israel, fuimos llevados providencialmente hacia un descubrimiento conmovedor realizado por ocho científicos israelíes que han trabajado con el texto bíblico por medio de los ordenadores más perfeccionados.
Estos trabajos pusieron en evidencia una estructura numérica subyacente al texto bíblico, de una intención humana, y que escapa por supuesto, incluso a la conciencia de los autores bíblicos que, evidentemente no disponían de ordenadores.
Los científicos israelíes que hicieron este descubrimiento se turbaron tanto, que quisieron andar con muchísima cautela en lo que apareció muy pronto como una "tierra santa", especialmente al no publicar sino resultados ciertos al cien por cien.
En efecto lo que está en juego es mucho más importante que un simple debate académico, puesto que se trata de la prueba matemática verificable, e indiscutible científicamente, del carácter extraordinario del texto bíblico: "Nuestra explicación declara el profesor Wiener, es que Dios mismo es el autor de la Biblia." De golpe, estos descubrimientos son susceptibles de traer a millones de hombres y de mujeres a la fe en la inspiración y la autoridad de la Biblia. De esto, son conscientes los científicos israelíes.
Al principio del estudio encontramos dos equipos de científicos que empezaron a trabajar sobre el texto del Pentateuco independientemente el uno del otro.
El primer equipo era el del profesor Wiener trabajando en la Universidad de Haifa (Technion), Universidad laica con un cuerpo de enseñanza más bien agnóstico. El segundo equipo era el del profesor Moshe Katz, de la Universidad Bar Ilán en Tel-Aviv, Universidad privada cuyo cuerpo de enseñanza se compone mayormente de creyentes.
Ahora bien, cuando de ambos lados se empezaron a publicar los primeros resultados de las investigaciones, los dos grupos se dieron cuenta de que, sin haberse puesto de acuerdo, trabajaban sobre los mismos asuntos y llegaban a las mismas conclusiones.
Entonces decidieron, en vez de seguir trabajando de manera separada, unir sus esfuerzos y coordinar sus investigaciones. Lo que es notable, es que desde entonces las creencias personales, a veces diametralmente opuestas de los dos grupos de científicos, no tuvieron ninguna influencia sobre esta colaboración; lo que confirma que se trata aquí de un trabajo realmente científico.
Sin embargo, lo esencial de estas conclusiones se ha guardado casi en secreto hasta estos últimos tiempos. Porque no sólo se volvían a poner en entredicho ideas preconcebidas sobre la Biblia, que son las de nuestros contemporáneos sino que tendrían repercusiones incalculables sobre el modo de vivir actual de la mayor parte de los no creyentes, particularmente en cuanto a lo que se refiere al carácter profético de la tercera parte de los descubrimientos.
En efecto, los científicos israelíes, que sin embargo eran todos matemáticos de alto nivel, quisieron que sus cálculos fueran verificados por uno de los más grande matemáticos del mundo no judío y totalmente ajeno a sus investigaciones; por lo tanto no implicado emocionalmente y en consecuencia totalmente neutral y objetivo. Este científico, especialista en cuatro disciplinas matemáticas en la Universidad de Harvard en Los EE.UU., vino a pasar un mes en Israel a petición de sus colegas israelíes para examinar sus cálculos, particularmente lo relativo a la tercera parte más conmovedora. Todos los cálculos se revelaron exactos y el científico americano, turbado a su vez, ¡quiso volver a su país con el informe para compartirlo con sus colegas! A esta hora la mayor parte de los principales matemáticos del mundo están al corriente de este descubrimiento.
La difusión de estos descubrimientos empezó con grandes precauciones, puesto que los israelíes quieren preparar al público para aceptar la puesta en duda total de los prejuicios y a-priori la del gran público, sobre el valor de la Biblia y sobre las consecuencias que resultarán de ello, en cuanto al modo de vida y a la concepción del mundo, que se encontrarán por ello profundamente modificadas. Por eso es que la publicación de estas cosas sólo puede ser progresiva.
Tuvimos el privilegio de conocer lo esencial de este trabajo, y aunque no tengamos la autorización para desvelarlo todo, sabemos lo suficiente para poder afirmar que una vez la totalidad de las conclusiones llegue a oídos del gran público el efecto será considerable. Eso no significa que todos van a volverse hacia Dios, ¿algunos fariseos acaso no se negaron a aceptar las consecuencias lógicas de la resurrección de Lázaro, hecho sin embargo indiscutible e indiscutido? (Juan 11:47-50). Pero la interpelación será general y no podrá ser ignorada.
Las dos primeras partes que aquí publicamos sucintamente confirman la inspiración total del texto bíblico, mientras que la tercera parte toca al carácter profético de la Biblia y deja entrever para nuestro tiempo cosas extraordinarias.
Hay que precisar aún que los profesores Wiener y Katz tuvieron precursores que, sin ir tan lejos por falta de medios informáticos, hoy en día disponibles, vislumbraron sin embargo lo esencial. Citamos al matemático ruso I. Panine en el siglo pasado, así como a sus coetáneos Bullinger y el judío Oscar Goldberg. En homenaje a estos predecesores, publicamos un resumen de la obra de I. Panine.
Este tema podrá parecer poco atractivo a muchos de nuestros lectores. Sin embargo, el esfuerzo que representa la lectura de este ejemplar valdrá la pena. Nos hemos esforzado en simplificarlo al máximo. Evidentemente las cosas son mucho más complejas, sobre todo la tercera parte. Esta revista no hace sino tocar el asunto. Ojalá pueda sin embargo avisar a nuestros lectores sobre la importancia de lo que se está revelando en Israel.
__________________P.S. Señalamos la reimpresión del libro de Panine - André Canet, Uzeman 88220 Xertigny.
Un encuentro asombroso, En el golfo de Morbihan en Bretaña (Francia)
"¿Acaso son ustedes Israelíes?"
Todo empezó en Septiembre, al final de la época turística, en un barco repleto de turistas que venían de L’Ile-aux-Moines (isla cerca de la costa bretona.) Una puericultora, miembro de la Comunidad de Vannes, volvía de una visita que había hecho en la isla, cuando de repente oyó a tres jóvenes dialogar en hebreo. Muy sorprendida, les abordó: "Sí, contestó uno de los tres turistas, somos israelíes."
Así es como, esa misma noche, Emanuel, Raanán y Mical hablaban conmigo, saboreando algunos crepés que mi mujer les había preparado.
