INTRODUCCIÓN
SOBRE LUTERO Y LA SEPARACIÓN BÍBLICA:
La Reforma trajo consigo la separación de la I.C.R. de los que fueron llamados “protestantes”, de entre los cuáles, Lutero fue su mayor ideólogo.
¿Era Lutero un divisionario, un separatista, un rebelde, o bien existe la doctrina de la separación bíblica?.
Si existe tal doctrina, veremos si aún sigue vigente, y veremos cómo el movimiento opuesto, o su antítesis, es el denominado ecumenismo.
Comencemos por decir que la I.C.R. surge de una proposición política del Imperio Romano a la Iglesia de Cristo, para constituirla en órgano de religión oficial del estado. La iglesia fijó sus miras, más que en la conveniencia espiritual, en la posibilidad de evitar la terrible persecución a la que implacablemente se hallaba expuesta. Y esto, junto al pujante deseo de la iglesia en Roma de constituirse en el centro de los dictados doctrinales de toda la Iglesia Universal, favoreció la corrupción de sus estructuras y la adulteración de su doctrina.
CRISTIANISMO PROSCRITO:
I. Algunas consideraciones sobre las persecuciones a los cristianos:
¿Le es posible al Cristianismo no padecer persecución en algún momento de la Historia?. Según las Sagradas Escrituras, no es posible, pues afirman: “Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.” (2 TIM. 3:12)
Esta afirmación del apóstol Pablo es absoluta, sin parcialidad: es para todo cristiano y en todo tiempo, pues usa el tiempo presente con una consecuencia futura, dándole a la oración una vigencia permanente. Y de este modo, solo nos deja dos opciones: o vivimos piadosamente en Cristo Jesús, y seremos proscritos; o no viviremos piadosamente en Cristo Jesús, sino que buscaremos agradar a los hombres, hasta convertirnos en apóstatas.
Rebuscando en toda la Historia, podemos confirmar que el cristiano verdadero siempre ha padecido persecución por la justicia, salvo el caso expuesto en el que la iglesia se institucionaliza y sirve a los poderes políticos, abandonando la búsqueda del reino de Dios y su justicia. Entonces, cabe que nos preguntemos, ¿hoy no somos perseguidos?, ¿hay verdadera libertad religiosa, o se está preparando la apostasía en medio de la iglesia, de modo que ésta no sabe ver cómo la serpiente antigua está volviendo a engullirla, y por eso nos sentimos libres, y no perseguidos?. ¿No nos estarán engañando, creando un falso modelo de libertad religiosa (un sucedáneo), de manera que los que no aceptemos ése modelo seamos acusados de estar contra Dios y los hombres?. Si es así, veamos cómo funciona el engaño actual para poder estar apercibidos de los peligros que nos acechan.
¿Son las sectas el mayor peligro para la conservación de la sana doctrina entre el pueblo de Dios?
Diccionario en mano, la definición de secta tiene una acepción que define el término como un grupo religioso minoritario; pero la definición más temida del vocablo es aquella que describe a ciertos grupos religiosos como un conjunto de peculiaridades de sus líderes y sus doctrinas que la convierten en un apelativo de alerta como cosa peligrosa.
No obstante, cualquiera entablaría una lid dialéctica contra el que pretendiese argumentar que los grupos religiosos minoritarios, denominados por ello sectas, no son las verdaderas organizaciones que entrañan un certero peligro para la sana doctrina religiosa. Curiosamente, aquellas religiones influyentes, de arraigado e histórico fundamento, cuya filiación es mayoritaria en el mundo, éstas son las que ofrecen un verdadero peligro. Como evangélico celoso de la sana doctrina, siento la necesidad de estar apercibido de la evolución de las diferentes denominaciones evangélicas, ya que milito en una de ellas.
¿Cuál es el propósito de las persecuciones religiosas?
¿Una nueva forma de persecución?
La I.C.R., el Protestantismo (y entre ellos las diferentes denominaciones evangélicas), el Budismo y el Islamismo, como religiones dominantes, ¿no serán éstas las religiones que llegarán a convertirse en amenaza para la sana doctrina del Cristianismo Verdadero?. ¿Cómo, pues, se cumplirían las palabras del Maestro con las que nos advierte de que miremos que nadie nos engañe?: “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aún a los escogidos.” (MAT 24:24). Jesús estaba diciendo con ello que estarían entre nosotros, sin ser de los nuestros.
Testigos de Jehová, Adventismo, Mormonismo (y otros grupos sectarios aún menos influyentes) no son una amenaza, a largo plazo, para el Cristianismo Verdadero. Si observamos atentamente los acontecimientos que se están desarrollando en todo el mundo, hoy en día, en torno a las religiones mayoritarias, las cuáles no son tenidas como sectas, veremos cómo serán estas religiones las que ahogarán el Cristianismo Verdadero.
La secularización como religión: instrumento destructor de la Verdad usado por los humanistas.
En una sociedad que se halla cada vez más secularizada, se identifica más la idea de secta con organizaciones que constituyen una defensa de lo que sería la Conducta Antisocial. En este contexto, sociólogos, psicólogos clínicos y médicos especialistas han aportado al campo del conocimiento científico definiciones académicas de lo que constituye o no una secta, acompañados de criterios rigurosos para su clasificación, porque la tendencia hoy es la de diferenciar a éstos de aquellos cuya motivación está dentro de la clasificación de Disidencia Ideológica. Los ideólogos sociales nos educan, orientándonos a la aceptación igualitaria de toda creencia religiosa como algo válido, cuya verdad es de identidad personal y opcional.
Esto comporta que la tendencia social ya se haya marcado hacia la extinción de la diferenciación de creencias religiosas. He ahí la gran secularización1. Por ello, a los que deseamos seguir la Verdadera Verdad, no debería preocuparnos el ingrediente de la Conducta Antisocial (o la peligrosidad social), pues ya se ocupa de ello el sector secular de la sociedad, el cuál es mayoritario. Sin embargo, ¿qué ocurrirá con la Verdad, como término de valores absolutos?. La Verdad Absoluta, tanto para los filósofos seculares como para los religiosos, está siempre asociada, por definición, a la idea de un Ser Supremo.
Conducta Antisocial del Cristianismo Verdadero.
En efecto, para los cristianos, la Verdad es una persona: Jesucristo, no un concepto. La verdad, como concepto filosófico tiene más de 1000 definiciones diferentes bien clasificadas. El creciente secularismo social ha hecho de la definición Verdad Absoluta algo solo existente en el lenguaje cristiano, pues el relativismo filosófico comúnmente aceptado ha dado al término una dimensión de intolerancia irracional. Luego es fácil entender que existe una lucha creciente por llegar a declarar al Cristianismo Verdadero como intolerante, y, consiguientemente, antisocial. De hecho, si el mundo actual no nos tachase de intolerantes y antisociales, cabría decir que deberíamos revisar nuestra teología y fidelidad al que nos salvó.
Constituye una Conducta Antisocial afirmar que Jesucristo es el Único Dios Verdadero y de Verdad en una sociedad donde todas las religiones gozarán del derecho a no ser llamadas sectas, en pro del único objetivo social de la convivencia en tolerancia. Pero esta tolerancia es hacia el pecado, no hacia el individuo. Porque la verdadera intolerancia se halla en que el mundo modela patrones humanos y los impone mediante la manipulación ideológica, no permitiendo que el verdadero modelo o patrón diseñado por Dios, el Creador, pueda ser defendido.
Intelectuales abriendo camino hacia la extinción de la Ortodoxia Doctrinal.
El profesor Jorge Erdely Graham, Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Mary Hardyn-Baylor, Profesor de Teología con énfasis en Religiones Comparadas, y Escritor de varios libros entre los que destaca el Best-Seller “Pastores que Abusan”, y que actualmente realiza estudios de Doctorado en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Newport, California y es Director académico del Centro de Investigaciones del Instituto Cristiano de México, presentó su Ponencia sobre Sectas Destructivas, Definiciones y Metodología de Análisis en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en Ciudad de México, el 25 de septiembre de 1997 a las 6:00 p.m.. En ella ofrecía lo que él mismo llamó Una Alternativa Viable, expresándose al fin de la ponencia del modo siguiente:
“Retomando el punto acerca de la preocupación por promover un término neutral sin carga negativa, con el fin de disminuir la intolerancia que se genera al catalogar determinadas agrupaciones como sectas, el calificativo secta destructiva puede servir para distinguir a las organizaciones religiosas delictivas, indistintamente de su doctrina, de las que son vistas como heterodoxas en cuanto a creencias, pero que no constituyen un peligro para la sociedad. Nuevos Movimientos Religiosos para catalogar a los últimos y Sectas Destructivas para distinguir a los primeros puede ser una alternativa viable en el campo sociológico y médico, mientras que en el ámbito académico teológico se deben hacer puntualmente las distinciones.”
