En tiempos antiguos vemos como Dios hablaba “sólo a sus escogidos”, llamándolos “mi pueblo”, “mi siervo” y rara vez hablaba a alguien que no fuera Israelita -Era un privilegio de pocos-. Solo eran sombras de lo que iba a venir.
El motivo que me ha llevado escribir éste artículo, es un llamado que el Señor ha hecho a mi corazón ya hace algún tiempo, pero que solo hasta ahora es que me he atrevido a escribir.
TEXTO: 1 R. 2:1-3 David dijo a Salomón: Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, anda en sus caminos, observa sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, como ésta escrito en la ley de Moisés.
TEXTO: Neh. 8:8-12 Y leían en el libro de la ley de Dios claramente y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura y decían no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. ORACIÓN: Señor... Gracias por tu palabra, ella es el aliento y el consejo de tu voluntad para mi vida.