La presencia de israelíes en Bretaña es más bien extraña. Nuestros tres nuevos amigos explicaron que eran estudiantes en la Universidad de Bar Ilán de Tel-Aviv. Durante la conversación, llegamos a hablar de los trabajos que se estaban realizando en esta misma universidad, sobre la estructura numérica de la Biblia. Había oído hablar de estas cosas a través de mis contactos con la embajada de Israel. Esto me había interesado profundamente y había decidido investigar más a fondo en el tema durante mi próxima visita a Israel. Había tomado las referencias necesarias para eso y pensaba no encontrar dificultades especiales para llevar a cabo está investigación. Así que cuando Raanán me propuso presentarme al profesor Katz a quien conocía, le di las gracias por educación, pensando no tener necesidad de sus servicios, pero le pedí, más bien, reunir para mí lo que se había publicado sobre los trabajos de este profesor, particularmente en las revistas de la universidad. Así es que convinimos ponernos de nuevo en contacto a mi llegada a Israel.
El carácter providencial de este encuentro quedaba palpable y (sin entender el porqué todavía), sospechaba que debía haber una razón en ello.
Confrontado al muro del silencio.
Así, cuando unas semanas más tarde llegaba yo a Israel, uno de mis primeros deberes fue tomar contacto con Raanán. ¡Ay! Me dijo, las cosas no se presentan bien, el profesor Katz y sus colaboradores se niegan a dar la mas mínima entrevista a periodistas, sobre todo a periodistas "extranjeros" hasta que lleven a cabo sus trabajos.
- ¿Al menos has podido conseguir sus publicaciones?
- ¡Ni siquiera eso! En efecto, de momento estas no se venden libremente tampoco.
Relativamente sorprendido por esas revelaciones que modificaban mis planes, empezaba a entender por qué unas semanas antes me había encontrado con Raanán, y que si debía tener acceso a esos trabajos me daba cuenta que quedaban sellados por el secreto, Raanán sería la llave que, de una manera o de otra, me abriría la puerta.
Yo insistía para que él tomase cita con el profesor Katz, acerca del cual tenía acceso como estudiante y que abogase por mi causa lo que hizo. Unos días más tarde me decía que el profesor Katz, de manera totalmente excepcional y porque había sido recomendado por él aceptaba recibirme bajo reserva de la aceptación de sus otros siete colaboradores principales, de los cuales se hacía solidario. Después de una nueva espera de unos días, la respuesta definitiva llegaba de nuevo a mí: era negativa, volvíamos al punto cero.
Sorprendido y desconcertado, me preguntaba como sortear el obstáculo, cuando Raanán me volvió a llamar por teléfono.
Las puertas se abren
En efecto, su madre era profesora de Biblia en un establecimiento secundario y conocía personalmente al portavoz del grupo con el que había participado en varios seminarios. Se proponía pedirle una entrevista para mí.
Más tarde, Raanán me informaba del acuerdo de esta última. ¡Pero aún no se habían terminado mis problemas!
El día anterior a la cita me fui a casa de Raanán. Entonces, le pregunté, ¿Todo se ha arreglado por fin? - No del todo, me respondió, ya que es a titulo personal que M.G. acepta encontrarse contigo. ¡No es seguro que estés autorizado a publicar algo referente a sus trabajos!
Había estado hablando con la madre de Raanán hasta una hora avanzada de la noche acosado por sus preguntas a las cuales yo respondía de forma sorprendente para ella, viniendo de un gentil (no judío).
Al día siguiente nos fuimos los tres a la cita. Desgraciadamente el tráfico intenso de Tel-Aviv no nos permitió encontrar sitio para aparcar el coche. La Señora Nedivi tuvo que subir sola a casa de nuestro huésped para excusarnos y rogarle que esperara hasta que hubiésemos resuelto el problema del aparcamiento, lo que le permitió hablar a solas con M.G. y presentarme con más detalle. Así es que, cuando por fin llegamos, me encontré con un hombre maravillosamente dispuesto que me dio los documentos que había pedido en vano a Raanán, antes de explicarme lo esencial de los trabajos de su equipo, llegando incluso a darme pruebas asombrosas de los trabajos de la tercera parte. Fue sin dificultad como me dio permiso para utilizar con sabiduría estas cosas según mi criterio (salvo lo relacionado con la tercera parte) mientras que a Raanán se le negó rotundamente la posibilidad de tomar apuntes. Cuando éste expuso brevemente a nuestro huésped las casualidades providenciales que nos habían llevado) hasta él, M.G. contestó: "No hay casualidades."
"La Biblia es verdadera hasta la última palabra"
Nos declara el portavoz del grupo de los ocho científicos
He aquí lo esencial de la entrevista que éste nos concedió.
¿Puede Ud. decirnos, en pocas palabras, cuál es el alcance esencial de sus trabajos?
Es un golpe mortal dado a la crítica bíblica y al ateísmo. Eso podría conducir a millones de hombres a la fe. Por eso es que hasta ahora difundimos estas cosas con prudencia. Preparamos a la elite del país, para que a su vez ella prepare al pueblo para que acepten psicológicamente las consecuencias que resultan de nuestros descubrimientos. Desde hace algún tiempo, hemos empezado a publicar estas conclusiones con pruebas tan ciertas como dos y dos son cuatro. Entonces, cada uno podrá decir lo que quiera pero no podrá negar la verdad.
Este trabajo es una tarea matemática sobre la Biblia. Abre un nuevo campo de investigaciones entre las ciencias bíblicas. Utilizamos computadoras y estamos seguros de nuestras conclusiones. Pero no sólo es un trabajo académico; para nosotros las conclusiones de este trabajo tienen consecuencias vitales. En efecto, o la Biblia es cierta o no tiene ningún valor: esto es lo que está en juego en el debate. Por eso es que algunos rehusan interesarse en nuestros trabajos, porque no quieren revisar su postura respecto al tema. Pero hemos logrado probar con una certeza del cien por cien que la Biblia es verdadera. Y eso es lo realmente revolucionario.
Un poco de historia
Es en el siglo pasado, en Alemania, cuando un judío llamado Oscar Goldberg se manifestó contra la crítica bíblica que pretende que el Pentateuco es un conjunto de cuatro fuentes escritas, por cuatro escritores distintos en cuatro épocas distintas, y luego armonizadas al volver del exilio por un compilador desconocido para formar una obra única que se atribuyó a Moisés. Los promotores de esta teoría se apoyaban en los distintos nombres de Dios, en las diferencias de estilo y en los dobletes, es decir las repeticiones de acontecimientos próximos, es decir similares.
Así es que, por ejemplo, en Génesis 5 que relata los orígenes del genero humano desde Adán a Noé, está escrito. "Va ih ie enosh..." (vivió Enosh...) y de repente esta expresión: "Va ihie" que vuelve a cada generación transformándose en "Vaih iu". Para la crítica bíblica, este cambio de estilo y de forma gramatical es prueba de que tenemos aquí dos fuentes escritas por dos autores distintos, y luego armonizados. Tenemos el mismo fenómeno con los descendientes de Noé. Ahora bien, Goldberg hizo una observación interesante. Notó que la primera expresión "Va ihie" vuelve siete veces y catorce veces si se coge el conjunto de las dos genealogías. A partir de esta constatación, observó que todo el Pentateuco es sistemáticamente construido alrededor de la cifra siete. Y los cambios de estilo en los cuales se apoyaban los críticos para atribuir los distintos pasajes a diversas fuentes se explicaban por la necesidad de respetar esta "ley de los siete".