“La heterodoxia confesional no es equivalente a conducta antisocial o delictiva. Al usar una definición teológica es correcto aclarar siempre el enfoque religioso de dicha definición, sus propósitos y limitaciones.”
Estos son los vientos que soplan hoy. Se reduce a la mínima expresión a la Ortodoxia2 doctrinal, supeditándola a la, más que convivencia, “connivencia”3 de los líderes religiosos con la heterodoxia4 confesional, en pro de la aceptación tolerable basada en que ésta última no constituya un peligro para la sociedad. Paulatinamente se van acortando las distancias doctrinales que se basaban en la pureza original de las creencias. Ya carece de importancia la doctrina, solo importan las estructuras con el fin de llevarlas a su secularización.
Los intelectuales vendidos a (o engañados por) Satanás están elaborando las pautas de un complejísimo aparato ideológico mundial que instaurará lo que será la religión secular oficial del Nuevo Orden Mundial. Un invento diabólico por el que los hombres creerán en Dios, sirviendo al pecado, despojando de todo sentido al celo bíblico por la sana doctrina.
Esto nos lleva a plantearnos que, por antonomasia5, será declarada como peligrosa social toda creencia que abogue por la ortodoxia doctrinal. En este caso, ¿cómo se coloca el Cristianismo Verdadero?: LITERALMENTE PROSCRITO Y PERSEGUIDO.
Las religiones mayoritarias siguen un camino paralelo a los humanistas seculares.
Las noticias que nos llegan desde los diversos medios de comunicación hablan de ortodoxos, católicos, protestantes (y evangélicos), musulmanes y budistas que se sientan a la misma mesa:
· La Iglesia Anglicana se somete al Papa;
las diversas religiones con su origen en el Cristianismo se reconocen mutuamente sus diferentes fórmulas bautismales (incluso el bautismo antibíblico de los niños);
la Federación Luterana Mundial suscribe una declaración conjuntamente con la I.C.R. en la que aceptan que la salvación es por fe mediante las obras;
I.C.R. y Musulmanes se acercan cada vez más, mientras que muchos de los fieles católicos europeos simpatizan con, y abrazan, las doctrinas netamente Budistas;
Luteranos y Episcopales (rama mayoritaria de los Anglicanos) se fusionan en los E.E.U.U. de América, sin que se adopte un criterio único doctrinal, sino que se mantendrán los distintos credos y sacramentos diferentes de cada iglesia (no ha primado la Verdad, sino que se la ha relativizado).
Y todo ello desde principios de 1999 hasta mediados de septiembre. Una carrera imparable. Los veteranos que recuerdan la raíz de nuestras mutuas diferencias afirman que se trata solo de un acercamiento hacia el respeto y la convivencia pacífica hacia aquellos más alejados en el origen doctrinal, y que, en cuanto a los que entran dentro del cristianismo más amplio, se trata de un progreso hacia una declaración de mínimos que permita hacer realidad en un futuro próximo las exigencias del Evangelio, en cuanto a la premisa de la unidad universal o ecumenismo6. Pero aunque este papa de la I.C.R. advierta en contra del sincretismo religioso que supone el que católicos acepten y asimilen doctrinas budistas junto con las propias del catolicismo, y aunque los ortodoxos no se sometan todavía al obispo primado de Roma, y aunque todavía los luteranos no hayan afirmado que la salvación se alcanza por las obras, y aunque todavía los evangélicos no bauticemos a los recién nacidos, ¿cuánto tardaremos en ver hechas realidad éstas y otras cosas peores cuando desaparezcan los líderes actuales dejando a sus seguidores sumidos en una situación en la que todos se llaman literalmente “hermanos”?.
¡Estos líderes ya han sentado cátedra sobre la cuestión de fondo:
LO ÚNICO QUE LES IMPORTA ES LA PAZ DEL MUNDO, NO COMO DIOS LA DA, SINO COMO LA DA EL MUNDO; JUNTO CON OTRA PREMISA QUE NO ES LA DE LA UNIDAD DEL ESPÍRITU, SINO LA DE AUNAR UN PODER DIMANANTE DEL NÚMERO DE SEGUIDORES!. Esto no es unidad de fe, sino unificación aritmética con fines de señorío, o poder de este mundo.
Habiéndonos configurado una panorámica del actual momento histórico, en el cuál estamos advirtiendo la concentración mundial del poder político-económico, así como del religioso, con absoluta coincidencia con lo profetizado sobre la aparición del anticristo en la Biblia, veamos cómo debemos situarnos, a la luz de las Escrituras, respecto a todas estas cosas.
¿LE ES LÍCITO AL CRISTIANO MEZCLAR LO SANTO CON LO PROFANO?
LA GREY DE DIOS Y LA GREY DEL MUNDO -DOS CAMINOS; DOS DESTINOS-:
Aún el mismo Cristo de Dios que habría de rasgar el velo del templo con su sacrificio, para que ya no deba estar separado el pueblo del Lugar Santísimo, dijo: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las hoyen con sus patas, y volviéndose os despedacen.” (MAT. 7:6)
Cuando los cristianos se conforman al mundo, éste acaba por volverse en contra, después de pisotear la santa doctrina, despedazándoles, si es que antes no apostatan de la fe.
I. “Las naciones hablan de paz, mientras se preparan para la guerra”. (Herman Hesse)
El día de la batalla del Señor, grande y temible.
El mundo de hoy oye las cosas de Dios, pero no para aceptarlas o someterse a ellas, sino que en su corazón solo piensan en unirse contra Él, aunque hablen de “respeto” y “tolerancia” hacia nuestras creencias basadas en la Palabra de Dios revelada, pues en los hombres de estos postreros días se cumple la profecía de Sofonías: “Por tanto, esperadme - declara el Señor - hasta el día en que me levante como testigo, porque mi decisión es reunir a las naciones, juntar a los reinos, para derramar sobre ellos mi indignación, todo el ardor de mi ira; porque por el fuego de mi celo toda la tierra será consumida.” (SOF. 3:8.)
Encontramos referencias paralelas en cuanto a:
-Reunir las naciones: Joel 3:2; Zacarías 14:2.
-Juntar los reinos: Salmos 69:24, 79:6; Jeremías 10:25.
Según el significado del apelativo “nación”, los cristianos somos una descendencia o linaje, o nación santa; y según la significación del término “reino”, como estructura de poder y dominio, o hegemonía, los cristianos somos un reino. Y ambos términos se asocian a una circunscripción de mutua dependencia; es decir: pertenecemos a una tierra y nos pertenece una tierra; en otras palabras: somos herederos de la Tierra. Las otras religiones también son reinos y naciones que, según los citados pasajes paralelos de Sofonías 3:8, no conocen al Señor, ni invocan Su nombre, por lo cuál el fuego del celo del Señor los consumirá.
Exegéticamente, la Santa Escritura nos está advirtiendo, en un pasaje sin otro precedente bíblico, sino en éste del libro del profeta Sofonías, de que Dios va a permitir que se junten todas las religiones del Orbe, como ya dicen políticos y religiosos, en un “Novus Ordo Seclorum” (Nuevo Orden Mundial). En cuanto a la llamada “Globalización”, se refiere a la unificación de los mercados y las políticas económicas y sociales en el mundo. Los grandes bancos se unen, se unen las multinacionales, se unen las monedas, se unen las religiones, se unen las naciones en busca de un único reinado universal de poder político-económico-religioso, porque Dios decidió reunirlas y ya se está acercando el día de Su ira contra ellas.
II. ¿No podéis discernir las señales de los tiempos?
Algunos parecen no ver esta verdad bíblica, pero contra ellos se oye la voz del Maestro diciendo a las multitudes:
““Cuando veis una nube que se levanta en el poniente, al instante decís: “Viene un aguacero”, y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: “Va a hacer calor”, y así pasa. ¡Hipócritas! Sabéis examinar el aspecto de la tierra y del cielo; entonces, ¿por qué no examináis este tiempo presente?”. (LUC 12:54-56.)