Entonces sacó las leyes siguientes:
La ley de los siete
En un texto que forma un todo, el nombre de un personaje principal o de un tema principal del pasaje se cita siete veces en los mismos términos (O según un múltiplo de siete).
Cuando es necesario citar este personaje o este tema más de siete veces, la Biblia cambia de estilo, de forma gramatical o de expresión para que se respete la "ley de los siete". Así en Gn 1:1-31 y 2:1-4 (que forman un solo texto - una unidad literaria) el nombre de Dios vuelve 35 veces (5 x 7). En el relato del diluvio, la expresión "toda carne", que es la expresión-clave del pasaje, vuelve 7 veces y la palabra "arca" 14 veces. Es como un hilo conductor que atraviesa en filigrana toda la Biblia. No hay ningún texto en el que esto no se halle. Por ejemplo, un escéptico me pidió en uno de nuestros seminarios en Bar-Ilán: "Encuéntrame que habló Mirían siete veces con Moisés". Busqué y siete veces la palabra "hablar" apareció. Pero esta palabra aparece también con variantes 14 veces. También es interesante constatar que el nombre divino que tiene un valor numérico de 26 (como cada letra hebraica tiene un significado numérico, puede hacerse la suma de los valores numéricos de las letras de una palabra, ejemplo: el nombre divino Y=10, H=5, W=6, H=5, total: 26) este nombre vuelve 1820 veces en la Thorá, o sea 26 x 70.
Lo que es de notar, es que no sólo hay palabras que obedecen a esta ley de los siete, sino frases enteras, lo que permite poner de relieve una estructura interna de toda la Biblia. Ahora bien, este fenómeno puede aplicarse en cinco o seis ideas dentro de un mismo texto, estas ideas vuelven a aparecer luego como múltiplos de siete en el conjunto de la Biblia, como armónicas de una nota musical, lo que prueba que no es obra humana. Para hombres, realizar intencionadamente tal estructura numérica hubiera superado el marco de una vida entera, debido al tiempo que esto habría exigido, - sin mencionar la suma global de esta estructura en el conjunto de la Biblia.
Por ejemplo, la expresión "Jehová habló a Moisés y dijo" vuelve 21 veces en cada una de las dos partes del libro del Exodo (cap. 1 a 12 antes de la liberación del pueblo, cap. 12 al final.) En el conjunto del libro, la frase citada vuelve 42 veces, sea 6 x 7. Todavía en el conjunto del libro del Exodo, la expresión "soy Jehová" aparece 7 veces pero si se parte desde el libro del Génesis con Abraham, esta misma expresión aparece un múltiplo de siete, lo que significa que la ley se aplica tanto a nivel de un texto particular como de una globalidad de textos. En el relato de Abraham y en toda la Biblia, notamos que esta expresión está siempre vinculada con una promesa divina.
Otro ejemplo, en Núm. 31 se trata de las fronteras del país prometido. Esta palabra aparece allí 14 veces y la palabra "mar" 7 veces. En los textos legislativos, encontramos de la misma manera palabras como "voto" e incluso expresiones como "si... también..."
Esta ley es muy nítida, particularmente en el Deuteronomio. Así mostró ya Goldberg que todas las formas que estaban en singular tenía que ver con septenas. Lo mismo ocurre con el empleo de la palabra Elohim y Jhwh para designar a Dios. Esto no tiene nada que ver con fuentes diferentes como lo afirman las críticas, sino que se relaciona con la ley de los siete.
¿Qué prueba todo esto? Primero que el Pentateuco es UNO, en contradicción con la teoría de las fuentes que afirma que es un conjunto de documentos diferentes dentro del cual cada uno designa a Dios bajo un nombre distinto. El profesor Cassuto ya lo había percibido, al mostrar la unidad de los dos primeros capítulos del Génesis, mostrando como los nombres de Dios se empleaban según el caso, ya fuera con materia inanimada (cuando Dios se llama Elohim), o bien en relación con el hombre (cuando es designado bajo el nombre de Jhwh).
Hemos verificado los trabajos de Goldberg aquí en Bar-Ilán, y hemos descubierto que es matemáticamente exacto: será nuestro punto de partida.
Tomamos otro ejemplo. En el relato de la Creación, la palabra "Dios" vuelve 35 veces, o sea 5 x 7, la palabra "tierra" 21 veces, o sea 3 x 7, las palabras "firmamento, alma viviente y agua" 7 veces, la expresión "sobre la tierra" 7 veces, y otras dos veces donde se dice: "en la faz de la tierra" para respetar la ley. En el relato del don del maná, "pan del cielo" aparece 7 veces, "hijo de Israel" 7 veces y "Dios quien da el pan" 21 veces.
Pero esto vale también al nivel de las letras. El primer versículo de la Biblia tiene 7 palabras en hebreo y 28 letras (4x7), el segundo versículo tiene 14 palabras. Solo en el primer versículo de la Biblia hay 12 estructuras de 7. Solo a nivel de las palabras, por ejemplo en el relato de la boda de Isaac, hay 50 estructuras de 7, de momento sólo hemos estudiado 20 de ellas.
En efecto se sabe la importancia de la cifra 7 en la Biblia, pero también en la naturaleza. Philon de Alejandría había escrito ya un libro sobre el tema.
Ahora la cuestión que se plantea es saber si humanamente es posible escribir un libro, teniendo en cuenta una estructura tan compleja. ¡La respuesta es no! Existe pues una potencia espiritual y sobrenatural que, por razones espirituales, condujo misteriosamente a los autores bíblicos a introducir tal estructura sin saberlo ellos. Hablé de estas cosas con alguien muy interesado en ellas, cuando de repente entendió a donde esto le iba a llevar, exclamó: "¡Cada uno puede encontrar en la Biblia lo que quiera!" Entonces dije que no, porque aquí no es una cuestión filosófica, sino matemática. De hecho, esto es la parte más visible de esta estructura, ¡pero hay mucho más!
Y ya en este punto, las cosas son convincentes. Por ejemplo no encontramos nada similar en Víctor Hugo. Era un hombre normal, cuando escribió sus obras, era él quien escribía. Se puede, es cierto, tratar de escribir así un relato similar al de la creación, en el cual el nombre de Dios aparece 35 veces, pero en cuanto se introduzca uno o dos factores más, ¡es, por decirlo así, humanamente imposible escribir un texto coherente!
- ¿Entonces quién introdujo esto? ¿Moisés?
- No. Dios es quien ha revelado lo que escribió y quien introdujo esta estructura. Unos amigos americanos intentaron escribir un texto con tres factores que respetaran la ley de los siete. ¡Les costó más de 6 meses para escribir 10 líneas! Cuando los trabajos de Goldberg se publicaron en el siglo pasado, no se le prestó demasiada atención. ¡Pero todavía hay algo más prodigioso!
La ley de los cincuenta y los mensajes codificados
Fue un rabino judío llamado Weismendel, originario de Checoslovaquia y quien además era un monstruo en matemáticas, el que descubrió el principio mientras estaba prisionero en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Consiguió escaparse mientras se le trasladaba a otro lugar y refugiarse en Suiza. Pero, totalmente quebrantado por lo que había vivido, no pudo continuar sus investigaciones. Son aquellos trabajos los que hemos recogido de nuevo en Bar-Ilán. He aquí de lo que se trata:
La Biblia contiene verdaderos mensajes codificados. Se los encuentra eliminando cierto número de letras según una frecuencia fija que se llama "código": Así se selecciona una letra, sea cada 7 letras, sea sobre todo cada cincuenta letras (7x7+1). En efecto, en la tradición judía, 50 es el número de la revelación. Fue, 50 días después de la salida de Egipto, cuando los Israelitas recibieron, el día de Pentecostés, el don de la Thorá, revelación de Dios. También fue en el quincuagésimo año que los esclavos eran liberados y volvían a poseer su herencia (porque la revelación de Dios libera). Por último, otro código a menudo utilizado es 26, por ser el valor numérico del nombre divino. Así se ven aparecer palabras hasta aquí invisibles y que se relacionan con el texto dentro del cual se encuentran, y a menudo añaden algo para la comprensión de dicho texto. Para terminar, otro fenómeno extraño aparece mucho: el punto de enganche de estas palabras codificadas se hace dentro de las palabras a las cuales se refieren. He aquí varios ejemplos.
Así en Génesis 4:13-15, el nombre de Caín aparece en código de 50 letras a partir del nombre de Caín mismo, tal como aparece en el v. 13. Otro ejemplo en Gn 11:1-5, el relato de la torre de Babel aparece en código de 50.
Pero a partir de estos ejemplos sencillos, hay que precisar que este fenómeno presenta una complejidad muy grande en ciertos pasajes, sobre todo cuando se combina y enlaza con la ley de los 7 que vimos más arriba. Hemos comprobado por ordenador, por medio del cálculo de las probabilidades, si esto era debido al azar. Es algo que el ordenador puede hacer en unos segundos. La respuesta es clara: no es debido al azar. Ahora bien este fenómeno aparece a lo largo de toda la Biblia. Sin ordenador, es difícil de ponerlo en evidencia, ¡pero el ordenador nos permite hacer cosas increíbles!
Por supuesto, este tipo de lectura en códigos puede encontrarse en cualquier libro. Por ej. en "Los Miserables" de Víctor Hugo, ¡se puede encontrar lo que se quiera! Pero aquí el milagro es que encontramos palabras que se relacionan con el texto. Por ejemplo, cogimos las obras de Bialik y d’Agnon (escritores hebraicos contemporáneos). Por este medio salieron toda clase de palabras por códigos muy grandes, en orden de centenas y hasta de millares de letras, mientras que en la Biblia esto va por unidades y decenas. ¡Pero tanto en Bialik como en Agnon, las palabras que salieron no tenían ninguna relación con el texto!
Cosa más extraordinaria aún: en el relato de la muerte de Adán, el nombre Adán aparece 6 veces en el texto, pero aparece también una séptima vez en código de 50. En otro tipo de código se encuentra la palabra "castigo del hombre" (recordemos que todo el pasaje habla de la muerte de Adán) y las letras que forman en código la palabra Adán se enganchan en las distintas menciones de la palabra Adán en el texto, lo cual supone una complicación suplementaria. Lo mismo en la bendición de Judá, cuando Jacob agonizante bendice a sus hijos. Empezamos a leer en el texto desde donde se dice que ata a su asno. Ahora bien la palabra asno está escrita con una letra inútil que no se lee. Incluso se podría pensar que se trata de una falta de ortografía. Pero a partir de esta letra que los copistas retransmitieron fielmente, sin entender su utilidad se puede formar la palabra "Judá". Esto nos muestra como en la Thorá todas las letras tienen su sitio.
Otro ejemplo magnífico. Si tomamos el principio del Génesis, nos damos cuenta que cada cincuenta letras aparece la palabra Thorá (Pentateuco). Este mismo fenómeno se encuentra en el libro del Exodo.
En cambio, en Levítico esto cambia y con un código de 7 encontramos, esta vez el nombre divino que aparece desde el principio hasta el final del libro, Yhwh. En el libro de los Números se vuelve al código 50 y encontramos la palabra Thorá que aparece como en Deuteronomio pero al revés y esto, aunque el libro del Deuteronomio es un libro muy diferente.
Así, entre los 5 libros de Moisés, discernimos una gran simetría. El ordenador mostró que ésta última no podía ser fruto del azar.
Pero vayamos más allá. Teniendo en cuenta la teoría de las fuentes, el primer autor desconocido que hubiera escrito el primer documento hubiese debido tener en cuenta el trabajo futuro de los demás, acerca del cual ignoraba todo, para introducir una estructura numérica que tuviese en cuenta los trabajos de aquellos. ¡Lo que por supuesto es imposible! ¡Sobre todo si se tiene en cuenta los cambios ocasionados por el exilio! Para mis conferencias pensé en dar a esta estructura la forma de un candelabro que alumbra el camino del hombre hacia Dios. El problema del Creador es extender la luz de su palabra por el mundo. Ahora ha llegado el tiempo para el pueblo de recibir una luz más grande. A partir de aquí, se pueden descubrir cosas conmovedoras que tienen carácter profético, respecto a acontecimientos que deben de cumplirse de tal manera, que aún los ateos deberán admitir que los autores bíblicos no lo podían ni imaginar. Desde luego, ¡para ponerlo en evidencia se debe recurrir al ordenador!
Los mensajes codificados resuelven ciertos enigmas bíblicos
Así por ejemplo Levítico 23 nos manda celebrar la fiesta de los Tabernáculos con cuatro especies de árboles, de los cuales dos no se citan explícitamente. Ahora bien, en un sistema de códigos, logramos poner en evidencia las palabras: limón, palmera, sauce, boj. Ahora bien, ¡desde siempre la tradición judía identificó las cuatro especies de Sucot (tabernáculos) con estos cuatro árboles! ¿Esta tradición, transmitida oralmente de generación en generación, se remontaría entonces a los orígenes?