Y a los fariseos y los saduceos que se acercaron a Jesús para ponerle a prueba, pidiéndole que les mostrara una señal del cielo, les respondió:
““Al caer la tarde decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo.” Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador.” ¿Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos? ““. (MAT 16:1-3)
Jesús está indicando que si el corazón es guiado por la justicia, podemos reconocer las señales de Dios sin que se precisen más pruebas que las que el Señor ya ha dado. No menospreciemos las profecías y reconozcamos este tiempo presente.
Según LBLA, en Lucas 17:20 nos dice: “Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, Jesús les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles”; mientras que en la RV’60 traduce: “El reino de Dios no vendrá con advertencia”. Por ello podemos entender que solo el libro de Sofonías hable de la Globalización con un sentido y propósito claros.
En el mismo libro de Lucas (21:29-32), nos dice:
“Y les refirió una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
Cuando ya brotan las hojas, al verlo, sabéis por vosotros mismos que el verano ya está cerca.
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios está cerca.
En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.”
La parábola nos habla de la “higuera”, la cuál es el pueblo de Israel; y de “todos los árboles”, los cuáles son todas las demás naciones reunidas en torno a Israel, en un mismo tiempo. Y éstas son palabras fieles que se cumplirán inexorablemente, como podemos apreciar en el énfasis de Jesús a continuación, en los versículos 33 al 36:
“El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
Estad alertas, no sea que vuestro corazón se cargue con disipación7 y embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel día venga súbitamente sobre vosotros como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
¿Quién es Cristiano, y cuál su origen?. ¿Cómo identificamos ambas cosas?
El cristianismo no se deriva de religión alguna, sino que es la única creencia cuyas raíces son genuinamente8 Divinas y del Dios Único, y todas las religiones son del diablo y de los hombres. No es por tanto Cristiano aquél cuya religión tiene un cierto origen, sino aquél cuya raíz doctrinal tiene su origen en la Palabra de Dios el Creador, cuyo linaje de su fe es el de Abraham, y cuyo linaje en el Espíritu es por adopción inmerecida mediante la fe en el Cristo de Dios resucitado. Por tanto, el origen de todo cristiano verdadero, está en Dios mismo, y no en un hombre o sistema humano de creencias, o aparato religioso, o institución humana, sino que éste es nacido del Espíritu Santo de Dios. “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al Hijo nacido de Él.” (1 JUAN 5:1). “Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.” (1PEDRO 1:23). JUAN 3:5: “Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.”
JUAN 3:6: “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”
Orígenes de la I.C.R.: Sincretismo del Cristianismo con el Imperio Romano de la mano del emperador Constantino, cuya religión era ya un sincretismo de las cosmogonías y ritos asimilados de las culturas de los pueblos conquistados por el Imperio.
Orígenes del Islam: Sincretismo propugnado por Mahoma de las tendencias religiosas de la región del Próximo Oriente, las cuales eran: los grupos monoteístas árabes (descendientes de la fe de Abraham), ismaelitas por su linaje; el judaísmo rabínico, del cuál tomó los preceptos y estatutos que el Dios de Isaac dió por su siervo Moisés al pueblo Hebreo; el cristianismo nestoriano o monofisita, herético por su concepto sobre la divinidad de Jesucristo; y el Zoroastrismo, el cuál es otra religión sincretista derivada de las mitologías de origen indoeuropeas en Irán.
Orígenes del Budismo: Sincretismo propugnado por Siddharta Gotama, conocido por el Budda (o el “despierto”), el cuál desarrolló su doctrina a partir de una supuesta “iluminación” alcanzada por medio de la práctica de las religiones búdicas anteriores y la meditación trascendental y el animismo, panteísmo e hinduísmo de su región asiática.
Y aún cuando algunos de los elegidos se extraviasen, teniendo un origen genuino, su extravío será por mezclarse con las cosas profanas.
El cristianismo no es una religión, sino una forma de vivir, un modo de conducta que concuerda con el carácter del Santo Creador de todas las cosas, revelado en la persona de su Hijo Jesucristo. Cristo no es contradictorio: “¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga?. (SAN 3:11.)
CRISTO ES INMEZCLABLE
DOCTRINA DE LA SEPARACIÓN BÍBLICA:
I. Separación bíblica de Israel.
Dios no dejó al pueblo de Israel que se mezclase con otras naciones, habiéndoles dado por medio de Moisés la ordenanza de conquistar la tierra prometida y de destruir sus ídolos: “Y el Señor tu Dios echará estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas rápidamente, no sea que las bestias del campo lleguen a ser demasiado numerosas para ti.”
“Pero el Señor tu Dios las entregará delante de ti, y producirá entre ellas gran confusión hasta que perezcan.”
“Y entregará en tus manos a sus reyes de modo que harás perecer sus nombres de debajo del cielo; ningún hombre podrá hacerte frente hasta que tú los hayas destruido.”
“Las esculturas de sus dioses quemarás a fuego; no codiciarás la plata o el oro que las recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación al Señor tu Dios.”
“Y no traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema como ella; ciertamente la aborrecerás y la abominarás, pues es anatema.”
“Todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, tendréis cuidado de ponerlos por obra, a fin de que viváis y os multipliquéis, y entréis y toméis posesión de la tierra que el Señor juró dar a vuestros padres.” (DEUT. 7:22-8:1)
Sin embargo, el SAL 106:34-36 nos habla de una ceremonia de arrepentimiento que presenta los constantes pecados cometidos por el pueblo de Israel contra su Esposo, en forma de idolatría, entendida como prostitución, fornicación, adulterio o infidelidad a Jehová:
“No destruyeron a los pueblos, como el Señor les había mandado, sino que se mezclaron con las naciones, aprendieron sus costumbres, y sirvieron a sus ídolos que se convirtieron en lazo para ellos.” (Ver Jue. 2:1-3; 3:5-6)
Y el Señor les respondió así: “En cuanto a vosotros, casa de Israel” - así dice el Señor Dios- “vaya cada uno a servir a sus ídolos; pero más tarde ciertamente me escucharéis y no profanaréis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos.” (EZE. 20:39.)
Separación bíblica de la Iglesia de Cristo.
Del mismo modo, el Señor nos dio a los Cristianos la comisión de “conquistar la tierra” mediante el poder y la potestad que Él ganó para nosotros de antemano, e igualmente no nos es lícito mezclarnos con aquellos que llamándose hermanos hacen las cosas del mundo: “En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales; no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo. Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis. Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro de la iglesia? Pero Dios juzga a los que están fuera. Expulsad de entre vosotros al malvado.” (1CO 5:9-13)
(EFE 5:5) “Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.”
Separación natural del orden físico y moral en la Creación, dado por cabeza al hombre.
Dios nos llama a la integridad, y así lo prescribió en LEV. 19:19 “Mis estatutos guardaréis. No ayuntarás dos clases distintas de tu ganado; no sembrarás tu campo con dos clases de semilla, ni te pondrás un vestido con mezcla de dos clases de material.”.
Este versículo pertenece al grupo de ordenanzas del Levítico que habla al pueblo de Israel sobre aquellas cosas cuya observancia le era necesaria para mantener su comunión con Dios con respecto al orden social para mantener sagrado el orden físico y moral del mundo, y la sección que le sucede de inmediato habla sobre el castigo contra la desobediencia. Según los comentaristas bíblicos, lo que Dios está diciendo aquí al pueblo es que aquellas cosas, que por creación estaban separadas, tenían que permanecer así. No se permitía el cruce de diversas clases de animales. No se podían sembrar juntas diversas clases de semilla. No se podía hacer un paño de mezcla de lino y lana. Los versículos paralelos del libro de Deuteronomio, cap. 22, vers. 9 al 11 nos hablan así:
“No sembrarás tu viña con dos clases de semilla, no sea que todo el fruto de la semilla que hayas sembrado y el producto de la viña queden inservibles.”
“No ararás con buey y asno juntos.”
“No vestirás ropa de material mezclado de lana y lino.”
Aparte del hecho de que algunos ritos mágicos antiguos empleaban la mezcla de elementos distintos, por el contexto en el que se hallan éstos estatutos se puede entender claramente que el objetivo es inculcar en el pueblo elegido una costumbre que llevase al interior del corazón una señal del exterior por el uso práctico; es decir, aunque nos hable de cosas materiales, se sobreentiende el contenido espiritual de los elementos tomados por Dios:
· No ayuntar dos clases de animales domésticos habla de la pureza del linaje, reflejada aún en los animales sojuzgados en la casa de Israel.
No arar con asno y buey juntamente nos habla de la necesidad de no hacer un uso impropio o abusivo, ni que se expusiese a degeneración o a mal a las criaturas o las cosas que Dios entregaba en mano de sus escogidos.