Existe también una tradición en el judaísmo según la cual, cuando Moisés recibió la Thorá, sin que tuviese espacios entre las palabras (como era el caso para las lenguas antiguas, p.ej. el egipcio antiguo), de forma que había varias maneras de leer la Biblia, sobre todo al igual que el egipcio antiguo, se podía leer de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, de abajo-arriba o de arriba-abajo. Más tarde el Santo, bendito sea mostró a Moisés el sitio exacto en el que debían separarse las palabras.
Hemos vuelto a tomar este procedimiento de "lecturas con varias dimensiones" de la Biblia, aquí en Bar-llán, y descubrimos cosas fantásticas. Por ejemplo los sueños de José, José soñó que el sol la luna y once estrellas se prosternaban ante él. Su padre le reprendió diciendo: "¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo tendremos que prosternarnos ante ti?" Interpretó correctamente el sueño: el sol representaba al padre, la luna a la madre y las estrellas a los hermanos. Pero aquí hay un problema, es que la madre de José, Raquel, había muerto cuando José tuvo el sueño. La tradición Judía examinó este problema y dio la explicación siguiente. Después de la muerte de Raquel es Bilha, sierva de Jacob, la que recogió a los hijos de su ama, José y Benjamín, y los crió como sus hijos. De manera que José la consideraba como su madre. Y aquí la luna representa no a Raquel sino a Bilha. Ahora bien en este pasaje precisamente aparece en código la palabra "Bilha". Pero si se añade a esto un tercer elemento: la lectura a 2 dimensiones cuyo principio he explicado más arriba, he aquí lo que se puede leer. "Raquel muerta". Así, en el mismo pasaje, hay combinación de los dos sistemas que responden al enigma planteado por el texto el cual, sin este esclarecimiento es incomprensible.
Así pues se ve como la Biblia no está escrita como un libro ordinario, sino que lo ha sido por el Creador. Ya que es posible hacer de ella una lectura interna mucho más profunda que la lectura superficial a la cual muchos se limitan. Cuanto más se investiga; más descubrimos cosas fantásticas.
Pruebas indiscutibles
Tomemos otra vez el primer capítulo de Levítico que habla de los sacrificios. En primer lugar, encontramos la Ley de los siete que se aplica a un gran número de elementos: (...) sacrificios, sacerdotes, etc... pero si la expresión "hijo de Aarón" aparece cuatro veces, el nombre de Aarón propiamente dicho, el padre de los sacrificios, no aparece. Pero en código aparece 25 veces en el pasaje. Ahora bien, teniendo en cuenta el número de letras que contiene este texto y la frecuencia con la cual cada una de ellas vuelve, el ordenador mostró que el nombre de Aarón en este pasaje, no debería volver más de 6 ó 7 veces. Y además las letras que forman el nombre "Aarón" deberían aparecer en desorden (ej. ANARO o ARNOA etc...)
Ahora bien, el hecho es que en este texto la palabra "Aarón" aparece 2 veces en el orden normal: se trata aquí de un milagro, en efecto. Se hizo una contra-peritación. Mezclamos las letras del texto sin cambiarlas, y entonces no funcionaba, la estructura del texto se había roto. Se intentó también otra cosa. Se quitó una sola letra (lo que corresponde en hebreo a la letra L) ya nada funcionaba. Pasaba lo mismo si se añadía una letra. Entonces tomemos otro texto de la Biblia: el texto del Pentateuco samaritano escrito en hebreo antiguo con unas variantes muy ligeras, sobre todo ortográficas o gramaticales, allí ya no funcionaba tampoco. Nos dimos cuenta que funcionaba sólo en el marco y los límites del texto tradicional. Y esto va así de lejos, porque significa que podemos confiar en el texto tradicional de la Biblia, que es un texto EXACTO.
Cuanto más avanzamos en nuestro trabajo, más descubrimos la complejidad de este enlace de estructuras y su interdependencia. Para que fuera una obra humana, se hubiera necesitado generaciones de supergenios matemáticos trabajando durante millones de años, después de haberse puesto de acuerdo para respetar un enlace fantástico de leyes matemáticas con una complejidad infinita.
Otro ejemplo: a partir del texto en el que se dice que el hombre comió del árbol del conocimiento, aparece la palabra "serpiente" en código de 613. Ahora bien 613 es el número de mandamientos de la Thorá. El día en que encontremos fenómenos similares en "Tartarin de Tarascon" de Alphonse Daudet se podrá decir que hemos topado con un libro divino. ¡Porque es sobrenatural, es divino!
Para terminar, quiero decir que esto no es un trabajo especulativo, es un trabajo científico y matemático. Y al menos que se trate de mala fe manifiesta, uno no puede sustraerse a las cuestiones que plantean estos descubrimientos.
Uno de los aspectos más extraordinarios de esta investigación es la naturaleza fonética de las palabras así reveladas en los textos, lo que tendería a reforzar la teoría del profesor Katz, según la cual el antiguo Testamento y otros escritos sagrados posteriores no son debidos a la mano humana. El profesor Katz da como ejemplo el Libro de Ester, leído con ocasión de la fiesta del Purím para conmemorar la salvación de los Judíos de Persia durante el reinado del rey Asuero (Xerxes).
Habiendo concedido el rey a uno de sus ministros, Amán, el permiso de exterminar a los Judíos de su reino, la reina Ester, una Judía, logró desbaratar el complot. Esta inversión de la situación es ocasión de grandes regocijos celebrados hasta hoy durante la fiesta del Purím. Los diez hijos de Amán fueron ahorcados; su nombre está mencionado en el libro de Ester. Después del ahorcamiento, pregunta el rey a Ester lo que puede hacer por ella y su pueblo. Esta pide. "Qué los diez hijos de Amán sean colgados en la horca" (Libro de Ester 9:13). Los eruditos se intrigaron durante siglos por esta respuesta, ya que los diez habían sido ya ahorcados. Una indicación de la clave del misterio se consigue en las tres letras hebraicas "taf", "chin" y "zahin", escritas con letras de molde más pequeñas que las demás en la enumeración de los diez hijos de Amán. El valor numérico de estas tres corresponde al año del calendario judío paralelo en el calendario gregoriano al año 1946. Mostrando una diapositiva de la portada del "Herald Tribune" del 16 de octubre de 1946, que menciona la ejecución por ahorcamiento en esta fecha de diez nazis juzgados y condenados por el tribunal de Nuremberg, el profesor Katz explica que en realidad, los condenados eran once, pero como Herman Goering escapó al ahorcamiento dándose la muerte por envenenamiento una hora antes de la ejecución. Sin razón aparente, uno de los condenados, Julios Streicher, murmuró antes de que le pusiesen la cuerda alrededor del cuello. "Fiesta de Purím 1946". Goering y Streicher se habían convertido en instrumentos de la profecía del libro de Ester, concluye el profesor Katz.
Añadan a esta ocurrencia, todavía dice el profesor Katz, el hecho de que, según el calendario judío, "Hochana-Raba"’ considerado por la tradición como el último día del perdón a continuación de los días austeros, que incluyen a Roch Hachana y Kippur, el período del juicio divino, caía en 1946, el 16 de octubre. Esta coincidencia purim-nazi fue, sin duda, de todos los ejemplos de alusiones proféticas encerradas en la Biblia y otros escritos santos citados por los investigadores israelíes, la más chocante.
"Tales coincidencias no pueden hallar explicación racional", subraya el informático, profesor Wiener; "sólo las satisface una explicación sobrenatural. La nuestra reside en el hecho de que la Biblia ha sido escrita por Dios usando la mano de Moisés."
La estructura numérica de la Biblia...
Por más extraordinarios que sean los descubrimientos que relatamos, el principio de ellos había sido descubierto ya al final del siglo pasado por Ivan Panine. En aquella época, el ordenador era por supuesto desconocido, Panine no tenía sino su cerebro. Trabajó 50 años sobre la estructura numérica de la Biblia y lo que es más, trabajó sobre el Nuevo Testamento, mostrando que los mismos fenómenos numéricos aparecen en las dos partes de la Biblia. Por el contrario, pudo probar que estos fenómenos no se aplicaban para los libros apócrifos y entonces que éstos no eran inspirados. Justo es que en homenaje al trabajo de este precursor que, por desgracia, fue olvidado pronto a pesar del trabajo notable que fue el suyo, evoquemos lo que fue esencial de su obra. Esto es lo que hace para nosotros Luc Burguin que examinó los escritos de Panine y saca para nosotros las lecciones esenciales.
.... Existe también en el Nuevo Testamento
I. Panine nació el 12 de diciembre de 1855, en Rusia. Nihilista, conspiró contra el Zar, por lo que tuvo que refugiarse en Alemania, luego en los EE.UU. Estudió en Harvard. Fue durante estos años que siendo agnóstico se convirtió a Jesucristo, luego descubrió primero que el texto griego del N. Testamento tenía una estructura numérica absolutamente única. Este descubrimiento trastornó su vida. En griego como en hebreo, así como se ha explicado más arriba, cada letra también es una cifra. Se puede entonces cambiar en el texto bíblico cada letra por una cifra correspondiente, y leer así el texto de forma matemática.
Ahora bien Panine notó como curiosos fenómenos matemáticos aparecían entonces en el Nuevo Testamento cuando se adicionaba el valor numérico de una palabra, de una frase, de un versículo, etc...
Así es como los números obtenidos eran a menudo múltiplos de 7. Había notado ya Panine que por ejemplo el primer versículo de la Biblia se componía en hebreo de siete palabras de 28 letras (4 x 7). Así puso en evidencia sólo en el primer versículo de la Biblia 14 figuras de 7. Panine aún puso en evidencia muchas otras figuras. Según el cálculo de las probabilidades, existe una posibilidad entre 3,5 billones que sea el fruto del azar (o sea ninguna) y concluyó Panine que solamente una inteligencia sobrenatural condujo, sin saberlo ellos, a los autores de la Biblia a introducir tal estructura numérica.
Así por ejemplo, notó Panine que el nombre de Jeremías es escrito en hebreo bajo 7 formas distintas cuya suma es 279 x 7... 1953. Este nombre aparece 147 veces, o sea 21 x 7, y esto en 7 libros en los que 9 figuras de 7 aparecen.
Lo que vale a nivel de 7 libros se halla también para otros grupos de libros los cuales tienen a veces en común palabras, o nombres, o frases, o hechos que en su conjunto aparecen según la ley de los 7 dentro de un grupo dado de libros, o a veces en toda la Biblia misma. ¿Cómo, pregunta Panine, los distintos autores de estos libros se hubieran podido poner de acuerdo para puntualizar y armonizar esta estructura numérica?
Mostró también Panine que cada autor bíblico tiene su propia "firma numérica". Se encuentran en su libro estructuras numéricas que sólo le pertenecen a él. Así Panine pudo probar la autenticidad de algunos libros cuyos críticos impugnaban al autor, por ejemplo las epístolas de Juan o el Apocalipsis, en los cuales se encuentran las estructuras numéricas de Juan el apóstol.
En el Nuevo Testamento por ejemplo, Panine, trabajando en los dos primeros capítulos de Mateo, muestra que los relatos de la niñez y de la natividad están repletos de figuras de 7 y esto a pesar de la construcción distinta de cada párrafo.
El mismo fenómeno aparece en el Evangelio de Marcos y así es como los doce primeros versículos de su Evangelio (a menudo considerados como no auténticos por los críticos) presentan por ellos mismos 60 figuras de 7. Para los siete autores del Nuevo Testamento puede decirse lo mismo.
Panine también analizó de la misma manera las siete fábulas de Esopo, poeta griego, y el primer capítulo de la apología de Sócrates por Platón. El resultado le hizo avergonzarse por haber dedicado tanto de su precioso tiempo a tal empresa.
Panine pudo así demostrar que el canon de la Biblia es matemáticamente exacto, ya sea en cuanto al número de libros que componen el Libro Santo, su número de orden, (a propósito los trabajos de Panine mostraron que el orden exacto es el orden de la Biblia hebraica y no el de la Biblia griega o de la mayoría de las traducciones que vinieron después), el empleo de los nombres, de los autores bíblicos luego de su identidad. En cuanto a los escritos anónimos, la estructura numérica permite remontar hasta el autor.
Panine pudo así por este medio resolver ciertas preguntas controvertidas en la interpretación de los textos bíblicos o en lo que se refiere a las variaciones de un manuscrito a otro, y definir qué variación era el reflejo del texto original. Por eso incluso pudo publicar una edición del Nuevo Testamento griego que tenía en cuenta estos resultados.
Para Panine existe un paralelo cierto entre la armonía del universo y la armonía matemática de la Biblia.
Aunque reconocido por numerosos teólogos de su época como el autor de un descubrimiento de primera importancia en el campo de las ciencias bíblicas, Panine cayó casi en el olvido, salvo en algunos medios evangélicos. Sin embargo, los que en su tiempo examinaron sus trabajos debieron admitir el carácter indiscutible de su intuición básica. Esto es lo que los científicos israelíes acaban de descubrir de nuevo sin conocer por lo tanto a Panine. Así se encontrará rehabilitado un hombre que fue un gran científico y un gran doctor de la Escritura Santa.
L.B.
La historia profética de la Humanidad en la estructura matemática de la Biblia
La tercera parte del descubrimiento de los científicos israelíes se hace pública.
Más pronto de lo que se había previsto, los ocho científicos israelíes a los cuales otros se juntaron desde aquel entonces, decidieron hacer conocer el resultado de sus trabajos.