Y de tal modo, no hacer mezclas de semillas en la siembra, confiriere un orden de pureza original a los frutos del pueblo santo. Hasta aquí, todo esto constituye un anuncio de restauración de la Tierra por medio del pueblo elegido, al que se le dio conservar la raíz pura de las cosas creadas y que en su simiente fueran restauradas todas las cosas.
Pero el no hacer vestidos de lana y de lino nos habla del hombre santo mismo, al cuál no le es lícito revestirse de identidades cuyos orígenes sean tan dispares como la contraposición animal-vegetal (lana-lino), cuyas naturalezas deben permanecer diferenciadas y separadas. De igual modo, el hombre santo no debe vestirse de luz y tinieblas; esto es: debe permanecer en santo orden moral, desde el interior de su mente o corazón, pues de él emanan las acciones y las palabras (ya sean malas o buenas) que son la verdadera vestidura, la imagen, el testimonio, la apariencia, lo que los hombres ven, el reflejo exterior de la integridad, sencillez y humildad interior.
Por causa de Aquél que ordena que las cosas permanezcan íntegras en la naturaleza con que Dios las creó, debemos mantenernos separados de aquellos cuyo fin es el extravío: “Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo.” (COL 2:8)
Dios nos manda integridad. El cristiano ha de ser de una pieza, sin doblez ni sombra de mudanza, sin mezcla con los principios elementales del mundo.
I. Separación bíblica de la Iglesia y el Estado.
La iglesia de Dios, cuyo fundamento es Jesucristo de Nazaret, no debe constituirse en un reino distinto de Aquél que es su Rey: “Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí.” (JUAN 18:36). Y Él mismo enseñó a los discípulos que orasen así: “Y El les dijo: Cuando oréis, decid: ““Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.”” (LUCAS 11:2). Se aprecia claramente en los evangelios que aún no se ha instaurado el reino de Dios y su Mesías en la tierra, por cuanto Cristo lo anunciaba diciendo que con Él se había acercado el reino a los hombres, no que hubiese venido.
La iglesia, como Cuerpo, no puede ejercer señorío, o poder político, por cuanto a ésta no se le insta a la conquista del mundo por medios mundanos o temporales, sino que se aprecia en todo el Nuevo Testamento una separación escrupulosa entre las autoridades y la Iglesia, siendo el mismo Jesús el que estableció la diferencia:
“Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.
Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será siervo de todos.
Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (MARCOS 10:42-45) (Y Mateo 20:25, y Lucas 22:25.)
Así mismo, nuestro reino tampoco es de este mundo: “Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas; y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.” (LUC 22:30).
Dios mismo pone a las autoridades gobernantes sobre la tierra, según nos dice Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas.” (ROMANOS 13:1). Aunque algunos no entiendan que el soberano Rey de reyes pueda poner autoridades malignas, lo cierto es que Dios hace que se cumpla su Palabra, y Él no debe rendir cuentas a los hombres: “Si Él arrebatara algo, ¿quién le estorbaría? Quién podrá decirle: ““¿Qué haces?””. (JOB 9:12).
Por todo ello, Dios ha decretado que el señorío de la Iglesia y de su Rey no sea para este tiempo. Este es el tiempo en que gobierna el príncipe de las tinieblas (Hechos 26:18), y toda la Palabra de Dios se ha de cumplir, y no podemos persuadirnos de que el mundo llegue a convertirse en el reino de paz, antes de que Dios remueva todas las cosas.
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor!
Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.
Por tanto, amados, puesto que aguardáis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por Él en paz, sin mancha e irreprensibles.” (2 PEDRO 3:10-14).
Los que esperamos “nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia”, debemos estar apercibidos de las señales que acompañan a “la venida del día de Dios”, y procurando diligentemente “ser hallados por Él en paz, sin mancha e irreprensibles”, sin juntar lo que Dios separó.
CONCLUSIÓN
PRINCIPIOS BÍBLICOS FUNDAMENTALES CONTRARIOS AL ECUMENISMO:
1. No nos es lícito cooperar en las causas de aquellas personas que persiguen propósitos contrarios a Dios.
II Crónicas 19.2:
“Y salió a su encuentro el vidente Jehú, hijo de Hananí, y dijo al rey Josafat: ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al Señor, y con esto traer sobre ti la ira del Señor?”
Debemos apartarnos de los que contradicen el único y verdadero evangelio.
Gálatas 1. 6-9:
“Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema.
Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema.”
Debemos probar los fundamentos teológicos de los que intenten unirse a nosotros antes de mezclarnos con ellos en propósitos o asuntos espirituales.
I Juan 4.1:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.”
No debemos aliarnos con los que no creen, o en algún modo niegan o tuercen la sana doctrina.
II Corintios 6.14:
“No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?”
No debemos enfatizar la unidad con los que de algún modo no comparten los fundamentos de nuestra fe, a expensas de la pureza doctrinal, sino más bien hemos de contender con ellos.
Judas 3:
“Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.”
Hemos de separarnos de aquellos con apariencia de piedad, pero que no siguen la sana doctrina.
II Timoteo 3.5:
“Teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder; a los tales evita.”
No debemos alentar o dar cooperación a las personas cuya doctrina no es sana.
II Juan 10,11:
“Si alguno viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no le recibáis en casa, ni le saludéis, pues el que le saluda participa en sus malas obras.”
Dios tiene pueblo en muchos lugares, y no creo que la Iglesia Católica, ni la Iglesia Evangélica salve, sino solo la genuina fe en Jesucristo, cuando nacemos de nuevo, del agua y del Espíritu Santo. Por tanto, no es mi deseo que los hombres cambien de religión, sino que estén en el lugar correcto, para que sean hallados aprobados por Cristo en Su venida. No estoy con ninguna organización, si se aparta del Camino, pero estoy con todos los que no se apartan.
Existen dos reinos: el de luz y el de tinieblas; y si no estás en uno, estás en otro. Después de todo, Jesucristo no fundó organización alguna, y fué Él quien dijo:
“El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.” (LUCAS 11:23)
“Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía.
Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí.
Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está.
Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa.
Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.” (MAR. 9:38-42.)
Estos textos deben traer mucho temor de Dios al corazón, pues no hemos de ser de tropiezo al que cree; pero aquí vemos en la Biblia que Jesús no tiene denominación, ni religión, ni organización humana, sino que las hemos hecho nosotros los hombres. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que si juntamos todas esas organizaciones humanas no hemos resuelto el problema, pues no habremos conseguido la unidad de Espíritu en un solo Cuerpo de Jesucristo, sino que habremos creado un aparato monstruoso cuyo poder mundano ofrecerá un catastrófico soporte a los políticos gobernantes de la tierra. Y ésto está profetizado: ocurrirá indefectiblemente, porque es Palabra de Dios. La Biblia habla en innumerables ocasiones al pueblo de Dios, diciendo: “mirad que nadie os engañe”.
Estamos entre los evangélicos, pero nuestro compromiso es solo con la Verdad; y si alguno está comprometido con Jesucristo, el cuál es la Verdad, nosotros hemos de estar comprometidos también con él, y no me importa que esté entre católicos, o solo. Permanezcamos fieles Al que nos llamó a Su luz admirable.
“Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención.” (Lucas 21:28.)
ANGEL ALCARRIA
Diccionario:
1 Secularización: Volver mundano lo que es eclesiástico o perteneciente al culto al Dios Único y Creador.
2 Ortodoxia.- Conformidad con la doctrina fundamental de cualquier religión, secta o sistema. Rectitud dogmática o conformidad con el dogma.
3 Connivencia.- Confabulación o tolerancia del superior acerca de las transgresiones del subordinado.
4 Heterodoxia.- Disconformidad con la doctrina fundamental de cualquier religión, secta o sistema. Falta de rectitud dogmática o disconformidad con el dogma.
5 Por antonomasia.- m. adv. que, además de su significación propia, se usa para denotar que a una persona o cosa le conviene el nombre apelativo con que se la designa, con preferencia a todos los demás a quienes el dicho nombre comprende. Por ende, Ortodoxo cristiano = proscrito, perseguido.
6 Ecumenismo.- Desde 1846, y sobre todo la primera década del siglo XIX, el protestantismo fijó su objetivo en la unión de las Iglesias Cristianas, buscando que se conozcan entre sí, dialoguen y logren acuerdos teológicos y prácticos.
7 Disipación: Conducta de la persona entregada enteramente a la vida licenciosa.
8 Genuino.- Puro, propio, natural, legítimo (referido a pertenencia legal por herencia u originalidad de la ascendiente), cierto y verdadero en cualquier línea.