De hecho esperaban para hacerlo, a que todo hubiera sido cuidadosamente comprobado por algunos de los mayores matemáticos del mundo.
Habiendo sido hechas estas comprobaciones y siendo inatacables las pruebas científicas, juzgaron que nada ya se oponía a su difusión.
No buscando ningún sensacionalismo, y conscientes de la amplitud y de las consecuencias de este descubrimiento, publicaron sin publicidad, hace poco tiempo una primera obra en hebreo.
Podemos pues ahora dar a los lectores de "Keren Israel" eco de esta tercera parte que concierne a la historia de la Humanidad.
Respetando la línea de conducta de los científicos y la que habíamos respetado desde el principio, presentaremos de manera sobria lo que es necesario hacer para entender bien la magnitud de estos trabajos, sin más.
Lo que leerán Udes está traducido del hebreo y proviene, tanto de documentos diversos como de entrevistas.
Para quien aborda con objetividad este extraordinario testimonio rendido a la Biblia, la conclusión es evidente: solamente el Creador de los cielos y de la tierra, él por cuyas leyes todo existe y todo subsiste, podía realizar esta obra inmensa arquitectural y profética.
Y solamente en esta época, gracias a los ordenadores más perfeccionados, es posible tener conocimiento de ello.
Los ordenadores permitieron averiguar que si una sola letra es cambiada del texto bíblico, todas las leyes matemáticas que rigen el texto hebreo ya no son respetadas, que ninguno de los otros libros profanos o religiosos probados responde a estas leyes, y tampoco el Pentateuco Samaritano que sin embargo es tan cercano al texto hebreo.
La Biblia es única y contiene en sí-misma la firma del Creador más allá de lo que los hombres de Dios más llenos de fe podían imaginar.
El método utilizado por los científicos israelíes no es una construcción artificial y arbitraria. Corresponde a lo que hacen los servicios militares especializados en la descodificación de los mensajes codificados. Los matemáticos y estadísticos famosos que efectuaron o averiguaron este gran trabajo pertenecen a las universidades de Harvard, Yale, Haifa, Jerusalén y Tel-Aviv.
En Israel, algunas informaciones nos fueron dadas al origen mismo...
Contamos en el n.38 de "Hashomer Israel" de qué manera providencial tuvimos acceso a estas revelaciones. Las relaciones entabladas en aquella época permanecen. He aquí lo esencial de las conversaciones que hemos recogido.
Este trabajo es el fruto de una operación matemática a nivel del conjunto de la Biblia. Ha aportado una nueva dimensión al estudio del Libro.
La conseguimos con la ayuda de ordenadores.
No quisimos publicar estos trabajos en los medios de comunicación o en la prensa antes de que estuviesen acabados. No queremos decir sino cosas que sean sólidas, comprobadas.
Unos matemáticos y estadísticos del mundo entero están al corriente de estos trabajos. Las han comprobado y han afirmado que va en serio. (Ver más adelante).
Hemos llegado a conclusiones fantásticas. Son hechos a los que nada puede cambiar. Aquí nos encontramos ante una estructura matemática... dos y dos son cuatro para todo el mundo. No se puede creer lo que se quiera en este campo.
Otro matemático, el profesor Kach, también de Harvard, uno de los mayores especialistas del mundo, declaró: "El hecho existe, no hay nada que decir." Tenemos pues aquí pruebas indiscutibles de la inspiración de la Thorá. Va en serio.
La tercera parte...
En lo que se refiere a la tercera parte de nuestros trabajos, es uno de nuestros colaboradores, experto en matemáticas y cálculo de probabilidades, que en unos minutos encontró el fundamento de la técnica que permitió estos descubrimientos.
Cualquier palabra puede aparecer en saltos de letras en el Génesis, cualquier palabra puede aparecer en una guía telefónica; pero lo que es específico del libro del Génesis, es que el nombre aparece allí mediante frecuencias regulares, y por otra parte, en textos que se relacionan con el sentido de la palabra.
Las frecuencias utilizadas son generalmente desde varias decenas hasta varias centenas de letras. El ordenador saca casillas con líneas de 200 letras o según la frecuencia que ha sido indicada.
Se encuentra en esta casilla el nombre que se busca y constatamos que alrededor de este nombre aparecen detalles que aportan algo a la palabra principal y que se llaman por esta razón "palabras-satélites".
"La historia humana es como un metro que se desenrolla..."
Así hemos encontrado los detalles relativos a la historia de los Judíos y de los pueblos extranjeros, la historia de justos y de malos con su fecha de fallecimiento y de nacimiento y los acontecimientos importantes de su vida. Hemos encontrado también unas leyes científicas y medícales, matemáticas, nombres de enfermedades...
El primer ejemplo en el cual nos hemos detenido se refiere a la historia francesa. Hemos encontrado palabras satélites como "La revolución francesa", "La Bastilla", "La Marsellesa", "Luis", "La casa de Borbón". La palabra "Bastilla" por ejemplo se encuentra en el versículo del Génesis donde José había sido llevado a la cárcel, donde se dice: "El sitio en el que los prisioneros del rey estaban encarcelados".
El que descubrió este fenómeno por primera vez pensó que era imposible. Guardó estas cosas para él durante meses. Después de haber hecho numerosas verificaciones decidió hablarlo con sus colegas. Juntos hicieron otros ensayos, todos igual de contundentes.
Cuando llegamos a estas conclusiones tuvimos miedo, y nos dijimos "a lo mejor no es más que un juego o una construcción artificial, o entonces es algo infinitamente santo."
Claro, Rambam, el famoso rabino del siglo XII dice que todo está escrito en la Thorá, pero ¿acaso se equivoca? Seguimos nuestras investigaciones en silencio, pero cada vez más llegábamos a la conclusión de que allí había un fenómeno sorprendente.
El libro del Génesis es el libro de la historia del hombre. La palabra "toldot" no sólo significa el origen del hombre sino también la historia del género humano. Así la historia humana es como un metro que se desenrolla. Todo está ahí dentro pero sólo es en el tiempo y por etapas que se ha ido revelando.
De la misma manera, en el texto en que está escrito "y Faraón dice a José" aparece la expresión "Franz Joseph (Francisco José), nombre del rey" y cuando se cambia la frecuencia de las palabras satélites se añaden, por ejemplo. "Un rey de Austria", "Habsburgo" siempre al lado del nombre de José. Cambiando aún las frecuencias encontramos "Franz Joseph (Francisco José) en la ciudad de Viena, en la ciudad de Jerusalén". Investigamos, y constatamos que el rey Francisco José es el primer soberano europeo que visitó Jerusalén en el siglo XIX.
Es evidente que todo esto no puede ser el fruto del azar.
¿Pueden hacerse los mismos descubrimientos en otros libros?
No. Voy a explicar por qué, pero primero daré aún más ejemplos.
Encontramos también los reyes de naciones tales como Suecia o también, por ejemplo hombres de estado como "Tomás Masaryk" con las palabras satélites "un presidente... Praga... 1948".
En otros sitios aparecen "Dreyfus", "Emilio Zola", "Acuso" (título del artículo de prensa que desembocó en el asunto Dreyfus) etc...
Sobre Israel también hay muchos detalles. Encontramos por ejemplo, los nombres "Herzl", "Balfour", luego en otro sitio "Arafat, terrorista, terror", etc...
En el texto aparecen también leyes matemáticas, teoremas y los nombres de los que los descubrieron tales como Proudhon, Newton, Koch, etc...
Se pueden ver aparecer también las palabras "enfermedad, virus". Así por ejemplo en el cuadro donde aparece la palabra diabetes, se encuentran igualmente "nombre de la enfermedad", "diabetes", "descripción de la enfermedad", "páncreas", "nombre del remedio, insulina".
En otros cuadros figuran también "Hitler en la ciudad de Berlín", "Nazi y Shoa" (destrucción de los Judíos por los Nazis). Encontramos la fecha del fin de la guerra según el calendario judío y según el calendario común: "8 de Mayo de 1945", con numerosos detalles. "Eichmann" aparece al lado de "Auschwitz", "Mengele" aparece también, es citado cuatro veces, y al lado de su nombre encontramos: "selección" y "no se encontrará". En otro sitio con otro código encontramos la palabra "Brasil". Sabemos que Mengele después de la guerra se refugió en Brasil y le buscaron durante mucho tiempo en vano. Además encontramos el nombre de un hombre que ha sido exhumado en su lugar en Brasil. De hecho se pensó durante un tiempo que se había encontrado su tumba; luego se supo que era la de uno llamado Rakow. Ahora bien, el nombre Rakow se menciona igualmente en una de las palabras satélites vecinas a la de Mengele.
Para el SIDA hay numerosos detalles, esencialmente en tres textos: Génesis cap. 5, vers. 1, Gn 6:12, Gn 19:5...
Los ejemplos podrían multiplicarse
Es evidente que todo esto no es arbitrario, uno no puede encontrar lo que quiera, pero hace falta estudios muy profundos para llegar a estas conclusiones.
Hemos probado también otro experimento. Hemos tomado una enciclopedia en cuatro volúmenes de los hombres famosos de la historia del pueblo Judío. En esta enciclopedia cogimos por azar una lista de 34 nombres de personajes famosos, en tres columnas su fecha de nacimiento, con los acontecimientos importantes de su vida y su fecha de fallecimiento. Introdujimos en el ordenador cada uno de estos 34 nombres cogidos al azar. No hay ni un solo fallo. Cada vez el nombre ha salido con la fecha de nacimiento, la fecha de fallecimiento, y en algunos de ellos, con los acontecimientos principales de su vida.
Tomo el ejemplo de Ramahal, famoso rabino de la Edad-Media, en el que encontramos esto. "En el país de Acco durante una epidemia"; sabemos que este hombre murió en una epidemia de peste que diezmó la ciudad de Acco (San Juan de Acro). Los ejemplos podrían multiplicarse.
¿Cómo se puede comprobar este trabajo?
Es un trabajo matemático muy exacto. Tratamos de ver si era el producto del azar, si podíamos hacerlo mismo con cualquier libro. Cogimos primero el libro del Génesis y mezclamos las letras, cambiamos la forma escrita, y entonces ya no funcionaba; la misma constatación si añadíamos o si quitábamos una sola letra.
Es la prueba de que se trata en efecto aquí de un libro divino. Lo intentamos también en otros libros, y no daba resultados.
En lo que se refiere al libro del Génesis la conclusión es nítida: es sobrenatural, no es humano. Haría falta un super-genio literario para escribir una obra maestra como el libro del Génesis, cuando se sabe que bajo los estratos de este libro están unos detalles como la biografía de los grandes hombres de Israel, la Revolución Francesa, el asunto Dreyfus etc... Uno se pregunta cómo esto no altera el estilo, ni el idioma, ni la sintaxis del libro de manera que uno no se da cuenta al leer el texto que estos estratos existen.
Pero además haría falta que este super-genio literario conociera de antemano toda la historia futura de la humanidad y la vida de los individuos hasta los detalles, y tendría que haber introducido toda esta información superando problemas técnicos enormes. Porque siempre se puede introducir una palabra codificada en un sitio determinado... pero cuando se trata de introducir juntas un número grande de informaciones conjuntas, donde cada una aporta algo nuevo respecto a la que la precede, eliminando a la vez la aparición accidental de fenómenos fortuitos que vendrían a falsear el conjunto, el problema es completamente imposible. ¿Quién ha escondido estas informaciones en el Libro? La respuesta se impone por sí misma.
"Trabajos serios dirigidos por investigadores serios..."
Los científicos confiaron también sus trabajos a varios grandes matemáticos israelíes y americanos. Los profesores H. Furstenberg, I Piatetski-Shapiro, y de la Universidad de Yale: D. Kazhdan; de la Universidad de Harvard: J. Bernstein, hicieron una declaración común en relación a estos descubrimientos, he aquí algunos extractos:
El fenómeno estudiado en la presente obra ha sido descubierto hace varias decenas de años por el rabbi Ch. Weismandel.
A lo largo de los años, personas que se inspiraron directamente en los descubrimientos de Weismandel acumularon numerosos otros ejemplos. Por más impresionantes que fueran éstos, no había entonces ningún medio seguro de determinar que estos hechos observables no eran simplemente la consecuencia normal de la enorme cantidad de palabras y expresiones que es posible obtener cuando se estudia en el texto bíblico la progresión matemática.
El profesor Doron Witzum, y sus colaboradores, los profesores Iliyas Rips y Yoav Rosenberg intentaron llevar un estudio sistemático del fenómeno, con la ayuda de ordenadores ultra-rápidos. La meta de su investigación es demostrar que este fenómeno es auténtico, es decir, que su frecuencia no se puede explicar simplemente por medio de unas combinaciones que serían debidas al azar.
Dentro de esta perspectiva, el autor presenta un cierto número de sujetos todos vinculados a una serie de palabras afines (satélites). Muestra después que para cada uno de estos sujetos existe un número impresionante de apariciones de palabras satélites siempre según la progresión matemática.
Para facilitar un criterio lo más objetivo posible respecto a las interconexiones de los grupos de palabras, el autor y sus colaboradores describen una experiencia cuyos resultados son particularmente interesantes: estudian la medida de proximidad que hay entre los nombres de personajes históricos judíos de primer plano y las fechas de fallecimiento de éstos.
Estas investigaciones son trabajos serios, dirigidos por investigadores serios...
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