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© 2000 Ángel Alcarria
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Si existe tal doctrina, veremos si aún sigue vigente, y veremos cómo el movimiento opuesto, o su antítesis, es el denominado ecumenismo.
Comencemos por decir que la I.C.R. surge de una proposición política del Imperio Romano a la Iglesia de Cristo, para constituirla en órgano de religión oficial del estado. La iglesia fijó sus miras, más que en la conveniencia espiritual, en la posibilidad de evitar la terrible persecución a la que implacablemente se hallaba expuesta. Y esto, junto al pujante deseo de la iglesia en Roma de constituirse en el centro de los dictados doctrinales de toda la Iglesia Universal, favoreció la corrupción de sus estructuras y la adulteración de su doctrina.
CRISTIANISMO PROSCRITO:
I. Algunas consideraciones sobre las persecuciones a los cristianos:
¿Le es posible al Cristianismo no padecer persecución en algún momento de la Historia?. Según las Sagradas Escrituras, no es posible, pues afirman: “Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.” (2 TIM. 3:12)
Esta afirmación del apóstol Pablo es absoluta, sin parcialidad: es para todo cristiano y en todo tiempo, pues usa el tiempo presente con una consecuencia futura, dándole a la oración una vigencia permanente. Y de este modo, solo nos deja dos opciones: o vivimos piadosamente en Cristo Jesús, y seremos proscritos; o no viviremos piadosamente en Cristo Jesús, sino que buscaremos agradar a los hombres, hasta convertirnos en apóstatas.
Rebuscando en toda la Historia, podemos confirmar que el cristiano verdadero siempre ha padecido persecución por la justicia, salvo el caso expuesto en el que la iglesia se institucionaliza y sirve a los poderes políticos, abandonando la búsqueda del reino de Dios y su justicia. Entonces, cabe que nos preguntemos, ¿hoy no somos perseguidos?, ¿hay verdadera libertad religiosa, o se está preparando la apostasía en medio de la iglesia, de modo que ésta no sabe ver cómo la serpiente antigua está volviendo a engullirla, y por eso nos sentimos libres, y no perseguidos?. ¿No nos estarán engañando, creando un falso modelo de libertad religiosa (un sucedáneo), de manera que los que no aceptemos ése modelo seamos acusados de estar contra Dios y los hombres?. Si es así, veamos cómo funciona el engaño actual para poder estar apercibidos de los peligros que nos acechan.
¿Son las sectas el mayor peligro para la conservación de la sana doctrina entre el pueblo de Dios?
Diccionario en mano, la definición de secta tiene una acepción que define el término como un grupo religioso minoritario; pero la definición más temida del vocablo es aquella que describe a ciertos grupos religiosos como un conjunto de peculiaridades de sus líderes y sus doctrinas que la convierten en un apelativo de alerta como cosa peligrosa.
No obstante, cualquiera entablaría una lid dialéctica contra el que pretendiese argumentar que los grupos religiosos minoritarios, denominados por ello sectas, no son las verdaderas organizaciones que entrañan un certero peligro para la sana doctrina religiosa. Curiosamente, aquellas religiones influyentes, de arraigado e histórico fundamento, cuya filiación es mayoritaria en el mundo, éstas son las que ofrecen un verdadero peligro. Como evangélico celoso de la sana doctrina, siento la necesidad de estar apercibido de la evolución de las diferentes denominaciones evangélicas, ya que milito en una de ellas.
¿Cuál es el propósito de las persecuciones religiosas?
¿Una nueva forma de persecución?
La I.C.R., el Protestantismo (y entre ellos las diferentes denominaciones evangélicas), el Budismo y el Islamismo, como religiones dominantes, ¿no serán éstas las religiones que llegarán a convertirse en amenaza para la sana doctrina del Cristianismo Verdadero?. ¿Cómo, pues, se cumplirían las palabras del Maestro con las que nos advierte de que miremos que nadie nos engañe?: “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aún a los escogidos.” (MAT 24:24). Jesús estaba diciendo con ello que estarían entre nosotros, sin ser de los nuestros.
Testigos de Jehová, Adventismo, Mormonismo (y otros grupos sectarios aún menos influyentes) no son una amenaza, a largo plazo, para el Cristianismo Verdadero. Si observamos atentamente los acontecimientos que se están desarrollando en todo el mundo, hoy en día, en torno a las religiones mayoritarias, las cuáles no son tenidas como sectas, veremos cómo serán estas religiones las que ahogarán el Cristianismo Verdadero.
La secularización como religión: instrumento destructor de la Verdad usado por los humanistas.
En una sociedad que se halla cada vez más secularizada, se identifica más la idea de secta con organizaciones que constituyen una defensa de lo que sería la Conducta Antisocial. En este contexto, sociólogos, psicólogos clínicos y médicos especialistas han aportado al campo del conocimiento científico definiciones académicas de lo que constituye o no una secta, acompañados de criterios rigurosos para su clasificación, porque la tendencia hoy es la de diferenciar a éstos de aquellos cuya motivación está dentro de la clasificación de Disidencia Ideológica. Los ideólogos sociales nos educan, orientándonos a la aceptación igualitaria de toda creencia religiosa como algo válido, cuya verdad es de identidad personal y opcional.
Esto comporta que la tendencia social ya se haya marcado hacia la extinción de la diferenciación de creencias religiosas. He ahí la gran secularización1. Por ello, a los que deseamos seguir la Verdadera Verdad, no debería preocuparnos el ingrediente de la Conducta Antisocial (o la peligrosidad social), pues ya se ocupa de ello el sector secular de la sociedad, el cuál es mayoritario. Sin embargo, ¿qué ocurrirá con la Verdad, como término de valores absolutos?. La Verdad Absoluta, tanto para los filósofos seculares como para los religiosos, está siempre asociada, por definición, a la idea de un Ser Supremo.
Conducta Antisocial del Cristianismo Verdadero.
En efecto, para los cristianos, la Verdad es una persona: Jesucristo, no un concepto. La verdad, como concepto filosófico tiene más de 1000 definiciones diferentes bien clasificadas. El creciente secularismo social ha hecho de la definición Verdad Absoluta algo solo existente en el lenguaje cristiano, pues el relativismo filosófico comúnmente aceptado ha dado al término una dimensión de intolerancia irracional. Luego es fácil entender que existe una lucha creciente por llegar a declarar al Cristianismo Verdadero como intolerante, y, consiguientemente, antisocial. De hecho, si el mundo actual no nos tachase de intolerantes y antisociales, cabría decir que deberíamos revisar nuestra teología y fidelidad al que nos salvó.
Constituye una Conducta Antisocial afirmar que Jesucristo es el Único Dios Verdadero y de Verdad en una sociedad donde todas las religiones gozarán del derecho a no ser llamadas sectas, en pro del único objetivo social de la convivencia en tolerancia. Pero esta tolerancia es hacia el pecado, no hacia el individuo. Porque la verdadera intolerancia se halla en que el mundo modela patrones humanos y los impone mediante la manipulación ideológica, no permitiendo que el verdadero modelo o patrón diseñado por Dios, el Creador, pueda ser defendido.
Intelectuales abriendo camino hacia la extinción de la Ortodoxia Doctrinal.
El profesor Jorge Erdely Graham, Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Mary Hardyn-Baylor, Profesor de Teología con énfasis en Religiones Comparadas, y Escritor de varios libros entre los que destaca el Best-Seller “Pastores que Abusan”, y que actualmente realiza estudios de Doctorado en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Newport, California y es Director académico del Centro de Investigaciones del Instituto Cristiano de México, presentó su Ponencia sobre Sectas Destructivas, Definiciones y Metodología de Análisis en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en Ciudad de México, el 25 de septiembre de 1997 a las 6:00 p.m.. En ella ofrecía lo que él mismo llamó Una Alternativa Viable, expresándose al fin de la ponencia del modo siguiente:
“Retomando el punto acerca de la preocupación por promover un término neutral sin carga negativa, con el fin de disminuir la intolerancia que se genera al catalogar determinadas agrupaciones como sectas, el calificativo secta destructiva puede servir para distinguir a las organizaciones religiosas delictivas, indistintamente de su doctrina, de las que son vistas como heterodoxas en cuanto a creencias, pero que no constituyen un peligro para la sociedad. Nuevos Movimientos Religiosos para catalogar a los últimos y Sectas Destructivas para distinguir a los primeros puede ser una alternativa viable en el campo sociológico y médico, mientras que en el ámbito académico teológico se deben hacer puntualmente las distinciones.”
“La heterodoxia confesional no es equivalente a conducta antisocial o delictiva. Al usar una definición teológica es correcto aclarar siempre el enfoque religioso de dicha definición, sus propósitos y limitaciones.”
Estos son los vientos que soplan hoy. Se reduce a la mínima expresión a la Ortodoxia2 doctrinal, supeditándola a la, más que convivencia, “connivencia”3 de los líderes religiosos con la heterodoxia4 confesional, en pro de la aceptación tolerable basada en que ésta última no constituya un peligro para la sociedad. Paulatinamente se van acortando las distancias doctrinales que se basaban en la pureza original de las creencias. Ya carece de importancia la doctrina, solo importan las estructuras con el fin de llevarlas a su secularización.
Los intelectuales vendidos a (o engañados por) Satanás están elaborando las pautas de un complejísimo aparato ideológico mundial que instaurará lo que será la religión secular oficial del Nuevo Orden Mundial. Un invento diabólico por el que los hombres creerán en Dios, sirviendo al pecado, despojando de todo sentido al celo bíblico por la sana doctrina.
Esto nos lleva a plantearnos que, por antonomasia5, será declarada como peligrosa social toda creencia que abogue por la ortodoxia doctrinal. En este caso, ¿cómo se coloca el Cristianismo Verdadero?: LITERALMENTE PROSCRITO Y PERSEGUIDO.
Las religiones mayoritarias siguen un camino paralelo a los humanistas seculares.
Las noticias que nos llegan desde los diversos medios de comunicación hablan de ortodoxos, católicos, protestantes (y evangélicos), musulmanes y budistas que se sientan a la misma mesa:
· La Iglesia Anglicana se somete al Papa;
las diversas religiones con su origen en el Cristianismo se reconocen mutuamente sus diferentes fórmulas bautismales (incluso el bautismo antibíblico de los niños);
la Federación Luterana Mundial suscribe una declaración conjuntamente con la I.C.R. en la que aceptan que la salvación es por fe mediante las obras;
I.C.R. y Musulmanes se acercan cada vez más, mientras que muchos de los fieles católicos europeos simpatizan con, y abrazan, las doctrinas netamente Budistas;
Luteranos y Episcopales (rama mayoritaria de los Anglicanos) se fusionan en los E.E.U.U. de América, sin que se adopte un criterio único doctrinal, sino que se mantendrán los distintos credos y sacramentos diferentes de cada iglesia (no ha primado la Verdad, sino que se la ha relativizado).
Y todo ello desde principios de 1999 hasta mediados de septiembre. Una carrera imparable. Los veteranos que recuerdan la raíz de nuestras mutuas diferencias afirman que se trata solo de un acercamiento hacia el respeto y la convivencia pacífica hacia aquellos más alejados en el origen doctrinal, y que, en cuanto a los que entran dentro del cristianismo más amplio, se trata de un progreso hacia una declaración de mínimos que permita hacer realidad en un futuro próximo las exigencias del Evangelio, en cuanto a la premisa de la unidad universal o ecumenismo6. Pero aunque este papa de la I.C.R. advierta en contra del sincretismo religioso que supone el que católicos acepten y asimilen doctrinas budistas junto con las propias del catolicismo, y aunque los ortodoxos no se sometan todavía al obispo primado de Roma, y aunque todavía los luteranos no hayan afirmado que la salvación se alcanza por las obras, y aunque todavía los evangélicos no bauticemos a los recién nacidos, ¿cuánto tardaremos en ver hechas realidad éstas y otras cosas peores cuando desaparezcan los líderes actuales dejando a sus seguidores sumidos en una situación en la que todos se llaman literalmente “hermanos”?.
¡Estos líderes ya han sentado cátedra sobre la cuestión de fondo:
LO ÚNICO QUE LES IMPORTA ES LA PAZ DEL MUNDO, NO COMO DIOS LA DA, SINO COMO LA DA EL MUNDO; JUNTO CON OTRA PREMISA QUE NO ES LA DE LA UNIDAD DEL ESPÍRITU, SINO LA DE AUNAR UN PODER DIMANANTE DEL NÚMERO DE SEGUIDORES!. Esto no es unidad de fe, sino unificación aritmética con fines de señorío, o poder de este mundo.
Habiéndonos configurado una panorámica del actual momento histórico, en el cuál estamos advirtiendo la concentración mundial del poder político-económico, así como del religioso, con absoluta coincidencia con lo profetizado sobre la aparición del anticristo en la Biblia, veamos cómo debemos situarnos, a la luz de las Escrituras, respecto a todas estas cosas.
¿LE ES LÍCITO AL CRISTIANO MEZCLAR LO SANTO CON LO PROFANO?
LA GREY DE DIOS Y LA GREY DEL MUNDO -DOS CAMINOS; DOS DESTINOS-:
Aún el mismo Cristo de Dios que habría de rasgar el velo del templo con su sacrificio, para que ya no deba estar separado el pueblo del Lugar Santísimo, dijo: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las hoyen con sus patas, y volviéndose os despedacen.” (MAT. 7:6)
Cuando los cristianos se conforman al mundo, éste acaba por volverse en contra, después de pisotear la santa doctrina, despedazándoles, si es que antes no apostatan de la fe.
I. “Las naciones hablan de paz, mientras se preparan para la guerra”. (Herman Hesse)
El día de la batalla del Señor, grande y temible.
El mundo de hoy oye las cosas de Dios, pero no para aceptarlas o someterse a ellas, sino que en su corazón solo piensan en unirse contra Él, aunque hablen de “respeto” y “tolerancia” hacia nuestras creencias basadas en la Palabra de Dios revelada, pues en los hombres de estos postreros días se cumple la profecía de Sofonías: “Por tanto, esperadme - declara el Señor - hasta el día en que me levante como testigo, porque mi decisión es reunir a las naciones, juntar a los reinos, para derramar sobre ellos mi indignación, todo el ardor de mi ira; porque por el fuego de mi celo toda la tierra será consumida.” (SOF. 3:8.)
Encontramos referencias paralelas en cuanto a:
-Reunir las naciones: Joel 3:2; Zacarías 14:2.
-Juntar los reinos: Salmos 69:24, 79:6; Jeremías 10:25.
Según el significado del apelativo “nación”, los cristianos somos una descendencia o linaje, o nación santa; y según la significación del término “reino”, como estructura de poder y dominio, o hegemonía, los cristianos somos un reino. Y ambos términos se asocian a una circunscripción de mutua dependencia; es decir: pertenecemos a una tierra y nos pertenece una tierra; en otras palabras: somos herederos de la Tierra. Las otras religiones también son reinos y naciones que, según los citados pasajes paralelos de Sofonías 3:8, no conocen al Señor, ni invocan Su nombre, por lo cuál el fuego del celo del Señor los consumirá.
Exegéticamente, la Santa Escritura nos está advirtiendo, en un pasaje sin otro precedente bíblico, sino en éste del libro del profeta Sofonías, de que Dios va a permitir que se junten todas las religiones del Orbe, como ya dicen políticos y religiosos, en un “Novus Ordo Seclorum” (Nuevo Orden Mundial). En cuanto a la llamada “Globalización”, se refiere a la unificación de los mercados y las políticas económicas y sociales en el mundo. Los grandes bancos se unen, se unen las multinacionales, se unen las monedas, se unen las religiones, se unen las naciones en busca de un único reinado universal de poder político-económico-religioso, porque Dios decidió reunirlas y ya se está acercando el día de Su ira contra ellas.
II. ¿No podéis discernir las señales de los tiempos?
Algunos parecen no ver esta verdad bíblica, pero contra ellos se oye la voz del Maestro diciendo a las multitudes:
““Cuando veis una nube que se levanta en el poniente, al instante decís: “Viene un aguacero”, y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, decís: “Va a hacer calor”, y así pasa. ¡Hipócritas! Sabéis examinar el aspecto de la tierra y del cielo; entonces, ¿por qué no examináis este tiempo presente?”. (LUC 12:54-56.)
Y a los fariseos y los saduceos que se acercaron a Jesús para ponerle a prueba, pidiéndole que les mostrara una señal del cielo, les respondió:
““Al caer la tarde decís: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo.” Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador.” ¿Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos? ““. (MAT 16:1-3)
Jesús está indicando que si el corazón es guiado por la justicia, podemos reconocer las señales de Dios sin que se precisen más pruebas que las que el Señor ya ha dado. No menospreciemos las profecías y reconozcamos este tiempo presente.
Según LBLA, en Lucas 17:20 nos dice: “Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, Jesús les respondió, y dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles”; mientras que en la RV’60 traduce: “El reino de Dios no vendrá con advertencia”. Por ello podemos entender que solo el libro de Sofonías hable de la Globalización con un sentido y propósito claros.
En el mismo libro de Lucas (21:29-32), nos dice:
“Y les refirió una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
Cuando ya brotan las hojas, al verlo, sabéis por vosotros mismos que el verano ya está cerca.
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios está cerca.
En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.”
La parábola nos habla de la “higuera”, la cuál es el pueblo de Israel; y de “todos los árboles”, los cuáles son todas las demás naciones reunidas en torno a Israel, en un mismo tiempo. Y éstas son palabras fieles que se cumplirán inexorablemente, como podemos apreciar en el énfasis de Jesús a continuación, en los versículos 33 al 36:
“El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
Estad alertas, no sea que vuestro corazón se cargue con disipación7 y embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel día venga súbitamente sobre vosotros como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
¿Quién es Cristiano, y cuál su origen?. ¿Cómo identificamos ambas cosas?
El cristianismo no se deriva de religión alguna, sino que es la única creencia cuyas raíces son genuinamente8 Divinas y del Dios Único, y todas las religiones son del diablo y de los hombres. No es por tanto Cristiano aquél cuya religión tiene un cierto origen, sino aquél cuya raíz doctrinal tiene su origen en la Palabra de Dios el Creador, cuyo linaje de su fe es el de Abraham, y cuyo linaje en el Espíritu es por adopción inmerecida mediante la fe en el Cristo de Dios resucitado. Por tanto, el origen de todo cristiano verdadero, está en Dios mismo, y no en un hombre o sistema humano de creencias, o aparato religioso, o institución humana, sino que éste es nacido del Espíritu Santo de Dios. “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al Hijo nacido de Él.” (1 JUAN 5:1). “Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.” (1PEDRO 1:23). JUAN 3:5: “Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.”
JUAN 3:6: “Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”
Orígenes de la I.C.R.: Sincretismo del Cristianismo con el Imperio Romano de la mano del emperador Constantino, cuya religión era ya un sincretismo de las cosmogonías y ritos asimilados de las culturas de los pueblos conquistados por el Imperio.
Orígenes del Islam: Sincretismo propugnado por Mahoma de las tendencias religiosas de la región del Próximo Oriente, las cuales eran: los grupos monoteístas árabes (descendientes de la fe de Abraham), ismaelitas por su linaje; el judaísmo rabínico, del cuál tomó los preceptos y estatutos que el Dios de Isaac dió por su siervo Moisés al pueblo Hebreo; el cristianismo nestoriano o monofisita, herético por su concepto sobre la divinidad de Jesucristo; y el Zoroastrismo, el cuál es otra religión sincretista derivada de las mitologías de origen indoeuropeas en Irán.
Orígenes del Budismo: Sincretismo propugnado por Siddharta Gotama, conocido por el Budda (o el “despierto”), el cuál desarrolló su doctrina a partir de una supuesta “iluminación” alcanzada por medio de la práctica de las religiones búdicas anteriores y la meditación trascendental y el animismo, panteísmo e hinduísmo de su región asiática.
Y aún cuando algunos de los elegidos se extraviasen, teniendo un origen genuino, su extravío será por mezclarse con las cosas profanas.
El cristianismo no es una religión, sino una forma de vivir, un modo de conducta que concuerda con el carácter del Santo Creador de todas las cosas, revelado en la persona de su Hijo Jesucristo. Cristo no es contradictorio: “¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga?. (SAN 3:11.)
CRISTO ES INMEZCLABLE
DOCTRINA DE LA SEPARACIÓN BÍBLICA:
I. Separación bíblica de Israel.
Dios no dejó al pueblo de Israel que se mezclase con otras naciones, habiéndoles dado por medio de Moisés la ordenanza de conquistar la tierra prometida y de destruir sus ídolos: “Y el Señor tu Dios echará estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas rápidamente, no sea que las bestias del campo lleguen a ser demasiado numerosas para ti.”
“Pero el Señor tu Dios las entregará delante de ti, y producirá entre ellas gran confusión hasta que perezcan.”
“Y entregará en tus manos a sus reyes de modo que harás perecer sus nombres de debajo del cielo; ningún hombre podrá hacerte frente hasta que tú los hayas destruido.”
“Las esculturas de sus dioses quemarás a fuego; no codiciarás la plata o el oro que las recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación al Señor tu Dios.”
“Y no traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema como ella; ciertamente la aborrecerás y la abominarás, pues es anatema.”
“Todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, tendréis cuidado de ponerlos por obra, a fin de que viváis y os multipliquéis, y entréis y toméis posesión de la tierra que el Señor juró dar a vuestros padres.” (DEUT. 7:22-8:1)
Sin embargo, el SAL 106:34-36 nos habla de una ceremonia de arrepentimiento que presenta los constantes pecados cometidos por el pueblo de Israel contra su Esposo, en forma de idolatría, entendida como prostitución, fornicación, adulterio o infidelidad a Jehová:
“No destruyeron a los pueblos, como el Señor les había mandado, sino que se mezclaron con las naciones, aprendieron sus costumbres, y sirvieron a sus ídolos que se convirtieron en lazo para ellos.” (Ver Jue. 2:1-3; 3:5-6)
Y el Señor les respondió así: “En cuanto a vosotros, casa de Israel” - así dice el Señor Dios- “vaya cada uno a servir a sus ídolos; pero más tarde ciertamente me escucharéis y no profanaréis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos.” (EZE. 20:39.)
Separación bíblica de la Iglesia de Cristo.
Del mismo modo, el Señor nos dio a los Cristianos la comisión de “conquistar la tierra” mediante el poder y la potestad que Él ganó para nosotros de antemano, e igualmente no nos es lícito mezclarnos con aquellos que llamándose hermanos hacen las cosas del mundo: “En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales; no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo. Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis. Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro de la iglesia? Pero Dios juzga a los que están fuera. Expulsad de entre vosotros al malvado.” (1CO 5:9-13)
(EFE 5:5) “Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.”
Separación natural del orden físico y moral en la Creación, dado por cabeza al hombre.
Dios nos llama a la integridad, y así lo prescribió en LEV. 19:19 “Mis estatutos guardaréis. No ayuntarás dos clases distintas de tu ganado; no sembrarás tu campo con dos clases de semilla, ni te pondrás un vestido con mezcla de dos clases de material.”.
Este versículo pertenece al grupo de ordenanzas del Levítico que habla al pueblo de Israel sobre aquellas cosas cuya observancia le era necesaria para mantener su comunión con Dios con respecto al orden social para mantener sagrado el orden físico y moral del mundo, y la sección que le sucede de inmediato habla sobre el castigo contra la desobediencia. Según los comentaristas bíblicos, lo que Dios está diciendo aquí al pueblo es que aquellas cosas, que por creación estaban separadas, tenían que permanecer así. No se permitía el cruce de diversas clases de animales. No se podían sembrar juntas diversas clases de semilla. No se podía hacer un paño de mezcla de lino y lana. Los versículos paralelos del libro de Deuteronomio, cap. 22, vers. 9 al 11 nos hablan así:
“No sembrarás tu viña con dos clases de semilla, no sea que todo el fruto de la semilla que hayas sembrado y el producto de la viña queden inservibles.”
“No ararás con buey y asno juntos.”
“No vestirás ropa de material mezclado de lana y lino.”
Aparte del hecho de que algunos ritos mágicos antiguos empleaban la mezcla de elementos distintos, por el contexto en el que se hallan éstos estatutos se puede entender claramente que el objetivo es inculcar en el pueblo elegido una costumbre que llevase al interior del corazón una señal del exterior por el uso práctico; es decir, aunque nos hable de cosas materiales, se sobreentiende el contenido espiritual de los elementos tomados por Dios:
· No ayuntar dos clases de animales domésticos habla de la pureza del linaje, reflejada aún en los animales sojuzgados en la casa de Israel.
No arar con asno y buey juntamente nos habla de la necesidad de no hacer un uso impropio o abusivo, ni que se expusiese a degeneración o a mal a las criaturas o las cosas que Dios entregaba en mano de sus escogidos.
Y de tal modo, no hacer mezclas de semillas en la siembra, confiriere un orden de pureza original a los frutos del pueblo santo. Hasta aquí, todo esto constituye un anuncio de restauración de la Tierra por medio del pueblo elegido, al que se le dio conservar la raíz pura de las cosas creadas y que en su simiente fueran restauradas todas las cosas.
Pero el no hacer vestidos de lana y de lino nos habla del hombre santo mismo, al cuál no le es lícito revestirse de identidades cuyos orígenes sean tan dispares como la contraposición animal-vegetal (lana-lino), cuyas naturalezas deben permanecer diferenciadas y separadas. De igual modo, el hombre santo no debe vestirse de luz y tinieblas; esto es: debe permanecer en santo orden moral, desde el interior de su mente o corazón, pues de él emanan las acciones y las palabras (ya sean malas o buenas) que son la verdadera vestidura, la imagen, el testimonio, la apariencia, lo que los hombres ven, el reflejo exterior de la integridad, sencillez y humildad interior.
Por causa de Aquél que ordena que las cosas permanezcan íntegras en la naturaleza con que Dios las creó, debemos mantenernos separados de aquellos cuyo fin es el extravío: “Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo.” (COL 2:8)
Dios nos manda integridad. El cristiano ha de ser de una pieza, sin doblez ni sombra de mudanza, sin mezcla con los principios elementales del mundo.
I. Separación bíblica de la Iglesia y el Estado.
La iglesia de Dios, cuyo fundamento es Jesucristo de Nazaret, no debe constituirse en un reino distinto de Aquél que es su Rey: “Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí.” (JUAN 18:36). Y Él mismo enseñó a los discípulos que orasen así: “Y El les dijo: Cuando oréis, decid: ““Padre, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.”” (LUCAS 11:2). Se aprecia claramente en los evangelios que aún no se ha instaurado el reino de Dios y su Mesías en la tierra, por cuanto Cristo lo anunciaba diciendo que con Él se había acercado el reino a los hombres, no que hubiese venido.
La iglesia, como Cuerpo, no puede ejercer señorío, o poder político, por cuanto a ésta no se le insta a la conquista del mundo por medios mundanos o temporales, sino que se aprecia en todo el Nuevo Testamento una separación escrupulosa entre las autoridades y la Iglesia, siendo el mismo Jesús el que estableció la diferencia:
“Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.
Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será siervo de todos.
Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (MARCOS 10:42-45) (Y Mateo 20:25, y Lucas 22:25.)
Así mismo, nuestro reino tampoco es de este mundo: “Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas; y así como mi Padre me ha otorgado un reino, yo os otorgo que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.” (LUC 22:30).
Dios mismo pone a las autoridades gobernantes sobre la tierra, según nos dice Pablo: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas.” (ROMANOS 13:1). Aunque algunos no entiendan que el soberano Rey de reyes pueda poner autoridades malignas, lo cierto es que Dios hace que se cumpla su Palabra, y Él no debe rendir cuentas a los hombres: “Si Él arrebatara algo, ¿quién le estorbaría? Quién podrá decirle: ““¿Qué haces?””. (JOB 9:12).
Por todo ello, Dios ha decretado que el señorío de la Iglesia y de su Rey no sea para este tiempo. Este es el tiempo en que gobierna el príncipe de las tinieblas (Hechos 26:18), y toda la Palabra de Dios se ha de cumplir, y no podemos persuadirnos de que el mundo llegue a convertirse en el reino de paz, antes de que Dios remueva todas las cosas.
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor!
Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.
Por tanto, amados, puesto que aguardáis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por Él en paz, sin mancha e irreprensibles.” (2 PEDRO 3:10-14).
Los que esperamos “nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia”, debemos estar apercibidos de las señales que acompañan a “la venida del día de Dios”, y procurando diligentemente “ser hallados por Él en paz, sin mancha e irreprensibles”, sin juntar lo que Dios separó.
CONCLUSIÓN
PRINCIPIOS BÍBLICOS FUNDAMENTALES CONTRARIOS AL ECUMENISMO:
1. No nos es lícito cooperar en las causas de aquellas personas que persiguen propósitos contrarios a Dios.
II Crónicas 19.2:
“Y salió a su encuentro el vidente Jehú, hijo de Hananí, y dijo al rey Josafat: ¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al Señor, y con esto traer sobre ti la ira del Señor?”
Debemos apartarnos de los que contradicen el único y verdadero evangelio.
Gálatas 1. 6-9:
“Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema.
Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema.”
Debemos probar los fundamentos teológicos de los que intenten unirse a nosotros antes de mezclarnos con ellos en propósitos o asuntos espirituales.
I Juan 4.1:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.”
No debemos aliarnos con los que no creen, o en algún modo niegan o tuercen la sana doctrina.
II Corintios 6.14:
“No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?”
No debemos enfatizar la unidad con los que de algún modo no comparten los fundamentos de nuestra fe, a expensas de la pureza doctrinal, sino más bien hemos de contender con ellos.
Judas 3:
“Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.”
Hemos de separarnos de aquellos con apariencia de piedad, pero que no siguen la sana doctrina.
II Timoteo 3.5:
“Teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder; a los tales evita.”
No debemos alentar o dar cooperación a las personas cuya doctrina no es sana.
II Juan 10,11:
“Si alguno viene a vosotros y no trae esta enseñanza, no le recibáis en casa, ni le saludéis, pues el que le saluda participa en sus malas obras.”
Dios tiene pueblo en muchos lugares, y no creo que la Iglesia Católica, ni la Iglesia Evangélica salve, sino solo la genuina fe en Jesucristo, cuando nacemos de nuevo, del agua y del Espíritu Santo. Por tanto, no es mi deseo que los hombres cambien de religión, sino que estén en el lugar correcto, para que sean hallados aprobados por Cristo en Su venida. No estoy con ninguna organización, si se aparta del Camino, pero estoy con todos los que no se apartan.
Existen dos reinos: el de luz y el de tinieblas; y si no estás en uno, estás en otro. Después de todo, Jesucristo no fundó organización alguna, y fué Él quien dijo:
“El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.” (LUCAS 11:23)
“Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía.
Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí.
Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está.
Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa.
Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.” (MAR. 9:38-42.)
Estos textos deben traer mucho temor de Dios al corazón, pues no hemos de ser de tropiezo al que cree; pero aquí vemos en la Biblia que Jesús no tiene denominación, ni religión, ni organización humana, sino que las hemos hecho nosotros los hombres. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que si juntamos todas esas organizaciones humanas no hemos resuelto el problema, pues no habremos conseguido la unidad de Espíritu en un solo Cuerpo de Jesucristo, sino que habremos creado un aparato monstruoso cuyo poder mundano ofrecerá un catastrófico soporte a los políticos gobernantes de la tierra. Y ésto está profetizado: ocurrirá indefectiblemente, porque es Palabra de Dios. La Biblia habla en innumerables ocasiones al pueblo de Dios, diciendo: “mirad que nadie os engañe”.
Estamos entre los evangélicos, pero nuestro compromiso es solo con la Verdad; y si alguno está comprometido con Jesucristo, el cuál es la Verdad, nosotros hemos de estar comprometidos también con él, y no me importa que esté entre católicos, o solo. Permanezcamos fieles Al que nos llamó a Su luz admirable.
“Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención.” (Lucas 21:28.)
ANGEL ALCARRIA
Diccionario:
1 Secularización: Volver mundano lo que es eclesiástico o perteneciente al culto al Dios Único y Creador.
2 Ortodoxia.- Conformidad con la doctrina fundamental de cualquier religión, secta o sistema. Rectitud dogmática o conformidad con el dogma.
3 Connivencia.- Confabulación o tolerancia del superior acerca de las transgresiones del subordinado.
4 Heterodoxia.- Disconformidad con la doctrina fundamental de cualquier religión, secta o sistema. Falta de rectitud dogmática o disconformidad con el dogma.
5 Por antonomasia.- m. adv. que, además de su significación propia, se usa para denotar que a una persona o cosa le conviene el nombre apelativo con que se la designa, con preferencia a todos los demás a quienes el dicho nombre comprende. Por ende, Ortodoxo cristiano = proscrito, perseguido.
6 Ecumenismo.- Desde 1846, y sobre todo la primera década del siglo XIX, el protestantismo fijó su objetivo en la unión de las Iglesias Cristianas, buscando que se conozcan entre sí, dialoguen y logren acuerdos teológicos y prácticos.
7 Disipación: Conducta de la persona entregada enteramente a la vida licenciosa.
8 Genuino.- Puro, propio, natural, legítimo (referido a pertenencia legal por herencia u originalidad de la ascendiente), cierto y verdadero en cualquier línea.
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© 2000 Ángel Alcarria
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